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miércoles, 18 de febrero de 2009


Facebook cambió sus reglas y hay polémica
Se arroga licencias sobre todo el material
Ariel Torres LA NACION
La más popular de las redes sociales del mundo, Facebook
( http://www.facebook.com/ ), con más de 150 millones de usuarios, cambió imprevistamente los términos de uso de su sitio. Ahora, los derechos de todas las fotos, los textos, las canciones y cualquier otro material que los suscriptores publiquen en el sitio serán para siempre de Facebook.
Aunque ésta es una práctica normal de redes sociales, servicios de blogs y fotoblogs, la forma descarnada en que Facebook dio a conocer el cambio en las reglas de juego causó una tormenta que afectó a la hasta ahora muy mimada red social.
Los polémicos efectos forzaron a su fundador a aclarar que la empresa "no tiene intención de quedarse con el material de nadie" y que "los usuarios son los que controlan su información". Así intentó desmentir los rumores sobre que Facebook se quedaría con los derechos de autor del material subido por los usuarios.
Entonces, ¿qué pasó en realidad?
Hasta ahora, mientras uno formaba parte de esa red social, le concedía a Facebook una licencia de uso del material que subiera (fotos, textos y demás). Esa licencia le otorgaba una serie de permisos para utilizar el material, y expiraba si uno se borraba del sitio. Ahora, con la nueva modalidad, esa licencia ya no expira.
Dicho de otro modo, lo que uno subió a Facebook allí queda. ¿No se borra? No. Y tampoco se borraba antes. Lo que ha cambiado es que ahora Facebook retiene la licencia a perpetuidad. ¿Por qué éste o cualquier otro sitio de su clase necesita licencias? Porque de otro modo podrían ser objeto de una demanda por parte de los usuarios. Sin una licencia carecen del permiso legal para hacer? bueno, lo que hacen: publicar, transmitir, cambiar de formato, y así. Se llama letra chica y es a lo que los potenciales querellantes prestan atención.
Así que las licencias no sólo son necesarias, sino que impregnan toda Internet. Desde los blogs en Blogger, que pertenece a Google, hasta las redes sociales menos conocidas, lo que subimos a la Red es licenciado a terceros para que lo integren a sus sitios, aunque la autoría nos sigue perteneciendo.
Pero si había una forma equivocada de tratar este asunto, ésa fue la que eligió Facebook.
Fuera de control
Como al momento de borrarnos de Facebook posiblemente ya hemos subido una cantidad de fotos y textos (de no ser así, el tema no nos incumbe), y es probable que otras personas hayan tomado parte de ese material o todo, la red social decidió que la licencia no expire. Lo hizo sin avisar, sin anestesia y sin explicar a su comunidad el porqué. De hecho, borrarse de Facebook nunca fue tarea sencilla.
En el fondo, el cambio en los términos de uso de Facebook delata una verdad obvia pero poca veces difundida: todo lo que subimos a Internet puede ser reproducido sin límite y con absoluta perfección, en un pestañeo, más allá de nuestras intenciones.
Nunca fue buena idea subir fotos, textos originales u otra obra de propia autoría a Internet, sin antes consultar con un abogado. Pero este incidente forzó al fundador de Facebook a explicar que su empresa "no tiene intención de quedarse con el material de nadie". Intenciones, bien dicho. La realidad es diferente, y eso se refleja en los términos de uso, un documento legal que opera en un planeta interconectado y digital, donde cada dato que subimos a un sitio escapa de nuestro control. A perpetuidad.
Pero ¿hay que confiar en que Facebook se limitará a usar nuestro material sólo en el sitio? Al respecto, lo menos que puede decirse es que los términos de uso son excesivamente permisivos. Y ése fue el otro detonador de las sospechas.

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