médicos contra creativos por una promo de tostadas
La publicidad que armó una guerrita
La Federación Argentina de Cardiología ataca: “El mensaje es erróneo y peligroso y tiende a banalizar un procedimiento científico”. La agencia se defiende y alega que su único objetivo es “entretener”. La campaña del uso del desfibrilador.
El enfermero arrastra una mesita con un aparato misterioso. Lo esperan dos colegas, ante la mirada cómplice de un vigilador privado. El aparato misterioso es un desfibrilador cardíaco: la enfermera lo prepara y lo posa sobre el pecho de un médico que duerme sentado en una silla. La descarga produce un breve apagón, el hombre despierta con un salto de su asiento. Ante la risa generalizada, que él tampoco puede contener, inquiere: “¿Están locos ustedes? ¡Nos van a rajar a todos!”. El eslogan de las tostaditas Twistos provoca: “Lo más lindo del trabajo es cuando no trabajás”. Esos 45 segundos bastaron para que la Federación Argentina de Cardiología (FAC) se tomara el asunto como algo personal.El mensaje es “erróneo, imprudente y potencialmente peligroso”, ya que “conduce a banalizar un procedimiento que cuenta con rigor científico, desvirtuando o frivolizando su uso”. La FAC tiene un argumento atendible: en estos días lleva adelante una campaña nacional de capacitación sobre el uso de desfibriladores en distintos espacios públicos. El objetivo es bajar la mortalidad por paro cardíaco repentino extrahospitalario, que en la Argentina mata a más de 30 mil personas por año. NO HUBO MALA INTENCIÓN. Mala suerte para la agencia BBDO, a cargo de la pieza: la broma llegó con un evidente problema de timing.“De ninguna manera fue nuestra intención ridiculizar a los médicos o a los instrumentos que ellos utilizan y, menos aún, engañar a los consumidores. El objetivo simplemente es entretenerlos”, aclararon los responsables del spot dirigido por Andrés Salmoyraghi y Armando Bo, nieto del responsable de las películas de Isabel Sarli, quien también supo infartar a una generación de espectadores. “El objetivo del comercial es generar recordación apelando al humor y en ningún momento la pieza publicitaria es desarrollada con fin ejemplificador ni tomada por el consumidor con intención de ser imitada”, agregó la agencia en un comunicado.NO ES UNA BROMA. Sin embargo, el gerente general de la FAC, Carlos Rodríguez, insistió en que la publicidad “confunde a la población, porque toma en broma algo que sirve para salvar vidas. Una broma así puede ser peligrosa, justo cuando estamos haciendo tanto esfuerzo para concientizar y entrenar a profesionales y no profesionales en primeros auxilios”, agregó el médico. Hace una semana, la Federación certificó áreas cardioprotegidas en los aeropuertos Jorge Newbery y Ezeiza con el objetivo de que cualquiera con un paro pueda ser atendido en menos de cinco minutos con un cardiodesfibrilador.Los médicos que emitieron el comunicado creen –¿exageran?– que “si los recursos publicitarios utilizados son falaces, ciertos rasgos pueden ser incorporados en el imaginario colectivo como un hecho real”. Como si todo fuera real, Rodríguez recordó que “aplicar una corriente eléctrica a alguien que no tiene nada es una locura, una aberración, lo podés matar”. El escritor y periodista Marcelo Dos Santos se unió a la indignación desde su blog personal: “El muy imbécil del damnificado, en vez de hacerles una denuncia penal por tentativa de homicidio, ¡se ríe con ellos! (...) ¿Nadie pensó en que el tipo podía estar taquicárdico, y en consecuencia, morir?”
La publicidad que armó una guerrita
La Federación Argentina de Cardiología ataca: “El mensaje es erróneo y peligroso y tiende a banalizar un procedimiento científico”. La agencia se defiende y alega que su único objetivo es “entretener”. La campaña del uso del desfibrilador.
El enfermero arrastra una mesita con un aparato misterioso. Lo esperan dos colegas, ante la mirada cómplice de un vigilador privado. El aparato misterioso es un desfibrilador cardíaco: la enfermera lo prepara y lo posa sobre el pecho de un médico que duerme sentado en una silla. La descarga produce un breve apagón, el hombre despierta con un salto de su asiento. Ante la risa generalizada, que él tampoco puede contener, inquiere: “¿Están locos ustedes? ¡Nos van a rajar a todos!”. El eslogan de las tostaditas Twistos provoca: “Lo más lindo del trabajo es cuando no trabajás”. Esos 45 segundos bastaron para que la Federación Argentina de Cardiología (FAC) se tomara el asunto como algo personal.El mensaje es “erróneo, imprudente y potencialmente peligroso”, ya que “conduce a banalizar un procedimiento que cuenta con rigor científico, desvirtuando o frivolizando su uso”. La FAC tiene un argumento atendible: en estos días lleva adelante una campaña nacional de capacitación sobre el uso de desfibriladores en distintos espacios públicos. El objetivo es bajar la mortalidad por paro cardíaco repentino extrahospitalario, que en la Argentina mata a más de 30 mil personas por año. NO HUBO MALA INTENCIÓN. Mala suerte para la agencia BBDO, a cargo de la pieza: la broma llegó con un evidente problema de timing.“De ninguna manera fue nuestra intención ridiculizar a los médicos o a los instrumentos que ellos utilizan y, menos aún, engañar a los consumidores. El objetivo simplemente es entretenerlos”, aclararon los responsables del spot dirigido por Andrés Salmoyraghi y Armando Bo, nieto del responsable de las películas de Isabel Sarli, quien también supo infartar a una generación de espectadores. “El objetivo del comercial es generar recordación apelando al humor y en ningún momento la pieza publicitaria es desarrollada con fin ejemplificador ni tomada por el consumidor con intención de ser imitada”, agregó la agencia en un comunicado.NO ES UNA BROMA. Sin embargo, el gerente general de la FAC, Carlos Rodríguez, insistió en que la publicidad “confunde a la población, porque toma en broma algo que sirve para salvar vidas. Una broma así puede ser peligrosa, justo cuando estamos haciendo tanto esfuerzo para concientizar y entrenar a profesionales y no profesionales en primeros auxilios”, agregó el médico. Hace una semana, la Federación certificó áreas cardioprotegidas en los aeropuertos Jorge Newbery y Ezeiza con el objetivo de que cualquiera con un paro pueda ser atendido en menos de cinco minutos con un cardiodesfibrilador.Los médicos que emitieron el comunicado creen –¿exageran?– que “si los recursos publicitarios utilizados son falaces, ciertos rasgos pueden ser incorporados en el imaginario colectivo como un hecho real”. Como si todo fuera real, Rodríguez recordó que “aplicar una corriente eléctrica a alguien que no tiene nada es una locura, una aberración, lo podés matar”. El escritor y periodista Marcelo Dos Santos se unió a la indignación desde su blog personal: “El muy imbécil del damnificado, en vez de hacerles una denuncia penal por tentativa de homicidio, ¡se ríe con ellos! (...) ¿Nadie pensó en que el tipo podía estar taquicárdico, y en consecuencia, morir?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario