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“Inundaciones sin H”
por Sandra Castillo
La semana pasada llovió en Buenos Aires dos veces alrededor de 80 milímetros cada vez. La cantidad de lluvia es asimilable a lo que puede llover en tres semanas, dicen los meteorólogos. Sin embargo el dato contundente es que los cambios ecológicos globales que avanzan sobre la city porteña dejan al desnudo la falta de planificación y la falta de liderazgo.Los barrios que se inundaron no son sólo los que sufren la cercanía del arroyo Maldonado, por lo que mal podrían las explicaciones brindadas respecto del desborde del arroyo por el agua llovida en la provincia de Buenos Aires, esclarecer las dudas de los vecinos.En la ciudad hay más de 27 mil sumideros que transportan el agua que corre por las calles y suelen taparse con todo tipo de objetos que los mismos vecinos arrojan … estaban sanos y limpios? Un informe de la Auditoría General que data de 2009 le ha reclamado al gobierno porteño tanto por su falta de mantenimiento como por su falta de limpieza, es de suponer entonces que esa podría ser una de las razones más sencillas que revele algo de verdad.Por su parte, los medios que profusamente se dedicaron durante varias horas a mostrar en directo las dificultades de una inundación que convirtió en río la esquina de Santa Fe y Humboldt de esta ciudad, permanecieron casi ausentes en los múltiples cacerolazos de otros barrios durante este fin de semana.Almagro, Villa Crespo, Flores, Floresta, Villa Mitre o Villa Urquiza fueron algunas de las zonas en las que vecinos enfurecidos cortaron calles con quema de gomas y basura para reclamar por la falta de luz y por la pérdida de sus bienes en casas inundadas y por sus autos que flotaron por las avenidas. No hubo allí presencia alguna del estado de la ciudad.Supongamos que algún familiar suyo tiene una emergencia … qué hace Ud.? El sentido común le debe estar indicando que sin dudar lo llama o se acerca a verlo de manera inmediata para saber en qué puede serle útil, y que, aún si para Ud. no fuera posible asistirlo de manera directa, su apoyo sería tomado en cuenta como un valor esencial.Se hace evidente que no fue ésta la estrategia recomendada para el Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en las dos inundaciones sufridas en la última semana. Se supo que durante la primera no estaba en la ciudad, ya que se encontraba descansando del stress que le produjo su separación -así consta en varios medios gráficos del jueves pasado-. Aún no hay explicación sobre su ausencia tanto el viernes mismo como en la conferencia de prensa posterior que el sábado llevaron adelante su jefe de gabinete y el ministro de Espacio Público, aunque dicen algunos medios gráficos que el jefe de gobierno se comunicó con ellos mediante Twitter.Pero aún suponiendo que la falta de previsión en la limpieza de sumideros ante la posibilidad de otra tormenta de igual intensidad en un lapso de días fuera la causa de más inundaciones este último viernes, es la estrategia de ausencia la adecuada?Las jerarquías de responsabilidad en el ámbito de la función pública suelen servir como vehículo de los problemas para encausarlos. Cuando el hilo se corta por lo más fino en tiempo y forma se pueden evitar problemas mayores. Así, por ejemplo, la destitución inmediata de un funcionario puede representar para los vecinos que se ha escuchado su reclamo o que no se ha minimizado una catástrofe. Hemos aprendido en los últimos meses que este no es el estilo del actual jefe de gobierno porteño: su tozudez en sostener al Jefe de la Policía Metropolitana aún estando al borde de la cárcel o el nombramiento de un ministro a pesar de sus escandalosos y arcaicos pensamientos públicos son dos buenos ejemplos de su accionar.Sin embargo, en esta última cuestión se agrega lo que podemos señalar como un nuevo error: la ausencia.Es que los estrategas cercanos al jefe de gobierno suponen que si él no está presente en los eventos, la gente no lo referencia como responsable? Los mensajes en todos los formatos posibles durante las horas de la tormenta del viernes demuestran lo contrario. El reclamo social que continuó durante el fin de semana pasado también. “Que venga alguien”, “que se hagan cargo”, “que nos digan cuándo vamos a tener luz” se escuchaba en los distintos cortes de estilo piquetero en barrios de clase media.Mauricio Macri ganó las elecciones porque fue Mauricio. Abandonando su apellido ilustre y acercándose en sus caminatas a los porteños de esos mismos barrios que salieron a piquetear, les mostró a todos su capacidad de dialogar mano a mano de aspiraciones y necesidades. Su gran acierto fue parecer un vecino más de la ciudad pero con gran capacidad ejecutiva, preocupado por cada historia, desvelado ante cada urgencia.Pero Mauricio en esta última semana fue Macri. Alejado de las preguntas de decenas de miles de porteños que padecieron la falta de luz y agua en sus edificios durante días, en silencio ante el fastidio de los contestadores automáticos de las empresas de energía eléctrica, ausente de los ensayos aclaratorios de sus ministros sobre los mapas.Las encuestas de mitad de término de cualquier gobierno suele mostrar una caída en los índices de aprobación por parte de la población, es lo normal, lo esperable. En general la percepción de la opinión pública sobre el dirigente que encarna esa gestión se encuentra más de diez puntos por encima del número de su gestión, suele ser así.En los últimos meses la brecha entre la imagen de gestión y la imagen de Mauricio Macri se está reduciendo. La disyuntiva es si hay que aparecer gestionando más o hacer como que es otro el que gestiona. La decisión es parte del sueño presidencial porque si bien cargarse al hombro la gestión del gobierno porteño puede resultar complejo, sin un resultado favorable a en los índices positivos por parte de la opinión pública a mediados de este año, cualquier salto hacia la carrera presidencial lo sería al vacío.En Buenos Aires va a seguir lloviendo, dicen los expertos que ahora el clima es sub-tropical, que hasta mediados de año las lluvias serán intensas. Seguramente también pasarán otras cosas excepcionales y algunas más habituales.Todo es parte de la dificultad rutinaria de ejercer el gobierno, de hacer las cosas, con H.Pero para seguir adelante Macri necesita urgentemente volver a ser Mauricio. Reencontrarse con el sentido común del porteño, con el lenguaje comunicacional que le permitió encarnar sus expectativas en 2007. Y a esta altura de la situación Mauricio Macri debería saber que Macri no convoca a la esperanza, Macri no logra convencer y hacer creer, eso lo hace mejor Mauricio, pero Mauricio no estuvo, no llamó, estuvo ausente
“Inundaciones sin H”
por Sandra Castillo
La semana pasada llovió en Buenos Aires dos veces alrededor de 80 milímetros cada vez. La cantidad de lluvia es asimilable a lo que puede llover en tres semanas, dicen los meteorólogos. Sin embargo el dato contundente es que los cambios ecológicos globales que avanzan sobre la city porteña dejan al desnudo la falta de planificación y la falta de liderazgo.Los barrios que se inundaron no son sólo los que sufren la cercanía del arroyo Maldonado, por lo que mal podrían las explicaciones brindadas respecto del desborde del arroyo por el agua llovida en la provincia de Buenos Aires, esclarecer las dudas de los vecinos.En la ciudad hay más de 27 mil sumideros que transportan el agua que corre por las calles y suelen taparse con todo tipo de objetos que los mismos vecinos arrojan … estaban sanos y limpios? Un informe de la Auditoría General que data de 2009 le ha reclamado al gobierno porteño tanto por su falta de mantenimiento como por su falta de limpieza, es de suponer entonces que esa podría ser una de las razones más sencillas que revele algo de verdad.Por su parte, los medios que profusamente se dedicaron durante varias horas a mostrar en directo las dificultades de una inundación que convirtió en río la esquina de Santa Fe y Humboldt de esta ciudad, permanecieron casi ausentes en los múltiples cacerolazos de otros barrios durante este fin de semana.Almagro, Villa Crespo, Flores, Floresta, Villa Mitre o Villa Urquiza fueron algunas de las zonas en las que vecinos enfurecidos cortaron calles con quema de gomas y basura para reclamar por la falta de luz y por la pérdida de sus bienes en casas inundadas y por sus autos que flotaron por las avenidas. No hubo allí presencia alguna del estado de la ciudad.Supongamos que algún familiar suyo tiene una emergencia … qué hace Ud.? El sentido común le debe estar indicando que sin dudar lo llama o se acerca a verlo de manera inmediata para saber en qué puede serle útil, y que, aún si para Ud. no fuera posible asistirlo de manera directa, su apoyo sería tomado en cuenta como un valor esencial.Se hace evidente que no fue ésta la estrategia recomendada para el Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en las dos inundaciones sufridas en la última semana. Se supo que durante la primera no estaba en la ciudad, ya que se encontraba descansando del stress que le produjo su separación -así consta en varios medios gráficos del jueves pasado-. Aún no hay explicación sobre su ausencia tanto el viernes mismo como en la conferencia de prensa posterior que el sábado llevaron adelante su jefe de gabinete y el ministro de Espacio Público, aunque dicen algunos medios gráficos que el jefe de gobierno se comunicó con ellos mediante Twitter.Pero aún suponiendo que la falta de previsión en la limpieza de sumideros ante la posibilidad de otra tormenta de igual intensidad en un lapso de días fuera la causa de más inundaciones este último viernes, es la estrategia de ausencia la adecuada?Las jerarquías de responsabilidad en el ámbito de la función pública suelen servir como vehículo de los problemas para encausarlos. Cuando el hilo se corta por lo más fino en tiempo y forma se pueden evitar problemas mayores. Así, por ejemplo, la destitución inmediata de un funcionario puede representar para los vecinos que se ha escuchado su reclamo o que no se ha minimizado una catástrofe. Hemos aprendido en los últimos meses que este no es el estilo del actual jefe de gobierno porteño: su tozudez en sostener al Jefe de la Policía Metropolitana aún estando al borde de la cárcel o el nombramiento de un ministro a pesar de sus escandalosos y arcaicos pensamientos públicos son dos buenos ejemplos de su accionar.Sin embargo, en esta última cuestión se agrega lo que podemos señalar como un nuevo error: la ausencia.Es que los estrategas cercanos al jefe de gobierno suponen que si él no está presente en los eventos, la gente no lo referencia como responsable? Los mensajes en todos los formatos posibles durante las horas de la tormenta del viernes demuestran lo contrario. El reclamo social que continuó durante el fin de semana pasado también. “Que venga alguien”, “que se hagan cargo”, “que nos digan cuándo vamos a tener luz” se escuchaba en los distintos cortes de estilo piquetero en barrios de clase media.Mauricio Macri ganó las elecciones porque fue Mauricio. Abandonando su apellido ilustre y acercándose en sus caminatas a los porteños de esos mismos barrios que salieron a piquetear, les mostró a todos su capacidad de dialogar mano a mano de aspiraciones y necesidades. Su gran acierto fue parecer un vecino más de la ciudad pero con gran capacidad ejecutiva, preocupado por cada historia, desvelado ante cada urgencia.Pero Mauricio en esta última semana fue Macri. Alejado de las preguntas de decenas de miles de porteños que padecieron la falta de luz y agua en sus edificios durante días, en silencio ante el fastidio de los contestadores automáticos de las empresas de energía eléctrica, ausente de los ensayos aclaratorios de sus ministros sobre los mapas.Las encuestas de mitad de término de cualquier gobierno suele mostrar una caída en los índices de aprobación por parte de la población, es lo normal, lo esperable. En general la percepción de la opinión pública sobre el dirigente que encarna esa gestión se encuentra más de diez puntos por encima del número de su gestión, suele ser así.En los últimos meses la brecha entre la imagen de gestión y la imagen de Mauricio Macri se está reduciendo. La disyuntiva es si hay que aparecer gestionando más o hacer como que es otro el que gestiona. La decisión es parte del sueño presidencial porque si bien cargarse al hombro la gestión del gobierno porteño puede resultar complejo, sin un resultado favorable a en los índices positivos por parte de la opinión pública a mediados de este año, cualquier salto hacia la carrera presidencial lo sería al vacío.En Buenos Aires va a seguir lloviendo, dicen los expertos que ahora el clima es sub-tropical, que hasta mediados de año las lluvias serán intensas. Seguramente también pasarán otras cosas excepcionales y algunas más habituales.Todo es parte de la dificultad rutinaria de ejercer el gobierno, de hacer las cosas, con H.Pero para seguir adelante Macri necesita urgentemente volver a ser Mauricio. Reencontrarse con el sentido común del porteño, con el lenguaje comunicacional que le permitió encarnar sus expectativas en 2007. Y a esta altura de la situación Mauricio Macri debería saber que Macri no convoca a la esperanza, Macri no logra convencer y hacer creer, eso lo hace mejor Mauricio, pero Mauricio no estuvo, no llamó, estuvo ausente
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