ADVIERTEN SOBRE EL USO MORBOSO DE LOS SMS EROTICOS EN CELULARES
Las colegialas como objetos
El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión lanzó una advertencia sobre los mensajes de texto en los que aparecen fotos de mujeres en posiciones eróticas y vestidas como colegialas. Niegan que se trate de una resolución de censura.
La pantalla de la televisión insiste, una y otra vez, en que para conocer los secretos de placer de las “colegialas” basta con mandar un mensaje de texto con esa palabra al número que titila en gran tamaño, sobreimpreso en imágenes de colas femeninas que se asoman por debajo de diminutas polleras escocesas, similares a las del uniforme de cualquier escuela privada. Quien caiga en la tentación propuesta por el aviso, que se repite durante todo el día por la tevé de aire y de cable, cumplirá con los pasos propuestos y recibirá, en pocos segundos, un mensaje que dirá algo así como: “Me gusta acariciarme en el cuarto de mis viejos y ponerme cosas sexies para hacerlo. Me muero si me encuentran”. Probablemente, las palabras sean suficientes para despertar algún que otro morbo. Pero más probable aún es que la protagonista de ese morbo sea la imagen de una adolescente masturbándose. El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión –integrado por el Inadi, el Comfer, y el Consejo Nacional de la Mujer– advirtió a través de un comunicado a las emisoras, anunciantes y agencias de publicidad sobre la puesta en circulación de este tipo de mensajes “donde se cosifica y se utiliza a la mujer con fines comerciales”, ya que “naturalizan prácticas referidas al consumo de los cuerpos de niñas y adolescentes”.
“Entendemos que existe una relación directa entre estos mensajes, la explotación sexual infantil y la violencia de género”, subrayó la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), María José Lubertino. El organismo es el lugar donde se originó la inquietud y desde donde fue puesta sobre la mesa de trabajo del Observatorio, integrado además por el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) y el Consejo Nacional de la Mujer.
“Llegó la preocupación y se comenzó a trabajar, aunque aún no se ha terminado de elaborar el informe final. Sin embargo, debido a la importancia que merece el tema se decidió lanzar la advertencia antes de finalizar la investigación”, explicó María Verónica Gómez Pujolás, que representa al Comfer en el Observatorio. Es que, en esta ocasión y porque “se trata de una problemática más abarcativa y no de un hecho puntual”, el organismo modificó su forma de proceder establecida en su marco regulatorio, según el cual luego de un estudio de campo exhaustivo y su informe correspondiente, el Observatorio debería citar a las partes involucradas a una audiencia con el objetivo de llegar a un acuerdo.
En cambio, ahora, decidieron enviar una advertencia a las emisoras, anunciantes y a las agencias de publicidad respecto de los anuncios publicitarios de servicios de mensajes vía teléfonos celulares que “sugieren la representación de niñas y adolescentes menores de 18 años de edad como objetos sexuales, promoviendo que de manera fácil se puede acceder a ellas y conocer sus secretos íntimos”, reza el comunicado.
Se refieren al servicio que ofrecen “muchas empresas”, señaló Pujolás, a los usuarios de teléfonos celulares que consiste en la entrega diaria de mensajes de texto sobre temáticas sexuales relacionados, en este caso, con “colegialas”. Las empresas, y ahí está el negocio, no sólo cobran –dos pesos o menos– por cada mensaje recibido, sino que además ofrecen otro tipo de contenidos para los teléfonos, como fotografías y sonidos, también pagos.
Respecto de las publicidades de esa clase de servicios, Isabel Chiaramonte, representante del Consejo Nacional de la Mujer, sostuvo que la determinación “no tiene que ver con una pacatería, sino con una cuestión de cumplir con las facultades y obligaciones que le competen al Observatorio. Estos mensajes, que se ven a toda hora por los canales de televisión, fomentan una forma obscena de morbo donde el placer sexual pasa por la vestimenta que lleva la mujer, que básicamente es ropa de niña: jumpers y polleritas como las de los uniformes de colegio”.
En tanto, la opinión de Lubertino fue más arriesgada: “Más allá de que la persona que aparece en las imágenes no sea una colegiala ni una chica menor de edad, el concepto, el sentido de esa imagen promueve la explotación, el tráfico y el abuso sexual de niñas y adolescentes, delitos contra los que tanto se está luchando”.
La cuestión de la oferta de sexo o de placer sexual a través de los medios de comunicación, sobre todo en los gráficos, es algo que siempre estuvo presente en el discurso de las organizaciones defensoras de los derechos de la mujer y de aquellas que trabajan en la problemática de la trata de personas. Sin embargo, Pujolás remarcó que es mas difícil regular lo que sucede en diarios y revistas ya que “son empresas privadas. En cambio, los canales de televisión y las emisoras de radio son licencias de espacios de propiedad pública”.
En un futuro cercano, las integrantes del Observatorio esperan concretar una reunión con los representantes de todas las partes involucradas para “conformar juntos una tarea seudopedagógica en la que todos aprendemos de todos”, señaló Pujolás. “De ningún modo es censura –consideró Chiaramonte– sino que la idea es transmitirles nuestra preocupación y que pensemos todos juntos otra forma de hacer televisión.” Si bien el organismo no tiene poder regulatorio y sus integrantes aún no resolvieron las medidas a tomar, el objetivo es “que las saquen del aire”, aseguró la titular del Inadi.
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Las colegialas como objetos
El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión lanzó una advertencia sobre los mensajes de texto en los que aparecen fotos de mujeres en posiciones eróticas y vestidas como colegialas. Niegan que se trate de una resolución de censura.
La pantalla de la televisión insiste, una y otra vez, en que para conocer los secretos de placer de las “colegialas” basta con mandar un mensaje de texto con esa palabra al número que titila en gran tamaño, sobreimpreso en imágenes de colas femeninas que se asoman por debajo de diminutas polleras escocesas, similares a las del uniforme de cualquier escuela privada. Quien caiga en la tentación propuesta por el aviso, que se repite durante todo el día por la tevé de aire y de cable, cumplirá con los pasos propuestos y recibirá, en pocos segundos, un mensaje que dirá algo así como: “Me gusta acariciarme en el cuarto de mis viejos y ponerme cosas sexies para hacerlo. Me muero si me encuentran”. Probablemente, las palabras sean suficientes para despertar algún que otro morbo. Pero más probable aún es que la protagonista de ese morbo sea la imagen de una adolescente masturbándose. El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión –integrado por el Inadi, el Comfer, y el Consejo Nacional de la Mujer– advirtió a través de un comunicado a las emisoras, anunciantes y agencias de publicidad sobre la puesta en circulación de este tipo de mensajes “donde se cosifica y se utiliza a la mujer con fines comerciales”, ya que “naturalizan prácticas referidas al consumo de los cuerpos de niñas y adolescentes”.
“Entendemos que existe una relación directa entre estos mensajes, la explotación sexual infantil y la violencia de género”, subrayó la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), María José Lubertino. El organismo es el lugar donde se originó la inquietud y desde donde fue puesta sobre la mesa de trabajo del Observatorio, integrado además por el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) y el Consejo Nacional de la Mujer.
“Llegó la preocupación y se comenzó a trabajar, aunque aún no se ha terminado de elaborar el informe final. Sin embargo, debido a la importancia que merece el tema se decidió lanzar la advertencia antes de finalizar la investigación”, explicó María Verónica Gómez Pujolás, que representa al Comfer en el Observatorio. Es que, en esta ocasión y porque “se trata de una problemática más abarcativa y no de un hecho puntual”, el organismo modificó su forma de proceder establecida en su marco regulatorio, según el cual luego de un estudio de campo exhaustivo y su informe correspondiente, el Observatorio debería citar a las partes involucradas a una audiencia con el objetivo de llegar a un acuerdo.
En cambio, ahora, decidieron enviar una advertencia a las emisoras, anunciantes y a las agencias de publicidad respecto de los anuncios publicitarios de servicios de mensajes vía teléfonos celulares que “sugieren la representación de niñas y adolescentes menores de 18 años de edad como objetos sexuales, promoviendo que de manera fácil se puede acceder a ellas y conocer sus secretos íntimos”, reza el comunicado.
Se refieren al servicio que ofrecen “muchas empresas”, señaló Pujolás, a los usuarios de teléfonos celulares que consiste en la entrega diaria de mensajes de texto sobre temáticas sexuales relacionados, en este caso, con “colegialas”. Las empresas, y ahí está el negocio, no sólo cobran –dos pesos o menos– por cada mensaje recibido, sino que además ofrecen otro tipo de contenidos para los teléfonos, como fotografías y sonidos, también pagos.
Respecto de las publicidades de esa clase de servicios, Isabel Chiaramonte, representante del Consejo Nacional de la Mujer, sostuvo que la determinación “no tiene que ver con una pacatería, sino con una cuestión de cumplir con las facultades y obligaciones que le competen al Observatorio. Estos mensajes, que se ven a toda hora por los canales de televisión, fomentan una forma obscena de morbo donde el placer sexual pasa por la vestimenta que lleva la mujer, que básicamente es ropa de niña: jumpers y polleritas como las de los uniformes de colegio”.
En tanto, la opinión de Lubertino fue más arriesgada: “Más allá de que la persona que aparece en las imágenes no sea una colegiala ni una chica menor de edad, el concepto, el sentido de esa imagen promueve la explotación, el tráfico y el abuso sexual de niñas y adolescentes, delitos contra los que tanto se está luchando”.
La cuestión de la oferta de sexo o de placer sexual a través de los medios de comunicación, sobre todo en los gráficos, es algo que siempre estuvo presente en el discurso de las organizaciones defensoras de los derechos de la mujer y de aquellas que trabajan en la problemática de la trata de personas. Sin embargo, Pujolás remarcó que es mas difícil regular lo que sucede en diarios y revistas ya que “son empresas privadas. En cambio, los canales de televisión y las emisoras de radio son licencias de espacios de propiedad pública”.
En un futuro cercano, las integrantes del Observatorio esperan concretar una reunión con los representantes de todas las partes involucradas para “conformar juntos una tarea seudopedagógica en la que todos aprendemos de todos”, señaló Pujolás. “De ningún modo es censura –consideró Chiaramonte– sino que la idea es transmitirles nuestra preocupación y que pensemos todos juntos otra forma de hacer televisión.” Si bien el organismo no tiene poder regulatorio y sus integrantes aún no resolvieron las medidas a tomar, el objetivo es “que las saquen del aire”, aseguró la titular del Inadi.
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