MEDIOS Y COMUNICACION
La nueva instrucción cívica
Una mirada histórica al teléfono, su tecnología y sus
usos le permite a Juan Pablo Ringelheim reflexionar acerca del modo en que ese
aparato instruye y educa a los usuarios.
Por Juan Pablo Ringelheim *
Sería posible hacer una
historia de dos regímenes de dominación a partir de los modelos telefónicos
hegemónicos.
Hubo un tiempo en que el teléfono ocupaba
un lugar central y estable en la casa, como el santuario o la cocina-comedor.
Cuando sonaba, los miembros de la familia se entregaban a una sutil carrera,
como si llegaran noticias del otro mundo. Alguien preguntaba: “¿Quién es?”. Una
voz desde el otro lado respondía: “Soy Ricardo, el doctor”. Un nombre y una
función social. Había, entonces, un lugar en la casa desde el cual se hacía una
pregunta por el ser, y se encontraba una respuesta con una identidad estable. Y
también había otro mundo. Un mundo de plena realización religiosa o política:
utópico, del que se esperaba una palabra. Esa palabra, si llegaba, regiría la
vida de la familia, hoy diríamos: de modo “autoritario”.
En la actualidad nadie pregunta “¿quién
es?”. La respuesta a la pregunta por el ser la devela el CallerID. En cambio se
le pregunta “¿dónde está?”. Si antes se decía la identidad, ahora se dice el lugar.
Estoy yendo, llegando, subiendo: la obsesión por la localización se da en el
contexto de un sistema económico en el cual la valorización del producto se da
en el movimiento: te mando el trabajo adjunto, está yendo, modificá lo que
quieras, enviámelo, lo retoco y se lo envío a los brasileños. Producir es poner
en movimiento. La circulación incrementa el valor, y la policía de los
gobiernos neoliberales lo indicó tempranamente: circule.
En aquella casa el teléfono permanecía
fijo como el lugar del trabajador en la fábrica. En la actualidad, el teléfono
es móvil y el trabajador no permanece sino que se mueve, rota en la empresa.
La identidad ya no la da el nombre y la
función social sino el lugar en la red: el nick. Y el nick varía de acuerdo con
el contexto, las plataformas, el color de la pantalla; varía como un electorado
maleable y “transmediático”, surfeando por las ondulaciones de la prensa
amarillo PRO.
Quizás el teléfono fijo correspondía a un
modelo autoritario donde un más allá metafísico, religioso o político
determinaba las acciones familiares. Ahora aquel mundo fue reemplazado por un
lenguaje publicitario que evangeliza acerca de lo veloz y lo viejo, de lo
limpio y lo peligroso, lo último y lo off-line.
El riesgo del teléfono fijo era el malentendido.
Un silencio de más, una palabra de menos, y ¡clack! El teléfono antiguo dio
lugar al corte fuerte, relacionado con el teléfono roto. El riesgo del teléfono
móvil es el accidente automovilístico. Un volantazo de menos, y ¡crash! El
accidente está relacionado con el caos de tránsito, que es un obstáculo a la
libre circulación.
El teléfono fijo imponía el reposo del
hablante en una silla y un diálogo amplio. El teléfono celular impone el
movimiento, se habla caminando y el lenguaje se contrae hasta el calambre. ¿Hay
una pérdida de la capacidad reflexiva? Se dirá que asistimos a un cambio de
época que deja atrás toda una cultura de lectura y escritura grave, profunda,
que pretendía crear una humanidad más reflexiva, pacífica y libre. Y que ese
proyecto basado en la palabra fracasó. Se dirá que quienes fabricaron las
bombas atómicas habían concurrido a la escuela y leído textos antiguos y
modernos; más aún: un mismo cable telefónico puede haber unido a la antigua
Atenas con los laboratorios del Proyecto Manhattan. Esto indicaría que la
palabra no es un eficaz antídoto contra la barbarie humana. En cambio, las
tecnologías digitales, que serían capaces de prescindir de la palabra, del
logocentrismo, darían lugar al nacimiento de una nueva cultura fundada en la
cooperación.
Pero las tecnologías como el teléfono
celular o Twitter no prescinden de una ilustración pesada. Hay manuales tácitos
de instrucción cívica destinados a educar sobre la circulación de mensajitos
deserotizados, sin el cuerpo, sin la voz del emisor y el destinatario. Manuales
tácitos destinados a educar sobre dónde poner el signo de exclamación, que
sería la forma vicaria de los órganos sexuales. La mayor instrucción la dan los
discursos acerca de la conexión constante: hay que estar siempre on-line: un
servicio de disponibilidad obligatorio. Y hay una onda eléctrica que puede
estar uniendo la vibración del celular con el cuerpo que se estremece de pánico
por una saturación de la atención.
Claro que los teléfonos celulares pueden
ser útiles para derrocar a un tirano en Africa o para coordinar la asistencia a
una marcha. Habrá quienes vean en las nuevas tecnologías digitales herramientas
de formación de comunidad. ¿Quién podría decir lo contrario? Si hasta lo dice
la televisión: Comunidad Movistar.
* Docente e Investigador
UNQ y UBA.
MEDIOS Y COMUNICACION
Anita salió a la calle
Desde Tucumán, Emanuel Gall y Eva Fontdevila anuncian
la puesta en marcha de la Agencia de Noticias sobre Infancias de Tucumán,
Argentina (Anita), que produce semanalmente un boletín con noticias sobre
infancia.
Por Emanuel Gall y Eva Fontdevila
* Desde Tucumán
Abrojos. Colectivo de Educación Popular ha
creado la Agencia de Noticias sobre Infancias de Tucumán, Argentina (Anita),
que envía semanalmente un boletín electrónico de noticias desde la perspectiva
de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos a periodistas de
medios gráficos y audiovisuales.
Los derechos de los niños, las niñas y los
adolescentes se han plasmado en tratados internacionales de derechos humanos,
en leyes nacionales y provinciales, interpelando a los organismos estatales de
todos los poderes y se insertan, crecientemente, en políticas públicas
específicas.
El derecho a la comunicación, por su
parte, ha sido “sacudido” en los últimos años, con discusiones legislativas
–que en Argentina se plasmaron en la sanción de la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual– y sobre todo en un debate social inédito sobre el rol
de los comunicadores. Hoy la mesa de la familia incluye temáticas antes
reservadas a la universidad o a la militancia específica.
Los periodistas y comunicadores, puestos
hoy en tela de juicio y ubicados en dicotomías –a veces simplistas– como
“oficialistas” o “independientes”, “militantes” u “objetivos”, ven su propia
práctica modificarse por la fuerza de una presión que –esperemos– redunde en
una profundización en los enfoques con que las noticias, información y
opiniones son puestas en circulación. La comunicación como una disputa de
sentidos sociales invita hoy a los comunicadores al desafío de incorporar la
perspectiva de los derechos humanos en su rutina de pensamiento y elaboración
de contenidos.
Existen numerosas experiencias de agencias
de noticias dedicadas prioritariamente a los derechos de las infancias. La red
ANDI, cuyo socio argentino más importante es Periodismo Social, ha marcado el
rumbo al proveer de fuentes de información variadas a medios masivos en todos
los soportes. Cuestionar la “inexorable” recurrencia a las fuentes policiales
para la cobertura de situaciones relacionadas con delitos, accidentes,
violencia, etc. que involucran a niños y niñas, y ofrecer una variedad de
fuentes especializadas (como ONG, organismos, investigadores, etc.), entre
otras estrategias, ha representado un aporte importante a la inclusión del
enfoque de derechos en el periodismo.
La Convención sobre los Derechos del Niño
y las leyes que se basan en ella proponen, entre otros principios, que los
niños sean tenidos en cuenta en primer lugar en todos los asuntos que los
afecten, que se respete y fomente el ejercicio de su libre expresión y la
participación. En este sentido, la información “sobre” y “para” los niños y
niñas debería contemplarlos desde su perspectiva, posibilidades e intereses y
en particular como fuentes. Esto se traduciría en un enorme esfuerzo del mundo
adulto por repensar el modo en que contamos la infancia, cómo nos referimos a
ella, qué temas seleccionamos, qué aspectos destacamos y cuáles soslayamos, con
qué criterios entrevistamos, qué ángulos usamos con nuestra cámara de fotos,
entre otros aspectos.
Anita, la Agencia de Noticias sobre
Infancias de Tucumán, Argentina, intenta incidir en los relatos mediáticos
sobre la infancia, aportando noticias redactadas y “listas para publicar”,
fotografías adecuadas al enfoque de derechos, testimonios variados tomados en
eventos desarrollados por instituciones u organizaciones, entrevistas e
informes vinculados con la niñez, con el objetivo de mostrar a los trabajadores
de los medios tanto hechos concretos como interpretaciones sobre los mismos,
desde la perspectiva de derechos.
Entre los elementos de diagnóstico que dan
origen a la creación de la agencia, se destaca la preocupación por la
abundancia de noticias que vinculan a la infancia casi exclusivamente con la
inseguridad y la pobreza, creando a partir de situaciones concretas
espectáculos que exponen a niños y niñas a la vulneración de su intimidad, al
maltrato y a presiones extremas por parte de “buscadores de primicias”.
En Tucumán, en 2010, una niña de tres años
que era maltratada por los familiares que la tenían a cargo fue sometida a
interrogatorios periodísticos sobre su situación y a la exhibición televisiva
de sus heridas en primer plano (más allá del pixelado de rigor). Algunos
periodistas responsables de la cobertura del “caso” manifestaron, durante una
jornada de formación para comunicadores, haberse sentido “importantes”, casi
“justicieros” por la labor cumplida. Otros relataron las exigencias de “sangre”
a las que son sometidos por parte de editores de los medios.
Es de esperar que no lleve mucho tiempo
incidir concretamente en la agenda y los enfoques de los medios masivos de
comunicación sobre la infancia. Tanto Anita como la “Ronda por Nuestros
Derechos”, generada en Tucumán este año por organismos del Estado y
organizaciones de la sociedad civil con el fin de visibilizar en espacios
públicos políticas e iniciativas en torno de los derechos de la niñez, expresan
esfuerzos novedosos y horizontes potentes a nivel local en ese sentido.
* Integrantes de
Abrojos. Colectivo de Educación Popular, www.abrojos.org
Facebook: anita.
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