Tatuarse, un sello de distinción
Una tendencia que crece entre los argentinos y cómo evolucionó la opinión de la gente. Por Diego Cruz Neira
Miércoles 23 de febrero de 2011 | 01:32 (actualizado a las 02:35)
Video: El tatuador de los famosos
Anteriormente los tatuajes fueron relacionados con bandidos, rudos y hasta delincuentes. No por nada una de las primeras imágenes de hombres con dibujos indelebles en la piel era la de los marineros o piratas. Sin embargo, con el paso de los años, la sociedad les concedió otro lugar e incluso hoy el oficio del tatuador es considerado un arte o en contados casos, ocupa el lugar de un empresario. Los mejores en su clase son un sello de distinción y en una señal de liberación, independencia, firmeza y autonomía.
El tatuaje se convirtió en una actividad en crecimiento. Sitos como American Tatoo, una de las casas más importantes y reconocidas de Buenos Aires, se hacen cerca de 70 solamente en un día, algo que hace unos años era impensable, por tener un mercado más restringido.
"En los comienzos, obviamente no teníamos trabajo todos los días, tatuabas por momentos, más que nada en la época de invierno. Hacías un par por semana", dijo a lanacion.com Mariano Antonio, tatuador oficial de Diego Maradona, Marcelo Tinelli y Flavia Palmiero y propietario de American Tattoo.
El mundo de los tatuajes no es sólo el conjunto de agujas y tintas. La esencia de este arte radica en la visualización de pensamientos, recuerdos, es un medio de expresión. Son estos factores los que, precisamente, le han otorgado a este arte milenario un lugar protagónico dentro de un mundo en el que a lo largo de la historia fue señalado por su relación con la delincuencia o con lo oculto.
Para los amantes de esta practica, los tatuajes se vieron envueltos en este equivocado señalamiento: "Es fácil responsabilizar o señalar, lo complicado radica en aceptar que los tatuajes dejaron ese lugar oculto, para establecerse como un verdadero componente social, a su vez dejo de ser moda o tendencia para posicionarse como un mecanismo de expresión", dijo a lanacion.com Fernando Miglione, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires.
Video: Tatuarse, un sello de distinción
Cambió la gente que se tatúa y la actitud de quienes no lo hacen
Es ser único, auténtico, personalizarse dirían algunos; autolastimarse, dirían otros. Son conductas autónomas que llegan a convertirse en reguladores sociales. Antes los jefes laborales y empresas señalaban a quienes portaban tatuajes o piercings, ahora ese señalamiento se cambió en algunos campos laborales, se convirtió en una forma de admiración ante una obra de arte, ya sea un signo o una frase, es el reconocimiento de un lienzo más original, el de uno mismo.
Los jóvenes que se tatuaban se escondían de sus padres, se los hacían en lugares de su cuerpo donde no se vieran por el hecho de no ser señalados o retados por sus padres y familiares. Ahora los padres aconsejan y hasta acompañan a sus hijos.
"Me tatué con mi viejo, él me dijo que nos hiciéramos un símbolo que nos representara como familia. Al principio él estaba nervioso, pero después se relajó y puedo creer que hasta la disfruto", contó Cristian Fernández, estudiante de Derecho en la Universidad de Buenos Aires.
Es muy importante tener en cuenta que un factor determinante para la aceptación social del tatuaje fue la televisión. El mostrar programas o realities donde su contenido gira alrededor de los tatuajes y quienes los realizan, fue un detonante. Otro factor fue ver a las estrellas del momento luciendo su cuerpo con tatuajes grandes y visibles.
"Antes de tatuarse la gente debe asesorarse un poco, recién ahí pueden tomar la decisión de donde se van a hacer el tatuaje", agregó Antonio.
Imposible dejar por fuera un aspecto sustancial dentro del desarrollo de los tatuajes en el mundo: su precio. Muchos placeres y lujos en la vida cuestan mucho, mientras que puede llegar a costar en promedio de 300 pesos, según el tamaño y los detalles que se necesiten
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