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domingo, 27 de noviembre de 2011

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Domingo, 27 de noviembre de 2011

Ciberacoso: el 64 por ciento de los chicos navega sin supervisión en la red

La mirada atenta de los adultos es esencial para evitar los peligros que existen en internet. Pero también para sensibilizar y evitar las situaciones de violencia entre pares que se expresan on line.


Victoria Rodríguez
Diario UNO

El 64 por ciento de los niños y adolescentes se sienta solo en la computadora y navega sin supervisión de los adultos, según un estudio de Unicef difundido por la ONG Periodismo Social. La cifra preocupa porque esa falta de control genera peligros para su seguridad y la de sus pares. Durante los últimos días los medios reflejaron cómo conflictos entre alumnos aparecían en las redes sociales y eso profundizaba su gravedad. El ciberbullying –acoso escolar a través de internet– es la modalidad violenta que más creció en los últimos cuatro años. Qué se puede hacer para frenar esas situaciones y cómo se puede proteger a los jóvenes usuarios.

El informe de Unicef señala también que en el 90,1 por ciento de los casos, los chicos se conectan para chatear y que el 37,1 por ciento también participa de las redes sociales. La más popular es Facebook, donde el 89 por ciento de los encuestados reconoció tener un perfil.

También se marcó que el 43,5 por ciento de los niños y adolescentes usa las redes sociales entre una y dos horas por día. Mientras que el 18 por ciento lo hace entre dos y cuatro horas por día y hay un altísimo porcentaje de chicos y chicas, el 13,1 por ciento, que se conecta a esas redes en promedio unas cinco horas diarias, según el trabajo que retoma la ONG Periodismo Social.

Diario UNO dialogó con Nuria Alonso, una de las responsables de Chicos.Net un portal que se especializa en difundir buenas prácticas y usos de las propuestas que existen en la red de redes.
Alonso se refirió a las edades en que los más chicos de la casa pueden entrar en contacto con la computadora y la manera en la que los adultos deben mediar en esa relación. Además habló de las normas de protección y las responsabilidades que se deben asumir.

Por otro lado, es importante tener en cuenta los casos que en los últimos días se difundieron en los medios donde se da cuenta que el ciberbullying afecta directamente a los niños y jóvenes en edad escolar. A modo de ejemplo se puede señalar el caso de la adolescente golpeada y filmada en la escuela, a metros de la dirección, que luego recorrió todo el país. También, en un caso mucho más extremo, el asesinato de una joven a manos de la madre de una amiga con la que se había peleado por comentarios en Facebook.

Los especialistas coinciden en que las situaciones de violencia escolar encuentran en internet un espacio en el que se puede hacer daño desde el anonimato y la masividad, y por eso alertan sobre la importancia de detener ese tipo de acciones.


Tiempos y cuidados
Alonso se refirió a los problemas que pueden aparecer si los niños y adolescentes están siempre solos delante de la pantalla de la PC. “En sí ya es un problema que el chico esté varias horas en la computadora y que esté solo porque no se puede limitar el uso que se hace”, marcó y agregó: “Después están todos los problemas por la vulnerabilidad de estar solos. Aunque eso varía según la edad, no es lo mismo un chico de 11 años que un adolescente”.
Entre los principales inconvenientes de seguridad indicó el contacto con extraños, la agresión entre pares, el contacto con contenidos no aptos para su edad y, sobre todo, el tiempo excesivo frente a la computadora sin poder cortar y salteándose algunas actividades vitales como comer y dormir con regularidad.

En la actualidad, el uso de las computadoras empieza a muy temprana edad. Muchas veces los chicos no saben hablar bien o ni siquiera pueden escribir pero sí manejan un mouse y saben utilizar juegos o ver películas en internet.
“No hay una edad en la que es conveniente que empiece el contacto con la computadora porque, en realidad, eso sucede desde que nacen. Antes jugaban a pasear el cochecito, ahora muchos empiezan jugando con un teclado viejo o un celular que está dando vueltas por la casa; luego pasan a la computadora”, reconoció Alonso y siguió: “Lo ideal es que ese inicio sea acompañado por un adulto que busque páginas apropiadas para su edad y que no navegue libremente por los sitios”.
En ese sentido, sostuvo que se debe tener el mismo criterio con la televisión y otros elementos y no dejarlos estar frente a la pantalla demasiadas horas.

Medidas de seguridad
Alonso indicó que es importante empezar a trabajar con los niños el tema de la seguridad desde el primer momento y así lograr que lleguen a la adolescencia con las herramientas necesarias para poder desenvolverse sin grandes dificultades. Sobre todo, porque a determinada edad es muy difícil que un joven acepte que su papá o su mamá o algún otro adulto se siente con él frente a la pantalla para ver qué está haciendo.

“Es como con otras cosas de la vida. Uno los va formando para que en algún momento se desenvuelvan solos. Así como se les enseñó a cruzar la calle, tomar el colectivo o ir a la escuela, esto debe ser enseñado –contó–. Obviamente seguirán expuestos a determinados riesgos pero tendrán las herramientas esenciales para manejarse”.

Al respecto mencionó que deben saber qué amigos pueden aceptar y cuáles no. Y tener en cuenta qué contenidos –fotos, videos o información personal– es recomendable subir a internet. También indicó que es importante utilizar las herramientas de protección de la privacidad con las que cuenta cada sitio para poder preservar los datos.

Además manifestó cuestiones que parecen obvias pero que, al hablar con los adolescentes, se ve que no suceden que no se deben aceptar contactos a los que no se conoce, no encontrarse con alguien a quien conocieron a través de la red, pasar una cantidad de tiempo limitado frente a la computadora y utilizar ese tiempo para hacer cosas divertidas, productivas y positivas.

Alonso indicó que no se puede definir una cantidad de horas que es recomendable pasar adelante de la pantalla porque todo depende de qué se está haciendo. “No es lo mismo pasar horas y horas jugando que editando un video o retocando fotos que sabemos que lleva mucho tiempo”, señaló y dijo que es importante hablar con ellos para que no participen de grupos de agresión a otros o en páginas de discriminación.

“Bajar música y escucharla o ver una serie o una película o buscar información para una tarea son actividades que llevan tiempo y poner un límite puede implicar también que se limiten las posibilidades de creación de los chicos”, añadió.

Hay padres que optan por no entrar en conflicto con sus hijos, en especial si son adolescentes, y en lugar de hablar sobre lo que hacen en internet prefieren revisar el historial de la computadora o la sesión de Facebook o chat para ver qué están haciendo. Alonso destacó que esa acción no es aconsejable.

“Es meterse en algo privado del chico ingresar a su cuenta de Facebook. Lo ideal sería confiar en lo que hace y poder hablar de eso. Pero cuando uno ve que su hijo está en riesgo se va a meter en el historial y va a revisar hasta los cajones para saber qué pasa. En general los chicos ponen cosas en las redes sociales que no quieren que vean los papás”, manifestó la especialista.


El acoso on line
Desde el Observatorio de Violencia Escolar de la Universidad Católica Argentina indicaron que el ciberbullying es una de las agresiones que más creció en los últimos cuatro años. En ese sentido, el director del trabajo, Alejandro Castro Santander, había señalado a Diario UNO que casi un 30 por ciento de los chicos consultados manifestó haber sido maltratado a través de las tecnologías.

Al respecto, Castro Santander explicó que la primera característica de la ciberviolencia es el anonimato y eso hace que sea más difícil de enfrentar. Además es mucho más masiva porque hay cientos de cibernautas que se suman al acoso. “Al principio este maltrato era a través de los mensajes de texto y los correos electrónicos y hoy se están usando mucho las redes sociales”, contó y siguió: “En algunos casos se crean perfiles para ridiculizar”.

A modo de ejemplo se pueden retomar las situaciones acontecidas en Avellaneda y Ciudad Evita (ambas en Buenos Aires) donde las redes sociales aparecen como el detonante visible de los problemas de violencia o acoso latentes entre adolescentes, en los que también toman partido los adultos.

Sobre esa situación, Alonso indicó que el tema se trabaja desde Chicos.Net y que a partir de la experiencia que tienen aún analizan las causas. “Nos preguntamos si es un problema nuevo o si es un problema viejo con un nuevo formato. También creció la violencia escolar más allá de internet. Tratamos de entender si es una nueva manera de mostrar esa violencia y no sólo de ejercerla. Pero esto es mucho más fuerte por el anonimato, porque lo que se publica queda expuesto a millones de personas y no se puede sacar. Esos casos tienen otra repercusión y de repente aparece en la televisión. Entonces es diferente la humillación de quien ha sido golpeado si, encima, se sube a internet”, sostuvo.

Consultada sobre si la ausencia de sanciones o penas sobre lo que se publica en internet ayuda a que los usuarios se manejen con mayor impunidad, la referente del portal de internet señaló: “Influye en la presencia o ausencia de los adultos en estos chicos y esta sociedad. No sé si faltan sanciones o si faltan adultos”.

Por último, la referente de Chicos.Net indicó que prohibir y demonizar las tecnologías no sirve para que los chicos las manejen con más responsabilidad. “Aunque sea más complicado hay que trabajar el diálogo”, dijo.

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