El increíble culebrón de Cuevana
El sitio de películas iba a ser denunciado por Telefe, pero la acción se detuvo por el impacto. Cuevana.tv fue crackeado el domingo, y finalmente el dueño, Tomás Escobar, adelantó el relanzamiento.
Por Mariano Blejman
Se suele decir que el sitio de visualización de películas on line Cuevana.tv es exitoso, no simplemente por la oferta disponible, sino porque resolvió un problema de Internet: el problema de cómo ver films en línea. Con buena parte de la industria cinematográfica más interesada en la acción represiva contra los usuarios que en la creación de nuevos modelos de negocios en Internet, el pasatiempo del sanjuanino Tomás Escobar creció de forma exponencial en los últimos años y era de esperarse que tarde o temprano Cuevana.tv iba a estar en el ojo de la tormenta de la industria. La catarata de operaciones mediáticas que sufrió el sitio para ver películas durante los últimos cinco días es digna de un culebrón... ¡para ver en Cuevana! Ayer, durante todo el día, #fuerzacuevana #cuevana y #nuevacuevana fueron tendencia en Twitter y no hubo otro tema del que hablaran las radios y la televisión.
Es que el sitio creado por Tomás Escobar, de 21 años, que sirve para ver películas de forma gratuita, tiene dos millones de usuarios diarios y doce millones de visitas únicas mensuales. Así, lo que empezó como un hobby para organizar las películas que Escobar quería ver es ahora un monstruo capaz de negociar con los sellos regionales. Bueno, veremos. Según confirmó el abogado de Cuevana, Juan Gregorio Pozzo, a Página/12 Telefe tuvo la intención de denunciar penalmente a Cuevana por el uso de su señal dentro del sitio, pero finalmente nunca se concretó.La información se conoció debido a un contacto informal entre los abogados de ambas partes y una nota publicada el viernes en La Nación. Según confirmó ayer la oficina de prensa de Telefe, la denuncia fue desestimada debido al alto impacto de la noticia en Internet: el Facebook de Telefe fue abarrotado de comentarios negativos sobre la iniciativa. “Tal vez la denuncia se haga más adelante, pero hasta ahora no fuimos notificados. No fue presentada”, dijo ayer Juan Gregorio Pozzo, del estudio Tanoira Ca-ssagne, vinculado con el mundo de los emprendedores en Internet.
Curiosamente, el domingo a la noche el sitio fue crackeado por un grupo de personas “encapuchadas” que evidentemente tenía acceso a algún tipo de material confidencial y conocimiento de los nombres de quienes trabajan en Cuevana. Alguien subió un video anunciando que el sitio había sido “hackeado” e invitaba a visitar el blog anti Cuevana en cuevanatv.tumblr.com, y éstos liberaron pantallas del rediseño que Cuevana estaba pensando lanzar en pocas semanas. Con el hecho consumado, Escobar decidió adelantar el relanzamiento, lo cual dio pie a una gran cantidad de suspicacias. “¿Fue esto una gran operación de marketing?”, se preguntaron las redes sociales. “El hackeo del domingo ocurrió cuando Tomás estaba en las afueras de Buenos Aires. En un lugar sin luz, sin Internet, sin nada. Lo llamamos nosotros al celular, no podía creerlo, y cuando volvió a la civilización se puso a trabajar en esto, no durmió en toda la noche. El propósito era sacarle a Tomás la sorpresa que venía preparando, pusieron un par de prints y asustaron a los usuarios diciendo que tenían los datos de todos. Los prints los tenían, pero los datos no. Por el interés de la gente se saturó la página, y Tomás la dio de baja para subir la nueva versión. Si entran ahora verán que tiene un montón de errores. Habría que haber esperado un mes más”, dice Gregorio Pozzo.
Ayer, en el programa de Andy Kusnetzof, Perros de la calle, habló Francisco Mármol, director de contenidos y Relaciones Institucionales de Telefe, quien desmintió que el canal fuera a denunciar a Cuevana. Lo cierto es que la intención existió, aunque por el momento fue desestimada por el canal que pertenece a Telefónica de España. “Supongo que habrán recapacitado luego de la repercusión en Twi-tter, Facebook y los blogs. La única información verídica está en Tribunales y ahí no hay nada”, dice Gregorio Pozzo.
Aquí sigue el culebrón: Cuevana dice que no fueron contactados anteriormente, que apenas hubo una comunicación informal en Tribunales entre abogados y que ante el pedido de Cuevana de “conversar”, esto fue desestimado por Telefe. Gregorio Pozzo desmiente también un supuesto textual de Escobar en un artículo de Infobae diciendo “jamás en la vida voy a pagar derechos por una película”. Y agrega: “Qué casualidad, Infobae está lanzando ahora su propio servicio de video”, asegura. También Telefónica de España está lanzando su servicio de televisión bajo demanda. Ahora bien, lo más importante: ¿es ilegal lo que hace Cuevana? En verdad, es una línea delgada. ¿Es delito linkear? Mmmm... El sitio indexa (organiza) contenidos generados por los usuarios sin reproducción dentro del servidor: “Un servicio similar a Google o a YouTube”, dice Gregorio Pozzo.
Es evidente que con una base de dos millones de usuarios por día y 12 millones por mes, el sitio está en condiciones de negociar con los estudios y estimular también el contenido local. Es más, ante la oferta desmedida de producción hollywoodense, una alta fuente del gobierno nacional le confió a Página/12 que no vería con malos ojos un acercamiento de Cuevana a la industria nacional. “Si sólo dejamos entrar a Netflix y matamos a Cuevana vamos por mal camino”, le dijo a este diario este funcionario, que piensa que el portal podría ser una gran plataforma para el cine argentino.
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