PRIMERA CAMPAÑA OFICIAL Y MASIVA POR LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES
“La violencia no es sólo el golpe”
La campaña involucra cinco ministerios, otras agencias nacionales y el PNUD. Son spots televisivos, radiales y por Internet que buscan sensibilizar ante la violación de los derechos femeninos antes que enunciar principios con tono imperativo.
Por Soledad Vallejos
Por primera vez una campaña argentina, de dimensiones masivas y que involucra a cinco ministerios, además de otras instituciones y agencias nacionales y extranjeras, aborda causas y efectos de la violencia de género procurando sensibilizar ante la violación de los derechos humanos de las mujeres, antes que enunciando principios con tono imperativo. Se trata de “Otra vida es posible. Tenemos derecho a una vida sin violencia”, la iniciativa de alcance nacional que comenzó hace unos días en televisión y radio, continúa en Internet, y desde ayer alienta la multiplicación de sus efectos mediante un concurso.
Presentada a fines de la semana pasada, entre sábado y domingo la campaña registró cerca de 13 mil visitas en su sitio web (www.vivirsinviolencia.gov.ar) y va sumando rotación –en espacios cedidos gratuitamente, por tratarse de una campaña de bien público– en los canales de aire y las radios. “Ahora hay una gran responsabilidad del Estado por delante, que es implementar políticas públicas coherentes al respecto. La sensibilización es una tarea importante, pero también es preciso crecer a nivel de respuesta institucional”, evaluó María Fernanda Ruiz, coordinadora de Vivir sin Violencia. La iniciativa, que comenzó en octubre del año pasado, cuenta con financiación del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y articula cinco ministerios (Desarrollo Social, Educación, Justicia, Relaciones Exteriores y Salud), otras áreas de gobierno (como el Consejo Nacional de la Mujer y el Sistema Nacional de Medios Públicos), sectores de la sociedad civil (como la Fundación Alicia Moreau de Justo) y organismos internacionales (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Unfpa, Unifem).
En uno de los spots, un grupo de mujeres desliza frases: “Yo no soy así, vos me ponés así”; “vos sos para acá, para esta casa. Te casaste para vivir conmigo y atender a mis hijos”; “yo vengo cansado y no encuentro nada para comer”; “el estudio no te sirve de nada, me tenés a mí que te voy a mantener”; “no servís para nada, sos una inútil”; “¿que yo vaya a la psicóloga? ¿pero qué desayunaste?”; “ridícula... ¿así pintada dónde vas?” ; “acá el que tiene derechos soy yo”; “vos me metiste en esto, hacete cargo”... La pieza dura algo menos de dos minutos y lleva por título El dice; tal vez se vuelva doblemente efectiva por la fuerza que le dan las palabras elegidas, todas ellas de casos reales. Por estos días, también pueden verse Circularidad, que refiere el ciclo de la violencia sirviéndose de la historia de una familia, y Ovillo de lana, que halla en una imagen tan sencilla como la de unos hilos que van siendo cortados la metáfora perfecta para demostrar el aislamiento en el que van quedando encerradas las víctimas. La dimensión de lo siniestro cotidiano –narrada ajustadamente y con calidad cinematográfica por Bruno Stagnaro en las piezas televisivas, con idéntico rigor profesional de docentes de Eter en el caso de los tres spots radiales– está en el centro de la campaña, que cifra su fortaleza en mostrar distintas manifestaciones de la violencia –enfatiza su existencia en el lema “violencia no es sólo el golpe”–, tanto como las dificultades y posibilidades de romper esa situación. Los mensajes, por otra parte, ponen en escena cuerpos y voces de mujeres de distintas clases sociales, a contramano del estereotipo que achaca la violencia solamente a sectores empobrecidos. Ruiz explica que se buscó “específicamente representar cuerpos de mujeres de clase media, algo que resultó tan poco sencillo que muchas de las involucradas en la campaña terminaron poniendo el cuerpo”.
Al diseñar la campaña “hubo acuerdo en que no queríamos enfatizar la patología que subyace a la violencia, sino poner el eje en que la violencia es una violación de los derechos humanos de las mujeres”. Todas las piezas (que pueden encontrarse en la web, junto a otros materiales complementarios) fueron desarrolladas teniendo en mente “trabajar mediante dos vías: primero a través de la educación, porque si no se interviene sobre eso, la fábrica de producir violencia no se corta, lo que vuelve fundamental operar a nivel de la educación y los medios de comunicación, que tienen el poder simbólico y la persistencia cotidiana para fabricar víctimas y victimarios. Por eso buscamos sensibilizar y apuntar allí, insistir para desnaturalizar la violencia contra las mujeres, plantear la multidimensionalidad del problema y mostrar a niños y niñas como víctimas del problema de violencia de sus madres”.
Mientras los ministerios involucrados comienzan a desarrollar acciones con los materiales de la campaña, el concurso –cuyas bases pueden encontrarse on line– “propone la participación de ONG, particulares, profesionales, amateurs, para el diseño de micros de radio, afiches, textos literarios, cortos audiovisuales e historietas”. Hasta junio se recibirán materiales y los trabajos ganadores serán editados en la segunda mitad del año.
“La violencia no es sólo el golpe”
La campaña involucra cinco ministerios, otras agencias nacionales y el PNUD. Son spots televisivos, radiales y por Internet que buscan sensibilizar ante la violación de los derechos femeninos antes que enunciar principios con tono imperativo.
Por Soledad Vallejos
Por primera vez una campaña argentina, de dimensiones masivas y que involucra a cinco ministerios, además de otras instituciones y agencias nacionales y extranjeras, aborda causas y efectos de la violencia de género procurando sensibilizar ante la violación de los derechos humanos de las mujeres, antes que enunciando principios con tono imperativo. Se trata de “Otra vida es posible. Tenemos derecho a una vida sin violencia”, la iniciativa de alcance nacional que comenzó hace unos días en televisión y radio, continúa en Internet, y desde ayer alienta la multiplicación de sus efectos mediante un concurso.
Presentada a fines de la semana pasada, entre sábado y domingo la campaña registró cerca de 13 mil visitas en su sitio web (www.vivirsinviolencia.gov.ar) y va sumando rotación –en espacios cedidos gratuitamente, por tratarse de una campaña de bien público– en los canales de aire y las radios. “Ahora hay una gran responsabilidad del Estado por delante, que es implementar políticas públicas coherentes al respecto. La sensibilización es una tarea importante, pero también es preciso crecer a nivel de respuesta institucional”, evaluó María Fernanda Ruiz, coordinadora de Vivir sin Violencia. La iniciativa, que comenzó en octubre del año pasado, cuenta con financiación del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) y articula cinco ministerios (Desarrollo Social, Educación, Justicia, Relaciones Exteriores y Salud), otras áreas de gobierno (como el Consejo Nacional de la Mujer y el Sistema Nacional de Medios Públicos), sectores de la sociedad civil (como la Fundación Alicia Moreau de Justo) y organismos internacionales (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Unfpa, Unifem).
En uno de los spots, un grupo de mujeres desliza frases: “Yo no soy así, vos me ponés así”; “vos sos para acá, para esta casa. Te casaste para vivir conmigo y atender a mis hijos”; “yo vengo cansado y no encuentro nada para comer”; “el estudio no te sirve de nada, me tenés a mí que te voy a mantener”; “no servís para nada, sos una inútil”; “¿que yo vaya a la psicóloga? ¿pero qué desayunaste?”; “ridícula... ¿así pintada dónde vas?” ; “acá el que tiene derechos soy yo”; “vos me metiste en esto, hacete cargo”... La pieza dura algo menos de dos minutos y lleva por título El dice; tal vez se vuelva doblemente efectiva por la fuerza que le dan las palabras elegidas, todas ellas de casos reales. Por estos días, también pueden verse Circularidad, que refiere el ciclo de la violencia sirviéndose de la historia de una familia, y Ovillo de lana, que halla en una imagen tan sencilla como la de unos hilos que van siendo cortados la metáfora perfecta para demostrar el aislamiento en el que van quedando encerradas las víctimas. La dimensión de lo siniestro cotidiano –narrada ajustadamente y con calidad cinematográfica por Bruno Stagnaro en las piezas televisivas, con idéntico rigor profesional de docentes de Eter en el caso de los tres spots radiales– está en el centro de la campaña, que cifra su fortaleza en mostrar distintas manifestaciones de la violencia –enfatiza su existencia en el lema “violencia no es sólo el golpe”–, tanto como las dificultades y posibilidades de romper esa situación. Los mensajes, por otra parte, ponen en escena cuerpos y voces de mujeres de distintas clases sociales, a contramano del estereotipo que achaca la violencia solamente a sectores empobrecidos. Ruiz explica que se buscó “específicamente representar cuerpos de mujeres de clase media, algo que resultó tan poco sencillo que muchas de las involucradas en la campaña terminaron poniendo el cuerpo”.
Al diseñar la campaña “hubo acuerdo en que no queríamos enfatizar la patología que subyace a la violencia, sino poner el eje en que la violencia es una violación de los derechos humanos de las mujeres”. Todas las piezas (que pueden encontrarse en la web, junto a otros materiales complementarios) fueron desarrolladas teniendo en mente “trabajar mediante dos vías: primero a través de la educación, porque si no se interviene sobre eso, la fábrica de producir violencia no se corta, lo que vuelve fundamental operar a nivel de la educación y los medios de comunicación, que tienen el poder simbólico y la persistencia cotidiana para fabricar víctimas y victimarios. Por eso buscamos sensibilizar y apuntar allí, insistir para desnaturalizar la violencia contra las mujeres, plantear la multidimensionalidad del problema y mostrar a niños y niñas como víctimas del problema de violencia de sus madres”.
Mientras los ministerios involucrados comienzan a desarrollar acciones con los materiales de la campaña, el concurso –cuyas bases pueden encontrarse on line– “propone la participación de ONG, particulares, profesionales, amateurs, para el diseño de micros de radio, afiches, textos literarios, cortos audiovisuales e historietas”. Hasta junio se recibirán materiales y los trabajos ganadores serán editados en la segunda mitad del año.
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