Imágenes del 2009, en la mirada de los reporteros gráficos
Desde el gol de Palermo que clasificó a la Selección hasta el funeral de Alfonsín.
PorDaniel Mapelli - ESPECIAL PARA CLARIN
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Hay muchas que son reconocibles, ya han sido vistas, se las recuerda porque son parte de la memoria gráfica de nuestras vidas: el inmortal Palermo gritando al cielo su gol agónico contra Perú, para clasificar a la selección argentina al Mundial; el gesto del “Pepe” Mugica al salir de su chacra de las afueras de Montevideo un día antes de convertirse en presidente del Uruguay. Pero hay muchas otras que pasaron desapercibidas, o que no fueron publicadas. Una buena excusa para una visita al Palais de Glace.
La muestra anual de la Asociación de Reporteros Gráficos de nuestro país (ARGRA), en su XXI edición inaugurada el jueves pasado, exhibe 250 fotografías que los trabajadores de la imagen de diarios, revistas y agencias periodísticas de Argentina realizaron a lo largo de 2009. Como lo expresa su consigna, se trata de recorrer un año en imágenes.
Lo notable del fotoperiodismo, es que sacado del contexto del papel del periódico o de la página web, adquiere una dimensión estética que escapa del mero retrato de los sucesos diarios.
Y se transforma en arte, en una conjunción extraña entre la búsqueda de la verdad, lo que no pueden contar las palabras y la belleza que otorga la luz sobre objetos y personas en el instante preciso en que el fotógrafo congeló el tiempo.
El funeral del ex presidente Raúl Alfonsín, la sequía que afectó al sur de la provincia de Buenos Aires o el agua que inundó a Entre Ríos fueron noticia el año pasado y aquí están las imágenes. Pero también hay series con intenciones más duraderas que la tapa de un diario, como la de Natacha Pisarenko, que reflejó los asombrosos rituales del Carnaval del barro en una zona poco frecuentada de Brasil. O la impactante recorrida por las funerarias de Ciudad de Guatemala, de Rodrigo Abd, donde la crónica nunca alcanzará la capacidad de la imagen para contar cuánto trabajo tienen en un país que registra 17 asesinatos por día.
Esta exhibición ya se ha convertido en un clásico anual . Pero en sus orígenes tuvo una motivación especial. “En 1981, por iniciativa de un grupo de reporteros gráficos, se decidió mostrar lo que estaba pasando en plena dictadura, donde había un cerco informativo, con censura para los medios, sin poder informar lo que ocurría en la calle. Y los fotógrafos tenían las imágenes. Se juntaron, lograron romper ese cerco y la muestra tuvo una enorme convocatoria”, recuerda Alejandro Belvedere, presidente de ARGRA y miembro del jurado que seleccionó las más de 2000 fotografías que se enviaron de todo el país.
El criterio para elegir el material exhibido camina entre la valoración estética y la jerarquía del acontecimiento periodístico. Aunque lo que más anima a los reporteros son “las ganas de exhibir estas fotografías, ya que muchos de estos trabajos no se pudieron publicar en los medios. Los fotógrafos salimos a hacer una nota y sacamos 200 fotos. Después se publican solo dos de las 200 y nos preguntan dónde está el resto. Bueno, esas fotos las guardan los reporteros durante el año y las exponen acá”, concluye Belvedere.
Para esta edición, los organizadores incorporaron charlas y mesas redondas con especialistas y profesionales del fotoperiodismo, para debatir el rol social y cultural de la labor, y pensar los desafíos del futuro con la incorporación de las nuevas tecnologías.
Desde el gol de Palermo que clasificó a la Selección hasta el funeral de Alfonsín.
PorDaniel Mapelli - ESPECIAL PARA CLARIN
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Hay muchas que son reconocibles, ya han sido vistas, se las recuerda porque son parte de la memoria gráfica de nuestras vidas: el inmortal Palermo gritando al cielo su gol agónico contra Perú, para clasificar a la selección argentina al Mundial; el gesto del “Pepe” Mugica al salir de su chacra de las afueras de Montevideo un día antes de convertirse en presidente del Uruguay. Pero hay muchas otras que pasaron desapercibidas, o que no fueron publicadas. Una buena excusa para una visita al Palais de Glace.
La muestra anual de la Asociación de Reporteros Gráficos de nuestro país (ARGRA), en su XXI edición inaugurada el jueves pasado, exhibe 250 fotografías que los trabajadores de la imagen de diarios, revistas y agencias periodísticas de Argentina realizaron a lo largo de 2009. Como lo expresa su consigna, se trata de recorrer un año en imágenes.
Lo notable del fotoperiodismo, es que sacado del contexto del papel del periódico o de la página web, adquiere una dimensión estética que escapa del mero retrato de los sucesos diarios.
Y se transforma en arte, en una conjunción extraña entre la búsqueda de la verdad, lo que no pueden contar las palabras y la belleza que otorga la luz sobre objetos y personas en el instante preciso en que el fotógrafo congeló el tiempo.
El funeral del ex presidente Raúl Alfonsín, la sequía que afectó al sur de la provincia de Buenos Aires o el agua que inundó a Entre Ríos fueron noticia el año pasado y aquí están las imágenes. Pero también hay series con intenciones más duraderas que la tapa de un diario, como la de Natacha Pisarenko, que reflejó los asombrosos rituales del Carnaval del barro en una zona poco frecuentada de Brasil. O la impactante recorrida por las funerarias de Ciudad de Guatemala, de Rodrigo Abd, donde la crónica nunca alcanzará la capacidad de la imagen para contar cuánto trabajo tienen en un país que registra 17 asesinatos por día.
Esta exhibición ya se ha convertido en un clásico anual . Pero en sus orígenes tuvo una motivación especial. “En 1981, por iniciativa de un grupo de reporteros gráficos, se decidió mostrar lo que estaba pasando en plena dictadura, donde había un cerco informativo, con censura para los medios, sin poder informar lo que ocurría en la calle. Y los fotógrafos tenían las imágenes. Se juntaron, lograron romper ese cerco y la muestra tuvo una enorme convocatoria”, recuerda Alejandro Belvedere, presidente de ARGRA y miembro del jurado que seleccionó las más de 2000 fotografías que se enviaron de todo el país.
El criterio para elegir el material exhibido camina entre la valoración estética y la jerarquía del acontecimiento periodístico. Aunque lo que más anima a los reporteros son “las ganas de exhibir estas fotografías, ya que muchos de estos trabajos no se pudieron publicar en los medios. Los fotógrafos salimos a hacer una nota y sacamos 200 fotos. Después se publican solo dos de las 200 y nos preguntan dónde está el resto. Bueno, esas fotos las guardan los reporteros durante el año y las exponen acá”, concluye Belvedere.
Para esta edición, los organizadores incorporaron charlas y mesas redondas con especialistas y profesionales del fotoperiodismo, para debatir el rol social y cultural de la labor, y pensar los desafíos del futuro con la incorporación de las nuevas tecnologías.
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