¿Qué frases memorables de la tele recordás?

Hoy les propongo reactivar este blog haciendo una suerte de post colectivo.
Resulta que el otro día escuché en una publicidad la frase “¡La cinta, Gonzalito!” y me puse a pensar en la cantidad de frases célebres de personajes, programas y publicidades de otras épocas que se colaron en nuestro vocabulario actual.
No sé ustedes, pero cuando alguien intenta desdecirse de algo que prometió o aseguró en forma categórica, yo suelo invocar a Gonzalito y su cinta. Pero no es la única frase que utilizo o, incluso, utilizan a mi alrededor. Así que, como les decía, yo arranco la lista de frases célebres y ustedes me ayudan a completarla.

- “No me pidan que cabecee…”: un clásico que nació en una publicidad de Canal 13 y que puede utilizarse cuando la gente espera más de uno que lo que uno puede o quiere realmente dar.
- “Fumá…”: lejos de ser una incitación al vicio, esta frase de Carlín Calvo en “Amigos son los amigos” suele utilizarse cuando se busca tranquilizar a alguien.
- ¡Grande Pa!: de los tiempos en los que las chancles se lo decían a Arturo Puig, suele utilizarse para elogiar paternidades numerosas o para elogiar alguna buena acción, aunque no tenga necesariamente que ver con la paternidad.
- Decilo Enzo, ¡decilo!: un clásico del Bambino Vieyra a Enzo Franchéscoli que se usa para animar a alguien a que diga eso que tiene en la punta de la lengua (yo la uso bastante)…
- ¡Andá a bañarte, Tuerquita!: esta es bien, bien retro y ya no se usa. Se la decía mi mamá a mi hermano (perdón, Maxi…) cuando, de chico, ponía excusas de todo tipo con tal de patear el momento del baño. ¿Quién era Tuerquita? Pues el robot de Telejuegos, al que no le gustaba bañarse…
- Si no me tienen fe…: un clásico del Manosanta Olmedo que logró trascender su mítico “No toca botón”.
- ¡Soy una leona vendiendo Durax!: ¿Se acuerdan de Jorge Martínez en aquella publicidad? Bueno, esta se la escuché a una editora después de lograr que un colaborador prestigioso aceptara su propuesta de escribir una nota.

Para cerrar, vale la pena recordar de dónde venía lo de Gonzalito y la cinta: del programa “Feliz domingo para la juventud”, en el que participantes de diferentes colegios competían por un viaje a Bariloche. Cuando en alguna de las prendas quedaban dudas acerca del participante que se había equivocado, Silvio Soldán, el conductor, le pedía a Gonzalito, el sonidista, que pasara nuevamente la grabación para lograr determinar quién había perdido.