DISPARADOR
El lado oscuro de Internet
Por: Marcelo A. Moreno
Odio. Uno de los fluidos que más circula en la red es el de la aversión profunda, irracional y visceral y a menudo repugnante.Por cierto que esa materia venenosa es fomentada por el anonimato, lo que permite que las bajísimas pasiones exploten con toda su carga de tiniebla desnuda e impune.El racismo, la discriminación, la xenofobia campean en Internet, así como la grosería más ramplona y el sadismo.Uno de los que más padece los ataques es Barack Obama, paradójico Nobel de la Paz, ya que es presidente de un país en guerra.La extrema derecha norteamericana lo ha convertido en blanco de su aborrecimiento por sus orígenes justamente negros.En un sitio predilecto de este tipo de desquiciados, un periodista escribió hace poco: "Cada día gana más peso la posibilidad de que los militares tengan que intervenir como último recurso para solucionar el 'problema Obama'".Desde un micrófono y reproducido mil veces por la red un individuo llamado Glen Beck apostrofa: "Nos están robando América y quizá sea ya muy tarde para salvarla".Una encuesta colgada en Facebook consultaba a los visitantes si Obama debía ser asesinado. Las autoridades lograron censurar el despropósito.Pero la ola sigue y va creciendo. En un sitio puede leerse que Obama no es norteamericano y por lo tanto no tiene derecho a ejercer la presidencia. Otros disparates similares se multiplican.Un periodista de The New York Times escribió hace poco: "La extrema derecha ha comenzado a volcarse en deslegitimizar el poder y crear el mismo clima que existió en Israel antes del asesinato de Rabin".Es decir, la cuestión estaría en la construcción de esa atmósfera. El loco o el tarado criminal luego aparecería por peso propio, como fruto de estas arengas malsanas.Ayer en Google se podían encontrar cerca de 3 millones de frases de odio, una especie de gigantesco menú para que el internauta pueda elegir lo peor y enviárselo a alguien.En medio de ese lodazal vecino a la náusea brilla como un resto de sutil mármol olvidado una de Lord Byron: "El odio es la demencia del corazón".
El lado oscuro de Internet
Por: Marcelo A. Moreno
Odio. Uno de los fluidos que más circula en la red es el de la aversión profunda, irracional y visceral y a menudo repugnante.Por cierto que esa materia venenosa es fomentada por el anonimato, lo que permite que las bajísimas pasiones exploten con toda su carga de tiniebla desnuda e impune.El racismo, la discriminación, la xenofobia campean en Internet, así como la grosería más ramplona y el sadismo.Uno de los que más padece los ataques es Barack Obama, paradójico Nobel de la Paz, ya que es presidente de un país en guerra.La extrema derecha norteamericana lo ha convertido en blanco de su aborrecimiento por sus orígenes justamente negros.En un sitio predilecto de este tipo de desquiciados, un periodista escribió hace poco: "Cada día gana más peso la posibilidad de que los militares tengan que intervenir como último recurso para solucionar el 'problema Obama'".Desde un micrófono y reproducido mil veces por la red un individuo llamado Glen Beck apostrofa: "Nos están robando América y quizá sea ya muy tarde para salvarla".Una encuesta colgada en Facebook consultaba a los visitantes si Obama debía ser asesinado. Las autoridades lograron censurar el despropósito.Pero la ola sigue y va creciendo. En un sitio puede leerse que Obama no es norteamericano y por lo tanto no tiene derecho a ejercer la presidencia. Otros disparates similares se multiplican.Un periodista de The New York Times escribió hace poco: "La extrema derecha ha comenzado a volcarse en deslegitimizar el poder y crear el mismo clima que existió en Israel antes del asesinato de Rabin".Es decir, la cuestión estaría en la construcción de esa atmósfera. El loco o el tarado criminal luego aparecería por peso propio, como fruto de estas arengas malsanas.Ayer en Google se podían encontrar cerca de 3 millones de frases de odio, una especie de gigantesco menú para que el internauta pueda elegir lo peor y enviárselo a alguien.En medio de ese lodazal vecino a la náusea brilla como un resto de sutil mármol olvidado una de Lord Byron: "El odio es la demencia del corazón".
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