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martes, 11 de noviembre de 2008


LA COLUMNA DE JORGE DELL’ORO
Es la economía, estúpido
En su columna de hoy, Dell’Oro se refiere a la estrategia electoral de Barack Obama y el uso adecuado de los medios para los tiempos actuales, a diferencia de su rival.
Quizás aquella famosa frase, ideada por James Carville, que terminó casi siendo el slogan de la campaña de Clinton, en la contienda electoral que le ganó a Bush padre, ahora tuvo gran influencia en el triunfo de Obama.
¿Pero fue sólo la crisis económica lo que le permitió ser presidente al primer afrodescendiente?
La respuesta es no. Un cúmulo de factores llevó a la sociedad norteamericana a tener un comportamiento electoral desconocido hasta hoy.
La afluencia masiva de ciudadanos a las urnas tuvo que ver con un proceso político que se agotó y con un profundo deseo de cambio de rumbo en el país del norte. Sin duda, a ese cambio lo supo ver el candidato demócrata.
“El cambio ha llegado a América” recalcó Obama en su discurso de la noche del triunfo, donde también agradeció a: “los jóvenes que rechazaron el mito de la apatía de su generación”. No ahorró críticas al mundo financiero, como cuando señaló: “Recordemos que, si esta crisis financiera nos ha enseñado algo, es que no puede haber un Wall Street próspero mientras que los de Main Street (los negocios corrientes) sufren”.
El éxito de Obama se ve reflejado también en los cambios que se produjeron en la sociedad en los últimos años, especialmente en el papel de los medios.
Así fue que incluso yendo a contracorriente de los grandes medios, logró instalarse a través del manejo estratégico de los “social media”, alcanzando una altísima influencia sobre los usuarios de Internet. Esto le permitió generar contenidos de modo intenso en blogs o microblogs, que impulsaron donaciones y manifestaciones de apoyo que terminaron modificando las opiniones de los medios convencionales.
Su público objetivo fueron los jóvenes, de allí el uso intensivo de Internet como principal canal de la comunicación, a través de redes, videos en You Tube, posicionamiento en buscadores online, pero también en otros soportes, como publicidad en video juegos o mobile marketing. No en vano su asesor en Internet fue Chris Hughes, uno de los artífices de Faceboock.
En cuanto al uso de la televisión por parte de McCain, allí se lo vio como un hombre antiguo, con menos conocimiento del medio, no parecía valorar que estaba en la TV. En los debates, le costaba soltarse, no miraba la cámara para reforzar alguna frase. Su único punto de interés era el moderador.
Todo lo contrario es Obama, “animal mediático”, gran comunicador con amplio conocimiento del medio. Tiene claro que en televisión la realidad no es lo que sucede en el estudio sino lo que se ve por la pantalla.
La iconografía que acompañó al candidato tiene como centro al logotipo que representa no sólo su nombre, sino que connota de manera moderna, el sueño americano. Por un lado se destacan los colores de la bandera americana, las barras rojas representan la tierra cultivada, lo que lo saca de la tradición de las estrellas, alejándolo de la típica imagen yankee dura y militar.
Por otro lado, se lo asocia con el amanecer, en línea con el mensaje de cambio: “El comienzo de una nueva etapa”, que es acompañado por la frase siempre repetida por el candidato durante la campaña: “Yes, we can” (Si, nosotros podemos), tres palabras que lo dicen todo.
Me atrevo a decir que es la estrategia, actualizada, que Reagan utilizó en 1980, pero que conserva el sentir de la América profunda y rural; banderas de los Republicanos, hoy arrebatadas por los Demócratas, y especialmente por Obama.
El desafío que tiene el primer presidente afroamericano de Estados Unidos es gobernar un país donde los intereses financieros y estratégicos están en manos de grupos muy conservadores, que todavía mantienen cierta dosis de racismo.
Ojalá pueda hacer de ese país un actor mundial más humano y solidario con la pobreza y el medio ambiente. Sin duda, estaría contribuyendo a un mundo mejor.

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