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domingo, 7 de agosto de 2011

habitos de consumo

Economía real / Cambio de hábitos

Menos viajes y más comida en casa

La suba de precios de alimentos y combustible, muchas veces faltante, modifica el modo de consumo
Por Carlos Manzoni | LA NACION
Amigos que comparten el auto a la hora de viajar para jugar "el picado de los sábados", parejas que planean su comida en casa o en un lugar cercano, un recorte en el "asadito del domingo" y compradores que prefieren ir hasta cinco veces por semana a un autoservicio en lugar de hacer una sola compra mensual en el supermercado. Estos son los nuevos hábitos que adoptó el consumidor argentino ante la escasez de combustible, el aumento general de los precios y la reducción de algunas promociones o la pérdida de efectividad que éstas sufrieron.
Una oferta debilitada por la caída de la producción local de petróleo es lo que, según Daniel Montamat, ex secretario de Energía, desalienta el paso del automovilista por la estación de servicio. "Eso pesa más que el aumento de precios", opina. Aún así, el litro de nafta súper a 5,30 pesos y el de gasoil a 4,20 (con leves variaciones, según la marca) tampoco invita a llenar el tanque.
En un contexto de inflación, el costo del combustible es un disuasivo más para decidir "hacer algo en casa" o "cerca" en lugar de usar el auto para encontrarse con alguien que vive lejos. "No es que se corte el consumo, lo que sucede es que la gente readecua sus elecciones y busca emparejar su poder adquisitivo con la inflación como sea", explica Guillermo Oliveto, presidente de la consultora W.
"Hay un traslado de consumo hacia el hogar, con menos salidas a comer afuera, y eso se traduce en la mayor compra de alimentos para cocinar en casa", comenta José Luis Grandi, director de Home Research, firma que estudia la evolución del consumo hogareño a través de los envases desechados. "Hay un poco menos de delivery y más consumo de productos frescos", agrega.
Según Oliveto, el consumo de alimentados empaquetados y frescos, bebidas, cosmética y limpieza crecerá este año 3,5%, un 0,9 menos que en 2010. Desde la consultora CCR, proyectan la misma cifra para el consumo total en grandes cadenas, tiendas de descuentos, negocios tradicionales y autoservicios.
"Si se discrimina ese consumo, se puede ver que unas de las categorías que más crecieron fueron secos (17,9%), frescos (15%) y golosinas (25%)", señala Grandi. "Lo que indica que se consume más en el hogar", acota.
También cambió la conducta de consumo en relación con la periodicidad de la compra. Un estudio de NCC, consultora en estrategia y gestión comercial, muestra que ya no se va una sola vez al mes al supermecado, sino que se concurre hasta cinco veces. "La gente ya no compra de todo en una sola visita, sino que lo hace cuando necesita cosas puntuales", indica Guillermo Neveu, socio de NCC.
En cuanto al lugar, los grandes ganadores son los autoservicios, la categoría que más crece y que ya tiene 30% del mercado. Con 10.000 locales, los comercios chinos captan 40% de este canal. José Ignacio Amodei, director de marketing comercial de CCR, dice que el consumidor tiene menos tiempo y elige la practicidad. "Por eso también crecen las tiendas de descuento, que explican 4,6% de las ventas", añade.
Según el análisis de NCC, mientras que los clientes antes iban a los autoservicios una sola vez por semana a comprar algo concreto, ahora lo hacen hasta cinco veces por semana. Neveu dice que se rompió el mito de que se termina gastando más así. "El consumidor entendió que gasta más en este canal, pero ahorra en la cuenta mensual, porque todas estas compras son menos impulsivas", subraya Neveu.
La costumbre bien argentina del asado también está cambiando por culpa de una mala política ganadera y de la suba de precios. "Antes organizaba dos asados por mes, para comer entre amigos. Ahora, uno cada tanto... y gracias", confía el taxista Carlos Parra. "No dejás de darte el gusto, pero lo hacés menos", sintetiza.
Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carne, señala que el consumo per cápita de carne cayó de 55 a 51,5 kilos por año. ¿Adónde va el consumidor? Hacia algo más barato y disponible: el pollo, cuyo consumo crece 1,5% por año y ya está en los 32 kilos per cápita al año

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