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lunes, 21 de febrero de 2011

DE ADLATINA

| EL ESPACIO DE ALBERTO BORRINI

Los avisos de dos ruedas


“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Hoy muchos prefieren hacerlo en bicicleta. Es el vehículo urbano de moda, y esta última palabra, “moda”, tiene más de un sentido en esta columna, como verán más adelante.
  • Borrini: “La nueva relación entre el vehículo y la vestimenta no es nada pasajero, sino que tiende a reforzarse”.

Antonio Machado (1875-1939) escribió la estrofa de la introducción probablemente hace un siglo; Joan Manuel Serrat la cantó y la popularizó, tres décadas atrás. Hoy medio mundo recuerda la letra...
El caminante en cuestión, una vez fatigado de tanto andar, tenía en la época de Machado varias opciones a su alcance. Una de ellas era la bicicleta, aunque nadie la veía con la óptica medioambiental, sustentable y enemiga del sedentarismo con que se la distingue hoy día.
Era un vehículo que se usaba mayormente para ir a trabajar; la versión más dramática de este modo de empleo la dio, cinematográficamente, Vittorio De Sica en esa joya del neorrealismo italiano que es Ladrón de bicicleta.
La mayoría de las personas de mi generación mimaban a su bicicleta como hoy muchos cuidan a sus autos. Les poníamos llantas de madera para alivianarlas y manubrios especiales. Una de las marcas más famosa, recuerdo, era Legnano. Admirábamos a los grandes ciclistas italianos, Coppi y Bartali. En esa época, en nuestro país las bicicletas pagaban patente y tenían la obligación de tener luces, alimentadas por una pequeña dínamo, y timbre para evitar accidentes.
Hoy la bicicleta vuelve a tener vigencia, pero no solo por las medidas tomadas por Macri para facilitar su circulación, sino también porque forman parte de los nuevos “estilos de vida”. Las pasarelas de cemento están pasando a ser de mullidas alfombras, como las de los grandes desfiles de modas.
¿Quién ignora que la bicicleta está conquistando las grandes ciudades? Encarna a la movilidad sostenible, y en tal carácter asoma como la contracara del automóvil: silenciosa, versátil, sin consumo de combustible alguno y es aliada del estado físico anhelado por tanta gente. La bici, el “nuevo descapotable”, tiene una visión más amplia que la del auto.
La novedad es que la bicicleta también se perfila como inspiradora de los grandes modistos. Chanel, Fendi y Gant las emplean en sus anuncios e incluso han comenzado a producir algunos modelos con su marca.
Comienza entonces una nueva complementación entre la indumentaria y la bicicleta. Hay ya una “sastrería ciclista”, y los maestros ingleses de Saville Row están estudiando un traje elegante que pueda ser lucido sobre una bicicleta, con telas producidas con ese objetivo. Hoy la bicicleta denota públicamente los valores a los que adhiere su dueño. Identifica.
La nueva relación entre el vehículo y la vestimenta no es nada pasajero, sino que tiende a reforzarse. Ya hay sitios en la Web que convocan a una nueva clase de ciclistas; según Mikael Coville Anderson, fundador y director de Copenhagen Cycle Chic, un blog abierto en 2007 en la capital danesa, el objetivo es capturar a los más apasionados por los nuevos estilos de vida.
Parece que son muchos, porque Cycle Chic está instado ya en 21 ciudades del mundo, entre ellas Barcelona y Valencia.

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