Brasil
Televisión, sexo y sociología
Varios estudios muestran que las muy criticadas telenovelas brasileñas tuvieron una influencia positiva en temas como igualdad de género y violencia familiar
Una escena de Pois Caras e Bocas, telenovela de la cadena Globo de inminente estreno en Brasil
El glamoroso mundo que presentan las telenovelas nocturnas de la televisión brasileña es, al menos superficialmente, tan representativo del país en su totalidad como lo eran María Antonieta y sus pastoras en la Francia de los años 1780. Pero todo tiene que ver con la aspiración. Alrededor de 40 millones de personas miran la novela de la media tarde de Globo, la cadena líder del país. La acción a menudo tiene lugar en Río de Janeiro, donde Globo tiene su sede, y acontece en familias más pequeñas, más blancas y más ricas que el promedio de la población brasileña. Una nueva investigación sugiere que, al vender esta versión del país a sí mismo, Globo ha estimulado dos importantes tendencias sociales.
Las telenovelas florecieron bajo el régimen militar de Brasil de 1964-1985. Los generales subsidiaron las ventas de aparatos de televisión para construir el sentido de nacionalidad en un país muy extenso y en el que en ese entonces había una cuota importante de analfabetismo. Se pensó que la tarea la cumplirían las noticias nacionales, pero las telenovelas fueron las que atrajeron a la audiencia. Sus guionistas y directores, muchos de los cuales eran de izquierda, las vieron como una herramienta con la cual llegar a las masas. Sus argumentos a menudo se inclinan hacia los puntos de vista del progresismo: se discute sobre el sida, se promueve el uso de los preservativos y se dan ejemplos de movilidad social.
¿Cuál es el impacto de las telenovelas en la vida real? De acuerdo con informes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los investigadores rastrearon la expansión de Globo en todo el país y la compararon con los datos de fertilidad y divorcio.
Los resultados son muy llamativos en cuanto a la tasa de fertilidad total, que cayó de 6,3 niños por mujer en 1960 a 2,3 en 2000, a pesar de que la anticoncepción era desalentada desde el gobierno durante algunos de esos años .Esto se debió a que las mujeres se mudaban a las ciudades y optaban por tener menos hijos. Los informes sostienen que las familias pequeñas y felices representadas en la televisión contribuyeron a esa tendencia. Aislando otros posibles factores, la llegada de Globo fue asociada con una declinación de 0,6 puntos porcentuales en la probabilidad de que una mujer dé a luz en un año determinado. Eso es equivalente a la caída de la tasa de nacimientos asociada con dos años extra de escolaridad en la mujer.
El efecto sobre el divorcio fue menor pero igualmente notable. Los investigadores encontraron que, entre 1975 -cuando se propuso por primera vez el divorcio- y 1984, cerca de uno de cada cinco personajes importantes de las novelas de Globo estaban divorciados o separados, un porcentaje más alto que el del Brasil real.
Estas rupturas no eran sólo el resultado del machismo: desde mediados de los años 60 hasta mediados de los 80, alrededor del 30 por ciento de los personajes femeninos más importantes de las novelas eran infieles a sus parejas. Los investigadores encuentran que la llegada de Globo en un área fue asociada con el aumento de 0,1 a 0,2 puntos porcentuales en la cantidad de mujeres de entre 15 y 49 años que se divorciaron o separaron. Los autores consideran que ver a mujeres "autorizadas" divirtiéndose en Río de Janeiro hizo que otras mujeres (de cualquier manera sólo unas pocas) se volvieran más independientes.
Otra investigación muestra que el divorcio y la baja fertilidad están ligados con menores grados de violencia familiar. Así, la influencia de las telenovelas podría ser mucho más positiva de lo que sus críticos -que las acusan de ser insípidas- sostienen. Si Globo apareciera ahora con una atractiva novela sobre la reforma impositiva, su transformación de Brasil sería completa.
Traducción: María Elena Rey © The Economist
Tecnología / Internet
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