Ansiedad y especulaciones por el candidato a vicepresidente
Publicado el 21 de Junio de 2011Mientras la gráfica nacional da por descontada la postulación de la presidenta, la incógnita mayor se cierne en torno a su posible compañero de fórmula. Clarín y La Nación insisten en marcar un contexto desfavorable.
El esperado anuncio de la candidatura de la presidenta, las próximas etapas del calendario electoral y, sobre todo, la definición oficial en torno a un candidato a la vicepresidencia por el kirchnerismo centralizan gran parte de la agenda de los medios gráficos nacionales.
Desde los medios hegemónicos, se trata de analizar la situación, entre otros aspectos, como el final de una “incertidumbre” que hasta su definición beneficiaría políticamente a la presidenta. A partir de este punto, especulan, la ventaja táctica se desvanecería cuando faltan cuatro meses para las presidenciales. También, apuestan al supuesto “contexto desfavorable”, apoyándose sobre todo en el “caso Schoklender”.
En página 7, Clarín sostiene: “Sin más márgenes, Cristina Fernández de Kirchner debe definir su futuro esta semana. Su silencio y secreto es explicado en el mundo K como una jugada táctica, aunque a esta altura algunos no esconden sus angustias. Una primaria que no define candidaturas, aunque genera muchas especulaciones sobre su impacto y hasta su sentido, impone mostrar las cartas cuatro meses antes de las elecciones generales. Y esa obligación llega, para el oficialismo, en días sacudidos por hechos –en especial, el caso que involucra a Schoklender y la Fundación de las Madres– que le han provocado perder otra vez el manejo de la agenda política nacional.”
La Nación, con el editorialista Carlos Pagni, repasa parte de los argumentos que viene sosteniendo para “bombardear” discursivamente la voluntad de la presidenta para presentar su candidatura, y enfatiza: “Cristina Kirchner será la que enfrente más dificultades, ya que está rodeada de un mayor número de acertijos. Debe extrañar a su esposo más que nunca: él no está para ocuparse, como siempre, de las pretensiones ajenas. El enigma inicial se refiere a ella misma. No tanto a su candidatura, que ya todos dan por hecha, sino a cómo la postulación impactará sobre su aspecto. Desde hace ocho meses la Presidenta viene proyectando la imagen de una viuda que ejerce el poder en una ceremonia de gran renunciamiento. A partir de ahora será una candidata buscando el voto.” Varios medios plantean la incógnita sobre el posible compañero de fórmula de la presidenta. Por ejemplo, Democracia, en las páginas 4 y 5, enfatiza: “Fiel a su estilo de que nada trascienda hasta que llegue el momento, Cristina mantiene bajo siete llaves el nombre de quién será su candidato a vicepresidente. La experiencia fallida de Julio Cobos llevó a que las palabras confianza y lealtad sean los dos atributos más valorados a la hora de elegir candidato.” <
El esperado anuncio de la candidatura de la presidenta, las próximas etapas del calendario electoral y, sobre todo, la definición oficial en torno a un candidato a la vicepresidencia por el kirchnerismo centralizan gran parte de la agenda de los medios gráficos nacionales.
Desde los medios hegemónicos, se trata de analizar la situación, entre otros aspectos, como el final de una “incertidumbre” que hasta su definición beneficiaría políticamente a la presidenta. A partir de este punto, especulan, la ventaja táctica se desvanecería cuando faltan cuatro meses para las presidenciales. También, apuestan al supuesto “contexto desfavorable”, apoyándose sobre todo en el “caso Schoklender”.
En página 7, Clarín sostiene: “Sin más márgenes, Cristina Fernández de Kirchner debe definir su futuro esta semana. Su silencio y secreto es explicado en el mundo K como una jugada táctica, aunque a esta altura algunos no esconden sus angustias. Una primaria que no define candidaturas, aunque genera muchas especulaciones sobre su impacto y hasta su sentido, impone mostrar las cartas cuatro meses antes de las elecciones generales. Y esa obligación llega, para el oficialismo, en días sacudidos por hechos –en especial, el caso que involucra a Schoklender y la Fundación de las Madres– que le han provocado perder otra vez el manejo de la agenda política nacional.”
La Nación, con el editorialista Carlos Pagni, repasa parte de los argumentos que viene sosteniendo para “bombardear” discursivamente la voluntad de la presidenta para presentar su candidatura, y enfatiza: “Cristina Kirchner será la que enfrente más dificultades, ya que está rodeada de un mayor número de acertijos. Debe extrañar a su esposo más que nunca: él no está para ocuparse, como siempre, de las pretensiones ajenas. El enigma inicial se refiere a ella misma. No tanto a su candidatura, que ya todos dan por hecha, sino a cómo la postulación impactará sobre su aspecto. Desde hace ocho meses la Presidenta viene proyectando la imagen de una viuda que ejerce el poder en una ceremonia de gran renunciamiento. A partir de ahora será una candidata buscando el voto.” Varios medios plantean la incógnita sobre el posible compañero de fórmula de la presidenta. Por ejemplo, Democracia, en las páginas 4 y 5, enfatiza: “Fiel a su estilo de que nada trascienda hasta que llegue el momento, Cristina mantiene bajo siete llaves el nombre de quién será su candidato a vicepresidente. La experiencia fallida de Julio Cobos llevó a que las palabras confianza y lealtad sean los dos atributos más valorados a la hora de elegir candidato.” <
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