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sábado, 8 de noviembre de 2008


El mundo que vendrá de la crisis
El resquebrajamiento de las finanzas mundiales comienza a tener efectos en la vida cotidiana. La caída de Wall Street promete abstinencia de consumo, desempleo, pérdida de estatus, pesimismo, desculturización, abandono, microdelincuencia. Opinan James Petras, Carlos Monsiváis, Gianni Vattimo, Ulrich Beck, Saskia Sassen, Rolando Astarita, Guy Sorman.
Por:
Héctor Pavón
Es probable que haya comenzado una nueva era. Una etapa del capitalismo, es decir, de la humanidad, que va a marcar con un ritmo distinto los latidos del planeta. La crisis nació en el corazón del imperio y desde allí se expandió globalmente. Y aunque las bolsas del mundo hayan tocado fondo, aunque los gobiernos crean que ya han pasado los cimbronazos más fuertes, hay una creencia generalizada de que lo peor está por venir. "Estamos entrando en el ojo del huracán, 2009 va a ser uno de los peores años desde 1929", dice, apocalíptico, el sociólogo James Petras desde Estados Unidos. "La crisis, tal vez un mero eufemismo de la catástrofe, está demoliendo las escasas reservas de credibilidad interna y externa", dice, pesimista, desde México, el ensayista Carlos Monsiváis. "La cultura, incluso aquí en Italia, va a ser uno de los primeros campos en ser golpeados", asegura Gianni Vattimo. Esta ha sido la crisis económica más devastadora desde 1929 pero también ha sido la más anunciada. No sólo gurúes, economistas y videntes la habían advertido. La economía global se embriagaba en burbujas que le estallaron en las manos. En el negocio inmobiliario encontró una estructura sin cimientos que se desplomó estrepitosamente en el corazón capitalista. George Soros en su múltiple función de economista-gurú-inversor escribió el libro El nuevo paradigma de los mercados financieros (Taurus) en el que explica la crisis a través de conceptos tomados de la ciencia cognitiva y de la filosofía de Karl Popper. "Todas estas crisis forman parte de lo que yo llamo una superburbuja, un proceso reflexivo de largo plazo que ha evolucionado a lo largo de los últimos 25 años. Consiste en una tendencia actual, la expansión crediticia, y una concepción equivocada actual, el fundamentalismo de mercado". Palabra de Soros. El sociólogo alemán Ulrich Beck opina: "Lo que hace pocos años hubiese sido impensable se revela ahora como una posibilidad real: la férrea ley de la globalización del libre mercado amenaza con descomponerse y colapsar la ideología correspondiente". Además, sostiene que por todo el mundo los políticos dan pasos en contra de la globalización: se "redescubre" el proteccionismo. Algunos llaman a nuevas instituciones transnacionales que controlen los flujos financieros globales mientras otros abogan por sistemas de seguridad transnacionales o por una renovación de las instituciones y regímenes normativos. Y concluye: "La consecuencia es que la era de la ideología del libre mercado es un recuerdo que se marchita a la sombra de su polo contrario: la politización de la economía de mercado global". Uno de los sujetos más golpeados por la crisis es el inmigrante. Se calcula que en EE.UU. un millón y medio de trabajadores legales e ilegales, en su mayoría mexicanos, se quedará sin empleo. Esto no sólo provoca dramas personales sino que también afecta a las economías que dejarán de percibir las importantes remesas. Según la OIT, durante 2008, 200 millones de trabajadores inmigrantes en todo el mundo enviaron 240.000 millones de dólares a sus países de origen. En los últimos dos meses, un millón 400 mil hispanos perdieron sus casas en EE.UU., embargadas por los bancos. Origen de la crisis Las crisis económicas han acompañado la historia de los mercados. Y desde 1929 las consecuencias desastrosas de los desplomes financieros son generalmente conocidas. El acuerdo Bretton Woods, tras la Segunda Guerra, se pensó como una serie de respuestas políticas sociales a los riesgos económicos globales, y su funcionamiento fue una clave importante para el nacimiento del Estado de Bienestar en Europa. Dicho acuerdo se tradujo en las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de la ONU, realizada en Bretton Woods, Nueva Hampshire, en 1944, donde se establecieron las reglas para las relaciones comerciales y financieras entre los países industrializados. Allí se decidió la creación del Banco Mundial y del FMI y el uso del dólar como moneda internacional. Dice Ulrich Beck que hoy nos estamos enfrentando a la paradójica situación de que los mercados están más liberalizados y globalizados que nunca pero, en cambio las instituciones globales que deben controlar sus efectos sufren drásticos recortes de poder. En estas condiciones no puede excluirse la posibilidad de una catástrofe financiera mundial de las proporciones de la de 1929. 1929, segunda parte "En EE.UU. se espera que para el año 2009 la desocupación suba de 6 a 8,5%. Por primera vez, Wall Street ha sido identificado por la gente como el gran estafador. Que el Congreso aprobara las subvenciones a la banca privada generó repudio y mucha gente mandó cartas a los congresistas protestando por esto", explica James Petras, profesor emérito jubilado de Sociología en la Binghamton University de Nueva York. EE.UU. fue el epicentro de la eclosión de la burbuja inmobiliaria que arrastró al abismo hipotecas y créditos. Petras dice que la ultraderecha norteamericana ha acusado a los demócratas de dar demasiados préstamos a los negros. Así, dice Petras, ellos los consideran culpables de la crisis. "Pero en realidad los bancos manipulaban a la gente: les vendían seguros, casas y no se testeaba la capacidad de pago de los compradores; se falsificaba la documentación para conseguir las hipotecas. Con este cuadro, la mayoría de los morosos provenían de los sectores populares". La urbanista y economista holandesa Saskia Sassen, profesora de la Universidad de Columbia acaba de realizar una investigación sobre las hipotecas en EE.UU.. "La elevada incidencia de la propiedad de la vivienda en EE.UU. contribuye a explicar por qué los sectores bancario y financiero de este país generaron toda una serie de innovaciones para expandir sus mercados. Esta lógica llevó a la invención de hipotecas destinadas a hogares modestos y de bajos ingresos", señala. "En estas condiciones, las hipotecas subprime (de alto riesgo) y otros tipos similares para hogares de ingresos modestos se convierten en un mecanismo para sustraer los pequeños ahorros de los hogares de ingresos modestos –una suerte de acumulación primitiva. Esto es evidente en los datos relativos a niveles locales detallados. En el caso de EE.UU., la raza y el lugar cambian considerablemente la situación." En su investigación, Sassen cruzó datos que señalan, por ejemplo, que los barrios afroamericanos y de ingresos bajos muestran una incidencia desproporcionadamente alta de hipotecas de alto riesgo entre 2000 y 2007. Hay una extrema diferencia entre Manhattan (uno de los condados más ricos del país) y otros de la ciudad de Nueva York: en 1996 menos del 1% de las hipotecas vendidas a compradores de vivienda de Manhattan fueron de alto riesgo comparado con 27,4% en el Bronx. Las probabilidades de que los blancos, con ingresos medios muy superiores a los demás grupos en Nueva York, tuvieran hipotecas de alto riesgo fueron mucho menores, alcanzando 9,1%, en 2006 contra 13,6% de asiáticos, 28,6% de hispanos y 40,7% de negros. El futuro , una idea lejana "No hay confianza en el futuro inmediato, y ya se sabe que en gran medida, todos vivimos en el presente y en el futuro inmediato", asegura Carlos Monsiváis. "Los jóvenes se politizan de modo áspero, no creen en nada, aborrecen la política y sin embargo no dejan de maldecir a los políticos; la perspectiva del desempleo es hoy parte muy central del imaginario colectivo, y no son pocos los que, sin decirlo, consideran que su empleo es terminal, y que seguirán viviendo donde están porque más allá sólo están los parques, ciertamente peligrosos para habitarlos." La visión catastrofista del ensayista mexicano se suma a la de aquellos que han estudiado a las juventudes latinoamericanas y que concluyen que no poseen un "imaginario de futuro". La incertidumbre que genera la crisis los lleva a la imposibilidad de proyectarse en el más acá, en el futuro inmediato. "La vida cotidiana se rige por la escasez, un término menos deprimente que 'sobrevivencia'–dice Monsiváis–. El alza semanal de la gasolina, el frenesí del aumento en alimentos y pequeñas diversiones, la sensación de que el país del consumo se evapora, sólo admiten reflexiones que quisieran ser apocalípticas y que por el momento se detienen en la frustración: ¿Por qué no nací antes o por qué no me esperé algunas décadas para nacer? Se experimentan como nunca las sensaciones de la vida cotidiana que antes pasaban inadvertidas. No gastes mañana lo que hoy tampoco está a tu alcance". En Europa, las sensaciones no son muy distintas. Dado que muchos jubilados o aportantes del Primer Mundo vieron reducidos sus fondos de jubilación, ya hay algunos hombres retirados o cercanos a la jubilación que están tratando de reinsertarse en el mercado laboral. Por otro lado, el filósofo italiano Gianni Vattimo dice que en su país, los precios ya habían aumentado antes de la crisis. "Tengo la impresión de que tendremos una oleada de desocupación porque las industrias deberán reducir la producción. Estoy convencido de que se necesita redimensionar nuestro estilo de vida con cambios políticos y decisiones compartidas. Pero así es terrible, incluso porque los consumos se han reducido violentamente, y no por parte de los ricos, sino sólo por los pobres que serán cada vez más pobres. Ya en Italia los recortes del presupuesto cayeron sobre la educación." El economista argentino Rolando Astarita distribuyó un trabajo donde dice que se acerca una fuerte desaceleración de la economía mundial, y a crecimientos cero, o negativos, en países como EE.UU.. "Es posible que a través de esta dinámica se produzca una desvalorización bastante generalizada de capitales. Las intervenciones masivas de los bancos centrales y de los gobiernos estarían impidiendo que ocurra una desvalorización masiva, de tipo deflacionario, de los capitales mercancías. Asimismo estaría frenando que las quiebras se extiendan en efecto dominó, como ocurrió en los 30. Los bancos caen, pero son intervenidos y en su mayoría tienden a ser absorbidos por otras entidades, con ayuda de los gobiernos. (...) Como no puede dejar de suceder en las crisis, las condiciones de vida de las masas trabajadoras van a empeorar; ya está habiendo bajas de los salarios reales, y aumento de la desocupación". La crisis provoca situaciones esperables y otras un tanto sorprendentes. Los festejos de Halloween en el mundo entero fueron más bien modestos; se prevé una baja importante en las ventas de Navidad; en Buenos Aires, por ejemplo, se ha levantado el debut del musical Chicago. En Rusia, las constructoras están despidiendo a miles de trabajadores inmigrantes, al mismo tiempo está aumentando la "microcriminalidad". La prensa de ese país dice que en Moscú se cuadruplicaron los delitos cometidos por inmigrantes. Muchos propietarios de dachas (casas de campo) han contratado guardias armados... Y otra consecuencia es el abandono de mascotas. Muchos propietarios que no pueden mantenerlas las abandonan: hay más de 35 mil perros abandonados en Rusia. En EE.UU., las víctimas principales entre las mascotas son... los chihuahuas. Sólo en Los Angeles hay más de 700 perritos alojados en guarderías esperando destino. Eran las mascotas preferidas de Hollywood. Sus dueños ya no pueden mantenerlas, muchos se mudan cuando los bancos embargan sus casas y las dejan a la intemperie. Ni hombres ni animales están preparados para el nuevo escenario. El mundo se encuentra expectante. Pero hay quienes ya saben dónde poner sus fichas.

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