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domingo, 4 de julio de 2010


Las netbooks ya empiezan a cambiar el modo de dar clases
Los chicos trabajan en red con sus maestros. El docente da consignas desde su máquina y ve en qué trabaja cada uno. Y entre todos comparten aciertos y errores. Ya las usan en algunas técnicas, y en primarias de la Ciudad, San Luis y La Rioja.
PorMariana García
Alicia Britaz nació a una cuadra de la escuela técnica número 7 de La Matanza, cuando en el barrio había que andar y andar para encontrar una calle de asfalto. Comenzó a trabajar en la escuela hace veinte años, cuando dos aulas de chapa se convirtieron en la primera técnica de Laferrere. Hoy Alicia es la vicedirectora. Parece más entusiasmada ella que sus alumnos con la llegada de las netbooks: “Para los chicos es muy importante, sus padres tomaron la decisión de que sus hijos estudiaran en una técnica”, cuenta Alicia.
Con alumnos adolescentes y cibernéticos, en su escuela, el desafío fue para los docentes, admite Alicia: “Al principio nos costó a todos, los docentes tenían miedo de que los chicos supieran más que ellos, pero al final aceptaron que si es así no pasa nada”.
Esta escuela, que hoy es un gigante de ladrillos que ocupa la mitad de la cuadra, fue una de las primera en recibir una de las primeras tandas de las 250 mil netbooks con que el gobierno nacional tiene previsto dotar a cada alumno del último ciclo de los secundarios técnicos de su propia computadora.
La entrega comenzó hace dos meses y terminará en octubre.
José Pereyra está a cargo del taller de Electromecánica. En un aula con veinte alumnos explica cómo hacer para desacelerar un motor. Traza dibujos en un pizarrón como han hecho desde siempre los maestros. Frente a él, los chicos no toman nota. Cada uno en su netbook, arrastra con el mouse las partes del engranaje y como por arte de magia, en la pantalla, el motor se pone en movimiento. “Las computadoras son una herramienta más, los chicos igual se van a equivocar cuando trabajen en un motor de verdad, pero se van a equivocar un poco menos”, cuenta el profesor.
La llegada de las primeras netbooks plantea el desafío de cambiar las dinámicas de las clases, transformadas ahora en aulas virtuales. En el salón todas están conectadas con la del maestro y él puede ver en qué trabaja cada uno o compartir contenidos con el resto.
La idea de entregar a cada alumno su propia computadora fue anunciada oficialmente en octubre de 2005. En el medio, pasaron tres ministros y no faltaron denuncias por la falta de control en la licitación –iban a costar 100 dólares y terminaron en 350–. Recién en mayo, las primeras netbooks empezaron a llegar a los chicos. Pero para que cada uno tenga la suya habrá que seguir esperando. El plan, por ahora, abarca sólo escuelas técnicas que representan el 9 % de la matrícula de alumnos secundarios. Y aunque en el futuro cada uno se la podrá llevar a casa, por ahora quedan en el colegio.
De todos modos, la intención del Gobierno es llegar en un plazo de tres años a la totalidad de los casi 2,5 millones de alumnos secundarios de escuelas estatales de todo el país. Al menos, así lo anunció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner cuando el 5 de abril lanzó un nuevo plan –Conectar Igualdad.com– en el que prometió invertir US$ 750 millones para comprar 3 millones de computadoras. “Me siento la Sarmiento del Bicentenario”, dijo entonces.
Graciela Blasco es maestra de segundo grado en la Escuela Juan Pestalozzi, de Capital Federal. La escuela integra un plan piloto del Gobierno porteño para repartir netbooks entre los alumnos primarios (ver “Fanáticos...” ). “Cuando les enseñé a los chicos las figuras geométricas –dice Graciela–, visitamos un sitio de las pirámides para que pudieran ver lo que es un triángulo. Todo está ahí, en el momento, sin necesidad de llevar y traer cosas. Les sirve para aprender pero también les acerca el mundo”.
En la Ciudad, tienen previsto que para fines de 2011, cada uno de los 170 mil alumnos de escuelas públicas primarias tenga su propia netbook. En Nación, esperan que las provincias inviertan en las primarias, algo que ya hicieron San Luis, La Rioja y Capital.
Tanto en el plan nacional como en el porteño, se eligieron netbooks que son más fáciles de transportar pero potentes y con todas las utilidades más comunes.
Gabriel Romero es maestro de arte en el Pestalozzi. Desde que llegaron las netbooks ya no tiene que cargar pesados libros para mostrarles a los chicos cuadros de Goya. Ahora sólo lleva en el bolsillo su pendrive.

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