Aunque creció respecto de 2002, es el 58% de la población; una caída que, con altibajos, lleva 35 años
Alejandro Rebossio
LA NACION
La clase media de la Argentina, un factor que distinguía a este país de sus vecinos latinoamericanos, se ha recuperado de la crisis de 2002, pero aún se encuentra en un nivel menor que el de 1994. Esa es la conclusión a la que arriban dos economistas de la Universidad de San Andrés, Walter Sosa-Escudero y Sergio Petralia, en una reciente investigación.
En los últimos 35 años se advierte un claro retroceso de la clase media y un aumento de la pobreza en la Argentina, según el trabajo que publicaron en el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata.
En 1974 (año más lejano del que se disponen datos para esta comparación), el 82,6 por ciento de la población argentina era de clase media y sólo el 7,1 por ciento era pobre. En 2006 (el último año que se tomó en cuenta, dado el retraso en la difusión de las bases de datos posteriores del Instituto Nacional de Estadística y Censos, Indec), los sectores de ingresos medios suponían el 58 por ciento y los de bajos ingresos, el 32 por ciento.
El comienzo del declive
Desde 1974 la clase media comenzó a perder terreno. En 1988, antes de la hiperinflación, había quedado reducida ya al 45 por ciento de la población, frente al 44,6 por ciento de pobreza. Sosa-Escudero, profesor titular de la San Andrés, y Petralia advierten que en ese momento se marcó un primer hito: la cantidad de habitantes en uno y otro sector social fue prácticamente la misma. En cambio, a mediados de los 70, la clase media representaba casi 12 veces más población que la baja.
Ya en 1991, cuando se instaura la convertibilidad, los números sociales comienzan a mejorar y dos años más tarde el segmento medio suponía el 65 por ciento. Los investigadores de San Andrés señalan precisamente que la línea de pobreza, nivel de ingresos a partir del que se definen quiénes están por debajo y por encima, es tan volátil como los ciclos económicos de la Argentina.
Así, algunos individuos de los de ingresos medios que cayeron en la pobreza se recuperaron, por lo menos por un tiempo. No obstante, con el tiempo se fue consolidando una masa de personas que nunca más volvieron a levantarse. Por ejemplo, en 1993 quedaba consolidada una pobreza que afectaba a uno de cada cuatro argentinos.
A partir de 1994, la situación social fue empeorando año tras año. No obstante, aquel año aún muestra mejores niveles que los actuales, con un 63,8 por ciento de clase media y un 26,1 por ciento de pobreza.
En 2002, después de que la convertibilidad diera paso a la devaluación, la clase media tocó fondo: sólo uno de cada cuatro argentinos pertenecía a ese estamento. Un 26%, para ser precisos. El 63,9% carecía de los recursos suficientes para cubrir sus necesidades básicas de alimentos, vivienda, vestimenta, transporte, educación y salud. Aquí, Sosa-Escudero y Petralia señalan un segundo hito, mayor que el primero: que los pobres devinieron un grupo social que duplicaba al de la clase media y eso llevó a que aparecieran en el centro de la escena política.
Eran los tiempos en que se hablaba de nuevos pobres y en que se creaba el primer plan masivo de transferencias a los sectores de menores recursos, el Jefes y Jefas de Hogar Desocupados.
A partir de 2003 comenzó una nueva recuperación por el crecimiento de la economía, el empleo y el ingreso real (es decir, ajustado por inflación). En 2004 volvieron a igualarse las cifras de los segmentos medios y bajos. Dos años después, la clase media supuso el 58% de la población, pero la pobreza quedó cristalizada en el 32%, según los investigadores de la Universidad de San Andrés, que destacan la mejoría de aquellos tiempos.
El trabajo publicado por el Cedlas usa las bases de datos del Indec, pero no el mismo criterio para contar los pobres, porque considera que el instituto deja fuera de esa denominación a personas que ganan apenas por encima de la canasta básica, pero que en términos económicos se encuentran en la misma penuria. Por eso, el estudio calcula la pobreza de 2006 en el 32% y no en el 26,9%, como el Indec. "Nosotros medimos distinto la pobreza, pero seguimos la misma tendencia que veía el Indec hasta 2006", aclara Petralia.
Para calcular la clase media, Sosa-Escudero y Petralia restan de la población total los que están en la pobreza y también el 10% más rico de la sociedad. Aclaran que toman este último criterio porque en las encuestas de hogares no suelen relevarse tanto los núcleos de más ingresos y también hay personas que declaran menos rentas que las que tienen.
La incógnita de los últimos años
Una pregunta que deja pendiente el informe es qué pasó en los últimos cuatro años. En 2007, el Gobierno intervino el Indec justo cuando la inflación comenzaba a desmadrarse por encima del 10 por ciento e incluso el 20 por ciento anual, según el año.
Si se toman los números de pobreza del Centro de Investigación y Formación (Cifra) de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), que es de la línea más cercana al Gobierno, la pobreza bajó de casi 27% en 2006 a 24% en 2009. Es decir, tres puntos, que, siguiendo el criterio de Sosa-Escudero y Petralia, ensancharían la clase media al 61%, aún menos que en 1994.
Pero si se toman como referencia las cifras de pobreza de Ecolatina, la consultora fundada por Roberto Lavagna, o del director del Instituto de Estudios y Formación (IDEF) de la CTA, el opositor Claudio Lozano, la pobreza aumentó entre cuatro y seis puntos respecto de 2006. Es decir que para el criterio de Sosa-Escudero y Petralia, la clase media estaría en el 54 o el 52%, en niveles similares a los de fines de los 90.
No hay comentarios:
Publicar un comentario