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sábado, 5 de septiembre de 2009


paul ekman, psicologo en el que se inspira la serie “lie to me”
“Al ignorar la comunicación no verbal se puede ser engañado muy fácilmente”
En la serie de televisión “Lie to me” el protagonista es un experto en detección de mentiras a partir de la lectura de ciertos gestos faciales y actitudes corporales. Lejos de la ficción, el guión se basa en los trabajos que el psicólogo norteamericano Paul Ekman realiza desde hace casi 50 años. PERFIL habló con él acerca de su tarea y de sus sensaciones a la hora de ver su trabajo reflejado en la pantalla. Cómo hacer para desenmascarar a los mentirosos.
Por Luciana Díaz
Cal Lightman es el especialista en descubrir mentiras más importante del mundo. Un científico capaz de detectar cuánto hay de cierto en lo que alguien dice con sólo examinar las expresiones de su rostro, el tono de su voz y los movimientos de su cuerpo, y que por la calidad de sus trabajos es contratado por organismos gubernamentales y la policía para ayudar a resolver los crímenes más difíciles. Si bien ese es el eje central de la serie de televisión Lie to me (ver recuadro), en este caso cualquier similitud con la realidad no es pura coincidencia.
Ocurre que el trabajo de Lightman se inspira en los descubrimientos de Paul Ekman, un reconocido psicólogo norteamericano –de carne y hueso–, que desde hace casi 50 años intenta desentrañar la expresión y la fisiología de las emociones (creó el primer sistema para “leer” lo que dice un rostro más allá de las palabras) y que también se interesó por ahondar en qué hay detrás del engaño. PERFIL habló con él sobre sus investigaciones y para saber qué hay de cierto en las capacidades que despliega el actor Tim Roth en la ficción.
“El 80% de lo que se muestra en la serie se basa en estudios científicos que yo he realizado”, reconoció Ekman, quien además asesoró durante un tiempo a los guionistas y productores. Sin embargo, no se termina de identificar con el personaje central de Lie to me. “El es mucho más seguro de lo que yo alguna vez fui y resuelve los problemas mucho más rápido: en los apenas 42 minutos que dura un programa”, se rió. Y agregó: “Además, es mucho más arrogante que yo y no le importa mentirle a la gente con tal de obtener la verdad. Yo no estaría dispuesto a eso. Conozco al actor y me cae muy bien, pero lo cierto es que interpreta a alguien con una personalidad muy diferente a la mía”.
Microexpresiones. Hoy, a los 75 años, Ekman está dedicado a pleno a su Paul Ekman Group, LLC (PEG), una pequeña compañía que desarrolla métodos de entrenamiento para mejorar las habilidades para interpretar el lenguaje no verbal, pero durante 32 años fue profesor de Psicología en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California, en San Francisco. En los 70, Ekman determinó que existen más de 3.000 expresiones faciales diferentes y que si bien algunas son fáciles de reconocer y controlar, otras son involuntarias y prácticamente indetectables para el ojo no entrenado. Son las llamadas microexpresiones, que involucran 43 músculos de la cara y la atraviesan durante un cuarto de segundo. Son ellas, para Ekman, las que revelan las verdaderas emociones de una persona. Son comunes en todas las culturas y no se pueden fingir.
—¿Por qué cree que la gente y la mayoría de los científicos no son conscientes de la importancia de la comunicación no verbal?, preguntó PERFIL.
—Porque no es algo fácil de medir. Los científicos tienen que buscar formas de medir, y nadie pudo determinar cómo hacerlo. Hubo un gran neurólogo francés llamado C.B. Duchenne, que en 1862 publicó un tratado sobre las expresiones faciales pero fue prácticamente ignorado por todos, a pesar de que él se hizo bastante famoso por haber descripto y nombrado algunas enfermedades. Yo me apoyé en lo que él hizo. Duchenne empezó los trabajos para evaluar los rostros y un siglo después yo los terminé.
—¿Cualquier persona es capaz de detectar cuando alguien miente o es una suerte de don?
—Creo que a mucha gente le gusta pensar que puede discernir, pero la verdad es que sin entrenamiento especializado la mayoría de la gente no lo logra.
Según señaló, el entrenamiento dura unos cuatro días, y no tiene una explicación para responder por qué hay gente que consigue desarrollar la habilidad pero otra no lo logra nunca.
Maestro. En este sentido, Ekman escribió varios libros –La naturaleza de la emoción, Lo que revela la cara, Decir mentiras, Emociones reveladas, y Dalai Lama-Emotional Awareness, entre otros– y dicta cursos en los que enseña las claves de su técnica. Incluso editó videos para ayudar a reconocer los sutiles mensajes del rostro, donde explica que las siete emociones básicas –ira, disgusto, tristeza, felicidad, temor, desprecio y sorpresa– producen cambios en el rostro, la voz y el comportamiento interno del cuerpo. Y aporta las claves para interpretarlos. También ofrece un curso on line, llamado FACE.
Por su aporte al conocimiento acerca de cómo las expresiones y los gestos que despliega una persona son un reflejo directo de que ocurre en lo profundo del cerebro, la revista Time le eligió como una de las 100 personas más influyentes de 2009.
“Ekman logró convertir en ciencia la habilidad de leer las reacciones que surcan los rostros. A través de sus libros, sumado a su rol de asesor en la serie Lie to me, hizo llegar al público en general sus conocimiento acerca de cómo nos comunicamos en ausencia de palabras”, explicó la revista.
—¿Se puede describir el circuito cerebral involucrado en la lectura de las microexpresiones?
—La verdad es que no lo conocemos. Justo me acaban de proponer colaborar en el estudio de qué parte del cerebro está detrás cuando uno las lee. Me hizo una pregunta en la cual la investigación recién se está planteando.
—¿Cuál es la principal consecuencia de no tomar en cuenta la comunicación no verbal?
—Y... que se puede ser engañado con mayor facilidad. Se puede mentir muy fácilmente con las palabras. Uno le puede asegurar a la esposa que tuvo una sola pareja sexual antes que ella... quiero decir, se puede contar cualquier cosa con palabras. Lo único que le puede demostrar que la estoy engañando es mi voz, mi cuerpo, mis expresiones... al ignorar esto estamos ignorando una importante fuente de credibilidad.
Una ficción real
En enero de este año se estrenó en los Estados Unidos Lie to me, la serie de televisión que se basa en los trabajos realizados desde hace 50 años por Paul Ekman. En la Argentina, el debut fue el 20 de julio y se la puede ver los lunes a las 22 por Fox (canal 29 de Cablevisión y Multicanal; 32 de Telecentro), pero mañana hay una maratón especial con los capítulos 5, 6 y 7 que arranca a las 14.
PERFIL consultó a Ekman sobre sus sensaciones al ver su tarea reflejada en la pantalla.
“Por lo general, la serie me entretiene, pero la realidad es que no soy imparcial. No la disfruto como un espectador neutro de la misma manera en que puedo mirar The Wire, un programa que también estoy siguiendo. Es que en ese caso no tengo ninguna responsabilidad y entonces no me involucro tanto. Cuando veo Lie to me también estoy trabajando; de hecho la miro con una computadora al lado y cada semana escribo una columna (http://fox.com/blogs/lietome/) donde aclaro cosas que no quedaron claras o pueden confundir”, dijo Ekman
.—¿Alguna vez ayudó a resolver crímenes, como el personaje de la serie?
—Ocasionalmente trabajo con la policía para evaluar a un sospechoso o un testigo.
Desde que comenzó la serie, contó Ekman, su trabajo aumentó. Y le surgieron nuevas posibilidades de enseñar su técnica en otros países “aunque no en América del sur”, se lamentó.

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