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lunes, 17 de octubre de 2011

la prensa hegemonica llora y llora porque se le quitan los privilegios

La Asamblea de la SIP

Medios: la Argentina, en la lista negra

Duro informe por los ataques a la prensa
Por Fernán Saguier | LA NACION
LIMA, Perú.- Unos 450 editores americanos asistieron ayer a la inclusión de la Argentina en la lista negra de países para la prensa independiente.
No se trata de un ranking formal ideado por autor o entidad alguna, sino más bien de un mapa que se configura con sólo escuchar los relatos de periodistas de naciones como Ecuador, Bolivia, Cuba, Venezuela y Nicaragua, en las que los poderes centrales hostigan sin tregua ni descaro el trabajo de quienes cumplen con la tarea de informar.
La voz del joven Daniel Dessein, presidente saliente de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y representante de La Gaceta, de Tucumán, sonó con claridad y contundencia en los salones del Hotel Swissotel, donde se realiza la 67ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agrupa a 1300 publicaciones con una circulación de más de 43 millones de ejemplares en papel y un número creciente de lectores en la Red. "Ha sido un año turbulento para la libertad de prensa en la Argentina -dijo-. Reflejar y analizar la gestión del Gobierno de manera independiente y crítica ha resultado una tarea poblada de obstáculos y riesgos. Las agresiones emitidas por funcionarios públicos nutren un clima opresivo para el ejercicio del periodismo."
Dessein estaba acompañado por una de las comitivas de editores y representantes argentinos más nutridas que se recuerde en este foro continental. Se encontraban Carlos Jornet, de La Voz del Interior, de Córdoba -y nuevo presidente de ADEPA-; Leonor, Juan Diego y Sebastián Etchevehere, de El Diario, de Paraná; Jorge, Martín, Virginia, Isabel y Francisco Fascetto, del Diario Popular; Arturo Guardiola, de Los Andes, de Mendoza; Gustavo y Néstor Ick, de El Liberal, de Santiago del Estero; Saturnino Herrero Mitjans y Martín Etchevers, de Clarín; Ernesto Kraiselburd, de El Día, de La Plata; Gonzalo Peltzer, de El Territorio, de Posadas; Francisco Montes, de Diario de Cuyo, San Juan; Nélida Rajneri, del diario Río Negro, además de Norberto Frigerio y este cronista, por LA NACION.
El representante argentino denunció que el Gobierno sigue empleando recursos y organismos públicos para premiar u hostigar a los medios de acuerdo con su línea editorial. "Se ha montado un desmesurado aparato mediático paraoficial dedicado a desacreditar al periodismo independiente y se han multiplicado los ataques y las restricciones contra aquellos que buscan interpelar a un poder que pretende instalar su propia versión de los hechos, dejando de lado enfoques alternativos. Paralelamente, el Gobierno avanza con leyes e intromisiones abusivas en el control de contenidos, insumos y licencias de medios", agregó.
No fue el único que habló de la Argentina. Lo precedió el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, el uruguayo Claudio Paolillo, quien dijo que existe "un sistema de propaganda política que abarca desde el uso del fútbol estatizado hasta restricciones en la información de los índices de inflación". Paolillo introdujo uno por uno a los países con "gobiernos con legitimidad de origen pero ilegitimidad de ejercicio" que continúan avasallando la libertad de prensa: la Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Venezuela y Cuba (con menciones a Honduras y México).

Publicidad para amigos

Dessein explicó que la publicidad oficial tuvo un crecimiento exponencial desde 2003 y en lugar de utilizarse para comunicar la gestión del Estado se ha transformado en combustible de medios complacientes con el Gobierno u hostiles con la prensa no adicta.
En los primeros seis meses de este año -dijo-, el 48% de la publicidad oficial destinada a diarios de la Capital Federal se duplicó respecto del mismo período del año anterior y se concentró en dos grupos editoriales cercanos al Gobierno (Tiempo Argentino y Página 12). Los dos diarios de mayor circulación, que en conjunto representan más del 60% de la circulación total de la Capital, recibieron un 2,5% frente al 38% que fue a parar a dos diarios con una tirada combinada diez veces menor que la de éstos. Entre los diarios del interior, un grupo de medios afín al oficialismo recibió el 44% de la pauta destinada a ese sector.
En el segmento de las revistas, agregó, el 59% fue absorbido por tres publicaciones de baja tirada, mientras que la más vendida no recibió un solo peso. La pauta oficial en televisión abierta creció 282% en el primer semestre respecto del mismo semestre de 2010; el 48% fue acaparado por el tercer canal en nivel de audiencia, frente al 0,5% que recibió el número uno. Entre las radios, una AM cercana al Gobierno fue beneficiada con el 41% de los fondos repartidos en ese segmento, contra el 2% recibido por la segunda en audiencia.
Dessein dijo que el Gobierno desconoce un fallo de la Corte Suprema de la Nación a favor de Editorial Perfil que estableció que la publicidad oficial no puede ser adjudicada en forma discriminatoria ni ser aplicada como un modo indirecto para afectar la libertad de expresión. "Pero el Gobierno -relató Dessein-, en una patente burla a la Justicia y al equilibrio republicano, se limitó a publicar un aviso injurioso en un periódico de la demandante y mantuvo sus niveles de discrecionalidad en la distribución de la pauta."
Además de la asignación distorsiva de la publicidad oficial, el Gobierno emplea abusivamente distintos canales para instalar su discurso. Desde la gestión de medios públicos como órganos proselitistas hasta el uso propagandístico de las transmisiones de fútbol, que fueron estatizadas, regadas con avisos oficiales y sostenidas con fondos que superan los 2000 millones de pesos. A esto cabe agregar la distribución por parte de la agencia oficial de noticias -cuyo titular declaró que adscribe a una variante militante o partidaria del periodismo- de contenidos gratuitos a más de 7000 medios.
Distintos organismos que actúan dentro de la órbita del Poder Ejecutivo nacional llevaron adelante políticas persecutorias contra quienes intentaron reflejar datos diferentes de los oficiales, y ahí mencionó Dessein las multas y querellas que lleva adelante la Secretaría de Comercio Interior a consultoras privadas que difundían índices de inflación.
No faltó en el informe argentino la reciente orden del juez Alejandro Catania contra varios medios para que identificaran a los periodistas que en los últimos cinco años escribieron notas sobre mediciones de inflación distintas de las del organismo oficial de estadísticas. Ni tampoco los numerosos agravios o provocaciones dirigidos a publicaciones y periodistas, como los del ministro del Interior, Florencio Randazzo, que acusó a los diarios Clarín y LA NACION de atentar contra la democracia por el solo hecho de difundir las denuncias opositoras y de dos jueces acerca de irregularidades en el escrutinio de las recientes elecciones primarias, o la declaración de Gabriel Mariotto, candidato a vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, quien afirmó que los derrotados en las primarias fueron los editorialistas de los grandes diarios. "Este clima de hostilidad, extendido a lo largo del país, ofreció un terreno fértil para la proliferación de campañas de difamación montadas desde medios afines al oficialismo o a través de carteles injuriosos en la vía pública", sostuvo.
Un proyecto del Ejecutivo que propone declarar de interés público la producción, comercialización y distribución de papel para diarios puede convertirse en ley a fines de este año, cuando el oficialismo y bloques legislativos aliados tengan mayoría en el Congreso. La iniciativa, que prohíbe a los diarios participar de la producción de su principal insumo, obligaría a los actuales accionistas mayoritarios de la única fábrica que lo produce actualmente en el país a abandonar la empresa. La posibilidad de que el Gobierno controle el insumo vital de los medios gráficos, a través de la producción local y de las regulaciones al comercio exterior, pondría en jaque a toda posible autonomía de la prensa, denunció el joven periodista.
Su alegato fue seguido con sepulcral silencio entre los asistentes, acaso porque usó un lenguaje llano y directo, dio ejemplos claros y no anduvo con vueltas para describir la situación imperante: "En la Argentina podemos expresar lo que pensamos. En nuestro país hay medios que pueden juzgar críticamente la gestión de los gobernantes. Pero nuestras libertades de expresión y de prensa están afectadas por un rosario de ataques sistemáticos a los medios a través de los cuales esas libertades pueden concretarse. La combinación del temor a las represalias, la seducción de los fondos públicos y el crecimiento de la discrecionalidad estatal en las regulaciones ya ha teñido la mayor parte del mapa mediático con un tinte oficialista", sentenció.
Entre los argentinos presentes, hubo más que conformidad: el informe fue impecable, y se destacó especialmente el párrafo final, en el que se refirió al futuro: "Con elecciones presidenciales en el horizonte próximo que, de acuerdo con las encuestas, engendrarán un gobierno fuerte con mayorías legislativas y una oposición diluida, los argentinos tendremos débiles contrapesos institucionales para contener los desbordes del poder".
DANILO ARBILLA : "NO AFLOJAREMOS"
El duro reporte argentino precedió a un reconocimiento de la SIP a Danilo Arbilla, ex director del semanario uruguayo Búsqueda, por sus 33 años de trabajo en la entidad. Con un discurso encendido, Arbilla recordó palabras suyas de 11 años atrás en la organización continental: "Que nos odien los autoritarios porque iremos a todos lados, no aflojaremos; nuestro negocio no es otro que luchar por la libertad", gritó a los cuatro vientos ante la ovación de los asistentes

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