La ficcion K
Los famosos que se juegan por Cristina
Son muchos, desde Juan José Campanella a la productora On TV, que se suman a Florencia Peña, el Puma Goity, Rodrigo de la Serna, Esther Goris, Leonardo Sbaraglia y Andrea del Boca. Encuentro e Incaa TV.
Hasta el día de hoy, en lo que a televisión abierta se refiere, el Gobierno se expresaba por medio de la TV Pública –lo cual no es novedoso: en nuestra historia, cada administración tuvo una tendencia a interpretar que el canal del Estado era un canal del gobierno (en términos técnicos, los gobiernos pasan pero el Estado queda)– con sus noticieros, flashes informativos y, claro, 6, 7, 8. El resultado de esta política comunicacional tiene cifras concretas: en lo que va de octubre, la TV Pública tiene un rating promedio de 3,2 puntos de rating, que es el valor por el que suele rondar el nuevo programa de Diego Gvirtz que apela a lo que siempre apeló: archivo nutrido y comentaristas en piso para festejar las ocurrencias de edición. Un dato no menor es que el rating de la TV Pública, en promedio, está distorsionado: los partidos de fútbol en directo –el gran Fútbol para Todos, que incluyen las publicidades oficiales del entretiempo– tienen un rating muy superior, y el resto de la programación muy inferior. En otras palabras: la política comunicacional, circunscripta a la televisión abierta, alcanza en promedio a unas 320 mil personas de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, geografía que abarca la medición de la siempre cuestionada Ibope. Pero, como decíamos en un comienzo, eso es hasta el día de hoy.
Lo que fue, será. “A mí me convoca Pablo Culell, de la productora de Sebastián (Ortega), con los que trabajé hace mucho tiempo, y me dice que están por hacer un programa de televisión por el Bicentenario, que estaba el Gobierno encargándole el trabajo. Todavía no me acuerdo cómo fue la convocatoria, sé que estaba el Gobierno, y después surgió lo de que iba a pasarse por Telefe”, le dijo Israel Adrián Caetano, director de Lo que el tiempo nos dejó, a PERFIL en agosto de este año. Desde la productora nunca se desmintió el hecho –una fuente reservada dijo “preferimos no aclarar porque oscurece”–, y un contacto de Telefe que prefirió mantenerse en el anonimato le indicó a PERFIL: “Nosotros no hicimos ningún pacto con el Gobierno. El contrato establece que pagamos por las latas hechas del unitario; la forma en que Underground se financie para hacerla es asunto de ellos”.
Lo cierto es que, basándonos en la declaración de Caetano, Lo que el tiempo nos dejó fue el mascarón de proa de la incursión del Gobierno en la generación de ficciones. PERFIL pudo confirmar, además, que el productor Sebastián Ortega y el director Caetano se reunieron con la presidenta Cristina Kirchner. Poco después se comenzaron a difundir versiones de que habrá segunda temporada de Lo que el tiempo...
En términos de audiencia, el unitario rindió hasta ahí. El capítulo 1, Mi mensaje, con Laura Novoa como Eva Perón, promedió 19.4 de rating –fue el programa más visto de la emisora ese día–; el 2, La caza del angel, sobre las Madres de Plaza de Mayo, con Cecilia Roth y Verónica Llinás, bajó a un promedio de 14.2 puntos; el 3, La ley primera, sobre la noche de los bastones largos, promedió 10.8 puntos; el 4, Te quiero, con Leonardo Sbaraglia y Julieta Díaz, 12.2 puntos; el 5, Los niños que escriben en el cielo, sobre Malvinas, 13.5 puntos; el último, Un mundo mejor, con Rodrigo de la Serna y Alejandro Urdapilleta, midió 9.2 puntos. En total, promedió 13.21 puntos en el prime time de Telefe. Algo así como 1.3 millones de personas de Capital y el GBA. Es decir, bastante más que la audiencia de la TV Pública y un poco menos que la audiencia promedio de Para vestir santos, el unitario de Pol-Ka para El Trece.
Redoblar la apuesta. Con ese primer saldo, llega la hora del nuevo paso de la “ficción K” o, si se prefiere, “ficción alineada” –por utilizar un término de moda entre los K–, o incluso “ficción vista con buenos ojos”. Esta segunda instancia no tendrá como cobijo la pantalla de un canal privado como Telefe sino, en verdad, la TV Pública, que es una nueva denominación para el viejo Canal 7.
El primer caso que podrán comprobar los espectadores es Contra las cuerdas, que se emitirá martes, jueves y viernes al finalizar 6, 7, 8, a partir del 30 de noviembre. Originariamente, la ficción se iba a llamar Conurbano, estaba escrita por el guionista Marcelo Camaño, el director era Alberto Lecchi y la productora era Rosstoc, la empresa de Gastón Pauls. Quebrada la productora –lo cual no impidió que el actor/productor, pese a remitirse al silencio absoluto, asistiera a actos oficiales donde se encontró con Cristina y Néstor Kirchner–, tomó la posta On TV, de Claudio Villarruel y Bernarda Llorente, mujer de Jorge Taiana, ex canciller de la actual administración. Para refrescar la memoria: es la misma productora que el dúo inauguró tras renunciar a la gerencia artística de Telefe en diciembre del año pasado –no sin antes firmar un acuerdo para emitir las ficciones que realizaran, con una vigencia de tres años–, que anunció que iba a hacer “productos con contenido social”. El primero fue 3, 2, 1... ¡A ganar!, programa infantil de entretenimientos con Marley; el segundo, Secretos de amor,con Soledad Silveyra, levantado por bajo rating; y el tercero Caín & Abel, con Joaquín Furriel y Fabián Vena, que ahí anda en las mediciones.
Aclarado el currículum, cabe señalar que con el cambio de productora Camaño y Lecchi quedaron fuera del proyecto, siendo reemplazados por Alejandro Maci en la dirección y Esther Feldman al frente del equipo de guionistas. Se mantuvo, sí, al protagonista, Rodrigo de la Serna, que encarnará a Ezequiel, un boxeador amateur que debe abandonar su pueblo natal, donde es perseguido por haberse negado a dejarse ganar en una pelea donde corrían apuestas considerables, y recala en el Gran Buenos Aires, donde vive su hermano, Luciano (Maximiliano Ghione). La trama, prometen, incluirá aventura, amor y algo de policial. Los personajes se completan con Ana (Soledad Fandiño, que se tiñó el pelo para reemplazar a la contraparte femenina original, Mónica Antonópulos), una estudiante de periodismo hija de Hugo (Roberto Carnaghi). Para terminar de definir el elenco, buscan actores del under “para darles una primera oportunidad” –y, de paso, pagar menos que a los consagrados–.
El amor también es progre. Contra... abordará el mundo de la clase media baja, y la otra ficción que ya está en marcha también apunta al segmento electoral más débil del Gobierno: la clase media. Sr. & Sra. Camas será el debut de la productora Mar de Fueguitos, con la que Florencia Peña se lanza a generar contenidos que la satisfagan.
El argumento de la tira, con formato de sitcom y escrita por Adriana Lorenzón, radicará en un matrimonio sofisticado que se desempeña como exitoso consejero matrimonial: Déborah (Peña, que se reservó el rol protagónico) y Nacho (Gabriel “El Puma” Goity, su compañero de elenco en Un dios salvaje). El problema radicará en que van a descubrir que resulta muy fácil terminar como aquellas parejas a las que acostumbran ayudar, ya que cada uno recibirá una oferta laboral que no incluye al otro y se desatarán, de esa forma, conflictos de pareja que amenazarán al imperio empresarial que crearon.
Los personajes se completan con el hermano (Nicolás Scarpino), la madre (Mirtha Busnelli) y la secretaria (Noralih Gago) de Déborah, un amigo “canchero” (Diego Ramos) de Nacho y una consultora de sexo interpretada por Carola Reyna. Se sabe que en el elenco también participará Patricia Etchegoyen, aunque aún no se difundió su rol.
La tira debutará en el verano en el prime time de la TV Pública, y las grabaciones comenzarían en noviembre.
El resto de los alineados. Dentro de este panorama debería incluirse también Guita fácil, la vida te puede cambiar en un instante, de Hibou Producciones, comedia romántica de veintiséis capítulos de tono tanguero escrita por Marcelo Camaño, Edgardo Kawoir y Martín Méndez, y protagonizada por Carlos Portaluppi, Alejandro Awada y María Fernanda Callejón, que aún no tiene confirmada pantalla.
También ingresaría en el batallón la telenovela que lleva adelante Esther Goris –protagonista y productora– que desembarcaría en Canal 9 –donde ya hay productos de Diego Gvirtz– el año próximo.
Y, además, dos proyectos que se están demorando en su estreno: las biopics sobre José de San Martín y sobre Manuel Belgrano. La primera es Revolución. El cruce de los Andes, con Rodrigo de la Serna interpretando al Padre de la Patria, producida por Tristán Bauer. Se estrenaría en cines en noviembre y luego pasaría a la pantalla de Encuentro y de la TV Pública. La segunda, aún sin título definido, tiene a Juan José Campanella como productor –trabajó ad honórem– y a Pablo Rago personificando al creador de la bandera.
"La TV Pública es una estructura vieja y enorme, con producción propia", dijo Juan José Campanella. "Es el canal más grande de la Argentina: tiene el triple de empleados que El Trece o Telefe. Los vericuetos y la burocracia hacen complejo el trabajo. Obviamente prefiero Encuentro, que no te permite un presupuesto como el de la película de Belgrano."
—¿Padeciste alguna clase de presión en relación a lo que ibas a contar?
—No, para nada. De hecho, creo que todavía ni leyeron el guión.
Todo tiene su precio. Los acuerdos entre el oficialismo y las productoras –según deslizó alguien que se desempeña en una de ellas y prefirió resguardar su identidad– responden a una metodología en común: se financia la producción y se asegura la pantalla de la TV Pública. En otras palabras: se presta dinero para que se realicen las ficciones que se saldan con lo que pagará el Estado, lo cual, de acuerdo a cómo se hayan manejado los aportes, dejará una diferencia en favor de los productores por el trabajo realizado. Un esquema similar es el que posee el Incaa, que presta dinero para que se realicen filmes y salda ese préstamo con el subsidio que paga el Instituto cuando recibe el producto terminado.
Este esquema parece poseer una ramificación más ambiciosa. Según pudo constatar PERFIL con fuentes que prefirieron mantener a resguardo su nombre, otro proyecto de mayor alcance sería el que llevará adelante Andrea del Boca, que consiste en generar una especie de Departamento de Telenovelas en la TV Pública para terminar de concretar una industria que se dedique a exportar los contenidos. Para esta tarea, la actriz allegada al Gobierno contaría con un tutor nada desdeñable: su padre, Nicolás del Boca, director y productor televisivo que la llevó a la fama con Papá corazón en 1973 y la sostuvo en lo más alto de la popularidad a lo largo de la última dictadura militar con telenovelas como Días de ilusión, Andrea Celeste y Señorita Andrea.
Todo, claro, de cara al 2011, el gran año para la política, pues se elegirá nuevo presidente. O presidenta, claro.
El oficialismo, en cable, cuenta con otra herramienta de peso: la señal Encuentro, destinada a contenidos educativos, que gracias a la política de digitalización de las señales pronto será un canal abierto.
"Todo lo que hice con el canal Encuentro significó una relación fabulosa", dice Juan José Campanella. "Te juro, ese canal lo adoro. Por charlas que he tenido con opositores, por suerte todos están de acuerdo en que no quieren tocarlo. La verdad es que Tristán Bauer antes y Verónica Fiorito hasta ahora lo manejaron muy bien. Es absolutamente apartidario. Uno puede decir lo que quiera sin nadie que lo controle, y los mecanismos de producción son transparentes: hay ciertos proyectos que son por licitaciones dificilísimas en sus requisitos, y cuando llevás un proyecto que te aprueban, la respuesta es cuánto hay de presupuesto y no tenés que ponerte a pedir más o rogar por que no te lo bajen: es eso, que se mantiene, y así es genial. Y los productos son buenos: es un canal que está creciendo estéticamente. Y Canal 7... (piensa) es otra cosa."
Los artistas –o, si se prefiere, integrantes de la farándula– que también participan de la señal son: Eugenia Tobal, que conduce el programa Ruta solidaria, que registra lo que hace la Red Solidaria; Natalia Oreiro, que conduce Se dice de mí, sobre el universo femenino (mujeres campesinas, mujeres y salud, mujeres y políticas culturales, etc.); y Leonardo Sbaraglia, que condujo Había una vez, donde leía cuentos bajo la dirección artística de su mujer
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