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martes, 10 de marzo de 2009

Crece la falsificación de marcas
La comercialización de mercadería "trucha" en el país ya mueve más de 9500 millones de pesos por año

Paula Soler LA NACION
Es uno de los pocos negocios que crece en medio de la crisis económica. Representa el 7 por ciento de la economía mundial, en la Argentina mueve más de 9500 millones de pesos por año y alrededor del 40% del mercado local hoy se produce en el país, cuando hace dos años el 90% era de importación.
De esa manera se desarrolla el llamado fraude marcario, por el cual distintas marcas de productos son víctimas de la piratería. En la Argentina toma forma de un monstruo que se alimenta de inflaciones, deflaciones, pobreza e ilusiones de un mejor estatus. Así, avanza en las sombras a paso firme y le gusta lucir zapatillas y ropa deportiva Adidas y Nike, trajes de Armani y camisas Yves Saint Laurent, chombas de Ralph Laurent Polo y Lacoste, anteojos de Gucci, relojes Rolex y carteras Louis Vuitton.
Esas son las marcas más falsificadas que compran los argentinos, según un informe realizado por la Dirección General de Aduana (DGA) y datos de la Policía Federal. Los consumidores que buscan mercadería "trucha" pagan precios irrisorios en comparación con los que se exhiben en vidrieras europeas. Pero en conjunto se trata de valores siderales.
"La piratería es el crimen del siglo XXI. El lucro es enorme, las posibilidades de pena que existen son limitadas y la gente, cuando compra a sabiendas, no es consciente de que consumir mercadería falsa implica lavado de dinero, trabajo esclavo y explotación infantil", dijo a LA NACION Diego Farreras, gerente del Departamento de Antipiratería de Louis Vuitton, una de las marcas más falsificadas en el mundo.
Según una encuesta de Ipsos Mora y Araujo realizada en 2006 en el área metropolitana de Buenos Aires sobre el consumo de productos piratas, seis de cada diez personas admitían haber comprado copias de ropa de marca; cuatro de cada diez, haber adquirido zapatillas de ese tipo, y tres de cada diez, CD y DVD "truchos".
En este último rubro, crecen los adeptos a comprar CD de música o darse el gusto de ver en DVD las películas que recientemente se estrenaron en Hollywood. Los recursos que provee Internet para bajar contenido causan pérdidas en las industrias discográfica, cinematográfica y del software que superan los 1800 millones de pesos anuales.
Ropa de niños
Otro rubro en crecimiento es el dedicado a los niños. Lo más falsificado son trajes, mochilas y productos con emblemas de Spiderman, Power Rangers, Barbie y Disney.
Los productos falsificados que más consumen los argentinos son prendas de vestir y artículos de marroquinería. Esto se demuestra en que cuatro de cada diez prendas son falsificadas, al igual que dos de cada diez bolsos, carteras, mochilas y zapatillas, según un estudio realizado por la Asociación Argentina de Lucha contra la Piratería, formada por importantes empresas.
El castigo a los consumidores de mercadería "trucha" por parte de la Justicia fue planteado hace dos años en un proyecto de ley presentado por el entonces diputado Cristian Ritondo (Pro). La iniciativa, que no llegó a prosperar en el Congreso, planteaba por primera vez imponer algún tipo de pena (no indicaba cuál) para quien "compre o adquiera a sabiendas y a escala comercial productos y/o servicios con marca registrada falsificada".
"No es fácil comprobar que alguien compró algo falso a propósito, por eso nosotros preferimos trabajar fuertemente con la Policía Federal y la Aduana en operativos y capacitación para detectar mercadería fraudulenta", explicó Sergio Vargas, especialista en derecho penal marcario y coordinador legal de la Asociación Argentina de Lucha contra la Piratería.
Más controles
Debido al aumento de los controles en la Aduana, en 2008 se secuestró 40% más de mercadería falsificada de principales marcas que en 2007, lo que significa un monto de 58.177.365 dólares.
Hace unos años, el 70% de las prendas falsificadas provenían de China y entraban por Paraguay. "Ahora, cerca del 40% del total de la falsificación textil se produce en la Argentina gracias a la proliferación de talleres clandestinos que trabajan con mano de obra esclava, que cobra centavos por prenda", explicó Vargas.
Según la Unión de Trabajadores Costureros de Buenos Aires, hay más de 4000 talleres clandestinos entre la ciudad y el conurbano. Allí se emplea a cerca de medio millón de obreros, en su mayoría bolivianos y peruanos que entran en el país de manera ilegal y que trabajan en condiciones de hacinamiento y explotación.
"La piratería no debe ser vista como un delito menor. Detrás de eso hay trabajo esclavo y explotación infantil, en el país y en el mundo", explicó Farreras a LA NACION.

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