Los elementos esenciales de la comunicación (Parte 2)
Por Joan Costa - En esta edición se completa el trabajo del experto, que retorna al análisis del fenómeno comunicacional del presidente Barack Obama.
Tal vez algún empresario lector pensará que todo lo expuesto en la primera parte de este trabajo huele a teorías. Y ese peligro me lleva a volver sobre el fenómeno comunicacional de Obama, analizado por el periodista Lluis Bassets en un artículo titulado “Política es comunicación”. De él copio algunos fragmentos para que sean leídos con mentalidad empresarial:
“Nadie había hecho hasta ahora un uso tan persistente y variado de los instrumentos de la comunicación: esta última semana, Obama ha publicado un artículo con su firma y su inconfundible impronta ideológica en una treintena de periódicos de todo el mundo; ha concedido una entrevista de 60 minutos a una gran cadena generalista; se ha estrenado como el primer presidente que participa en un talk show nocturno; y se ha dirigido por video a los iraníes para felicitarles su Año Nuevo y lanzar un mensaje conciliatorio para allanar la oferta de negociación entre Teherán y Washington”.
“Esta es la segunda conferencia de prensa retransmitida en directo en hora de máxima audiencia de esta presidencia que lleva dos meses de intenso recorrido. Hasta ahora, la normalidad dictaba que el presidente organizara una comparecencia de este tipo una vez al año como máximo. Pero la velocidad de crucero alcanzada por Barack Obama en su primer tramo de navegación (esos cien días a los que se considera definitorios e incluso definitivos) le ha permitido utilizar prácticamente todos los registros de la comunicación pública y todos los medios, nuevos y tradicionales. En dirección a sus conciudadanos ante todo, pero también en dirección a la escena internacional e incluso a públicos específicos”.
Bassets también pone de relieve que “La campaña electoral de Obama ya le había caracterizado como un comunicador hipertecnológico, enganchado al correo electrónico y a las redes sociales, y preparado para encabezar una nueva época de protagonismo ciudadano, mejor comunicación con las administraciones y mayor transparencia política”.
“Afortunadamente -señala el periodista-, este movil-adicto es a la vez un excelente orador, que conecta muy bien en directo y transita por los medios tradicionales con idéntica pericia que por las más de punta. La palabra pronunciada en público es finalmente su instrumento privilegiado. Lo demostró durante la campaña y, ya presidente, en su peculiar forma de relacionarse con sus conciudadanos, en numerosos viajes domésticos, mítines y reuniones, más que todos sus predecesores, para dar explicaciones y recabar apoyos”. ¿Qué empresario puede prescindir de relacionarse con sus audiencias, dar explicaciones y recabar apoyos?
“Como buen comunicador, Obama ha encontrado en la imagen de un gran transatlántico que está cambiando de rumbo las ideas de lentitud y de seguridad en el giro y de claridad y acierto en la elección del nuevo puerto de destino, para transmitir un mensaje bien claro: vamos en la buena dirección, hay que tener paciencia y persistencia, falta poco para que se vea luz al final del túnel. Fue en otro momento de crisis, cuando presidente, Franklin D. Roosevelt, descubrió que, efectivamente, política es comunicación. Con sus charlas al lado del fuego, retransmitidas por la radio, lanzó en 1933 el New Deal frente a la Gran Depresión. Estaba compuesto, fundamentalmente, de voluntad y determinación políticas; y de capacidad para explicarlo y convencer a sus conciudadanos”.
¿Es que, por ventura, la empresa no tiene que explicarse con sus propios empleados, y convencer a sus públicos a los que se debe?
Espero que haya quedado clara una cosa. Hoy, el empresariado, igual como Obama, tiene que estar en nuevos y muy diversos escenarios a la vez. Y tiene que saber actuar con eficacia en todos ellos. Pero no dispone de los instrumentos necesarios ni la preparación para hacerlo. El mundo ha cambiado radicalmente de paradigmas, pero muchos empresarios tienen problemas para entender lo que sucede, porque siguen con las ideas del pasado. Hace falta un cambio de mentalidad.
Si es cierto que hoy, “política es comunicación”, los empresarios tendrán que reconocer que también ellos necesitan sus políticas de actuación y de comunicación, así como sus estrategias y sus tácticas para llevarlas a cabo. Sólo con una visión amplia y de largo alcance podrán luchar contra los problemas del día a día y la miopía del corto plazo.
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