Burger King ha vuelto a estar en el punto de mira de la Autoridad de Normativa Publicitaria, ASA , la organización encargada de velar por el cumplimiento de las normas publicitarias en el Reino Unido que ha decidido prohibir el último spot de la cadena de comida rápida.
En esta ocasión, la causante es la Tendercrisp Chicken, una hamburguesa de pollo. Para lanzarla al estrellato, la cadena ha difundido un spot en el que se muestra a un hombre en una habitación de un hostal de estilo americano que se está comiendo una hamburguesa que casi no le cabe en las manos.
Las quejas se originaron al descubrir el tamaño real del alimento, mucho menor que el del spot publicitario. Según recoge el Daily Mail, no se descarta que, además del abundante uso del primer plano para enfocar la hamburguesa, su tamaño se vea incrementado por la elección deliberada de un actor muy pequeño
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