Josh Harris, te estamos mirando
El hombre que está en la pantalla pronosticó hace diez años el fin de la privacidad. Nadie le creyó y se volvió loco. Recuperado, este gurú de la red lanza ahora un nuevo presagio: antes de 2020 las máquinas superarán la inteligencia humana
Las operadoras del documental We live in public, sobre la vida de Harris, quien esta semana vendrá al país a participar de ArtFutura. Ver mas fotos
NUEVA YORK.- Un cigarro apagado, a medio fumar; anteojos de sol para montaña, un BlackBerry, un café ya frío y un pin con la forma de un rifle. Todos juntos, estos detalles destacan la fisonomía de Josh Harris por sobre la del resto de los clientes del bar de Alphabet City, en Manhattan, donde este excéntrico personaje, gurú de la Red, recibe a LN R . Este hombre vio el futuro hace más de diez años, cuando dijo que todos transmitiríamos nuestra vida online. Y sobrevivió a la locura para contarlo.
Es curioso. Harris brinda esta entrevista rodeado de jóvenes que están sentados uno al lado del otro, con sus notebooks, los auriculares puestos, y sin hablar entre sí. Todos están navegando en Internet. En el break del mediodía, se dedican a contar online qué es lo que están haciendo, en redes como Facebook o Twitter, y ven la vida de los otros en videos de YouTube o blogs. Cuando se vayan del bar, luego de trabajar todo el día, verán en su casa, por televisión, cómo otros se muestran en alguno de los innumerables reality shows que se transmiten en Estados Unidos.
Es curioso, además, porque hace más de una década Harris predijo una escena similar. Luego de comenzar su carrera mezclando comunicaciones y consultoría, fundó Pseudo.com , un sitio de videos online que se anticipó a lo que sería un signo del futuro: la pérdida de la privacidad. Más tarde vendió su negocio web y, con el dinero que cobró, financió su experimento más famoso: encerró en un sótano neoyorquino a más de cien personas que, a cambio de diversión gratuita y garantizada, accedió a ser filmada las 24 horas, durante un mes. Una suerte de Gran Hermano con fines "artísticos", según remarca el mismo autor. Tras esa experiencia, transmitió su propia vida, como en The Truman Show (una de sus películas favoritas), generó un par de proyectos fallidos, se volvió loco y viajó a Etiopía a sanarse. Ahora recuperado, gracias a un documental que se filmó sobre su vida, vuelve a la carga con un nuevo proyecto que mezcla arte y negocios. Pero en este bar nadie lo reconoce como a un referentes de la generación pre-YouTube o Facebook.
Cinco mil horas grabadas El film que cuenta la vida de Josh Harris es un documental que se llama We live in public . Premiado en Sundance en 2009 y proyectado desde el día de su premier, el mismo año, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York -el MoMA - es producto de las más de cinco mil horas de video grabadas en el día a día de este hombre que en la pantalla grande es presentado como "el pionero de Internet del que probablemente nunca hayas escuchado hablar". Con ese mote se intenta sintetizar el hecho que el "artista" haya revelado lo que es capaz de hacer el ser humano con tal de ser reconocido. A través de videos e instalaciones, Harris comenzó a hablar de que Internet podría ser una suerte de reality show masivo cuando todavía los fundadores de YouTube apenas estaban en la secundaria. Un adelantado a su época. Ahora, diez años después, el documental y medios como The New York Times y Wired lo destacan como un visionario sobre la vida en público.
We live in public apunta a mostrar el gusto por la fama que tiene la gente y cómo, para alcanzar el reconocimiento masivo, estamos dispuestos a resignar nuestra intimidad. Para ello se usan como excusa dos proyectos clave en el trabajo de Harris: el primero, Quiet, fue la iniciativa de proponer a un centenar de artistas que vivieran, hiperconectados, en una fábrica subterránea de Nueva York. Una vez que la policía dio por terminado el experimento, alegando supuesto riesgo de incendio en plena era Giuliani, el empresario/artista enfocó las cámaras hacia él y decidió mostrar su vida en pareja, con webcams hasta en los baños y las heladeras. Todo, todo, todo, se podía ver online con sólo decir que uno tenía más de 18 años. Dice que esa falta de privacidad le hizo perder la cordura.
Si bien Quiet es el experimento clave, éste no podría haber existido sin Pseudo, el primer gran sitio de streaming de video en red que a su vez le sirvió a Harris para bajar a la realidad su idea sobre la necesidad de mostrarse del público.
En ese contexto, la película de Ondi Timoner volvió a encender los reflectores sobre este vidente de la nueva era, quien contrató a la directora para que lo grabara, en 1999, tras "haberse vuelto loco" al finalizar con Quiet y, tal como dijo a LNR, decidiera vivir en Etiopía durante casi tres años. Como escala, antes de viajar a Africa y cuando ya había perdido su fortuna (él declara haber generado 40 millones de dólares en los años 90, aunque algunos reportes aumentan la cifra al doble), se retiró a una huerta en las afueras de Manhattan. Si bien el principal motivo de la mudanza era "sanarse", Harris confesó más tarde a The New York Times que, en realidad, en ese viaje se volvió adicto a la marihuana. De cualquier forma, la tranquilidad que, recuerda, vivió allí, y el reconocimiento posterior por We live in public, le sirvieron para equilibrar su vida.
Un amigo de Luvvy -tal el alias de Harris en Internet- entra al bar e interrumpe la charla. Acaba de comprar albahaca en un mercadito de Manhattan. Enseguida, jugando con una hojita en la mano, el artista recuerda que a su regreso de Africa "trabajó" como jugador de póquer: "No se gana mucho, pero por simple estadística, y por la manera en que se otorgan los premios, al hacerlo con regularidad se puede vivir de eso".
Más allá del juego, de vuelta de Etiopía Harris pasó por California, invitado por el emprendedor web Jason Calacanis (que lo considera una de las diez personas más importantes en Internet), y aprovechó para hablar con posibles interesados en sus nuevos proyectos. Actualmente reside en Nueva York, una ciudad que para él es una irremplazable base de operaciones. "En ese momento necesitaba alejarme de las grandes ciudades. Aquí uno se siente observado. Si estás en la Red y querés ver pornografía o documentos políticos, en el fondo de tu cerebro sabés que te están mirando. Me encantaría seguir viviendo en Africa, pero necesito estar acá; mi trabajo está acá."
"Puedo volver a hacerlo" En este momento, Harris, además de planear su visita a la Argentina para acompañar la proyección local de We Live in Public, que se verá el marco del Festival de Cultura y Creatividad Digital ArtFutura, se encuentra trabajando en un proyecto denominado The Wired City (ver aparte), con el que pretende transmitir la vida de, al menos, 150 mil personas. Cree que a las empresas les interesará lo que pueda surgir de este focus group gigante, y que a los individuos les gustará mostrarse al ciento por ciento frente a las cámaras por un poco de reconocimiento.
Harris puede parecer un demente, y no tiene problemas con eso, pero cuando dice algo que suena fuera de lugar, repite: "Ya predije, hace más de diez años, lo que iba a pasar, y gané mucho dinero con eso. Puedo volver a hacerlo". Se refiere a que cuando decía que todos íbamos a contar contentos nuestra vida en Internet, impulsados por las ganas de tener "relevancia social", muchos no le creían. Ahora, con blogs, Facebook y Twitter, su presagio ganó peso. ¿Habrá que creerle?
Sus últimas apariciones en medios y conferencias, impulsadas por la promoción y repercusión de la película, giran alrededor de la idea de privacidad. Pero, para él, este concepto ya es historia. "La batalla por la privacidad está perdida; hay que reconocer eso y avanzar. Cuando puse una cámara en un baño, quería demostrar que se podía perder el último bastión privado. Y eso fue hace mucho ya. Cada vez es más difícil resistirse a que gobiernos y empresas tengan información tuya. La resistencia es fútil." Estas últimas cuatro palabras, llevadas a la cultura popular por la serie Star Trek, The Next Generation, las reitera varias veces en el transcurso de la entrevista.
"Mi sensación es que, para un chico de 12 años, vivir en público no es algo tan raro: creció con esta idea de falta de privacidad. Es como la televisión, que para mí es lo más normal del mundo, pero no para mis padres", profundiza.
Pero, más allá de su faceta de gurú, a Harris también le interesa el arte. Señalado como "el Andy Warhol de la Web" gracias a una campaña de prensa, sueña con hacer una instalación en el museo Pompidou relacionada con un proyecto suyo llamado La fábrica de humanos, pero encuentra difícil llegar a los galeristas aunque su trabajo pueda tener buenas críticas.
La vida será transmitida ¿Cómo hace este hombre para combinar, por un lado, su faceta de artista de vanguardia cercano a la locura con el hombre de negocios que intenta conseguir financiación para su nueva hazaña? Ante todo, Harris aclara que habiendo sido millonario lleva apenas un puñado de dólares en el bolsillo. Acto seguido, confiesa: "Es difícil, pero intento encontrar el balance", y agrega que empresas como Google, Facebook y Twitter lo conocen, "pero ahora estoy en el purgatorio; en Silicon Valley les parezco un loco que se dedica al arte, y cuando voy a Hollywood a vender el proyecto piensan que soy un tipo técnico. Tengo que encontrar el equilibrio".
Sí, conoció de cerca la locura, pero Harris es consciente de la complejidad de sus ideas. "¿Lo entendiste?", vuelve a preguntar. A diferencia de diez años atrás, esta vez quiere estar seguro de que será escuchado.
Por Pablo Martín Fernández
pmfernandez@lanacion.com.ar
http://blogs.lanacion.com.ar/streaming
En Twitter: @fernandezpm
RADIOGRAFIA NERD pmfernandez@lanacion.com.ar
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- Tiene alrededor de 50 años (aunque se niega a precisar cuántos). Su alias en Internet es Luvvy.
- Estudió en la Universidad de California en San Diego, y comenzó a trabajar en consultoría y comunicaciones. Fundó Jupiter Research , una firma de análisis de mercado. Luego se enfocó en las posibilidades del video online y fundó Pseudo.com
- Con el efectivo generado en la burbuja puntocom creó Quiet: We Live in Public, la experiencia que derivaría en el documental que ahora se presenta aquí.
- Luego de que la policía de Nueva York dio por terminado Quiet, decidió exponer su propia vida, generando una suerte de The Truman Show, junto con Matrix, una de sus películas favoritas. Ese material también aparece en el documental.
- Se volvió loco, como dice él, y se mudó a una granja en las afueras de Manhattan. Luego viajó a Etiopía para "sanarse".
- En 2009 se estrenó We Live in Public. Harris regresó a vivir a Estados Unidos.
- En la actualidad, mientras acompaña las presentaciones de la película en festivales, intenta desarrollar el concepto "The Wired City", que pretende transmitir la vida de ciento cincuenta mil personas.
Harris le explica al sitio FastCompany el concepto "The Wired City"
Harris cree que va a llegar un momento en que las máquinas superarán la inteligencia de las personas. Ese instante, que para muchos es posible y lo sitúan a mitad de este siglo, para él ocurrirá en menos de una década. Se denomina "singularidad" y aparece detrás de todo proyecto relacionado con el artista.
Con ese marco, Josh Harris creó un protocolo (que envió en el mail en cuestión) a través del cual pretendía generar un debate en la Argentina sobre la "singularidad". Para eso, reproduciría el video denominado Launder my head, que produjo a mediados de los años 90, en el que se ve a humanoides con monitores en la cabeza discutiendo un capítulo de La isla de Gilligan. La trama es rara, pero ya conocemos a este hombre. Para sumarle curiosidad al experimento, el artista quería que varios medios de nuestro país hablaran del tema al mismo tiempo.
Eso se suele llamar "poner un tema en agenda", pero Harris no lo puede hacer de una manera tradicional: siempre tiene que darle su toque.
OTRA PELICULA SOBRE LA INTIMIDAD EN LA RED Mientras Josh Harris hace pie en la Argentina para presentarse en sociedad frente a los porteños vía el documental sobre su vida, We live in public, en todo el mundo otra película sobre Internet, la privacidad y sus gurús se gana un lugar como una de las favoritas en la carrera hacia los Oscar. Se trata de La red social , que recoge gran audiencia y buenas críticas. En nuestro país, el film de David Fincher ( El curioso caso de Benjamin Button ) que cuenta la gestación de Facebook, se estrenó hace diez días. La historia, centrada en la plataforma online cuyo mayor referente es Mark Zuckerberg -aunque no su único fundador-, cuenta con la estrella en alza Jesse Eisenberg (no confundir con Michael Cera) en el papel del nerd que comanda la principal red social, montado sobre sus sandalias Adidas, y Justin Timberlake como adláter. El guión de Aaron Sorkin, una adaptación del libro The Accidental Billionaires, no está en sintonía con lo que quiere Facebook que se crea de ellos. Pero hasta aquí el público parece no estar muy interesado en si lo que se cuenta es o no la historia real de la firma. Solamente le interesa acercarse al mundo de esos famosos desconocidos a los que día a día les confía su mundo privado.
UNA FIESTA DE ARTE Y TECNOLOGIA Desde el próximo miércoles y hasta el domingo, el Festival de Cultura y Creatividad Digital ArtFutura volverá a instalar su propuesta de nuevos medios, motion graphics, videojuegos y animación digital en Buenos Aires. Siempre con la premisa de explorar proyectos e ideas surgidos en el panorama internacional (lleva 20 años realizándose en España), este formato de conferencias, charlas, proyecciones y otras muestras, con entrada gratuita, hará su desembarco en cuatro sedes: Malba, Centro Cultural Recoleta, Cceba y Fundación Telefónica.
Josh Harris es el protagonista indiscutido de esta tercera edición. El estadounidense ofrecerá una conferencia el sábado 6, a las 19 (Malba), mientras que el documental que cuenta su historia se verá de viernes a domingo (Malba y C. C. Recoleta). Además de We Live in Public, film sobre las redes sociales y la (falta de) privacidad en Internet, que forma parte de la colección permanente del MoMA de Nueva York, habrá otros imperdibles en esta muestra. Es para agendar la charla con Michael Adamo (de la compañía londinense Passion Pictures), el viernes, a las 20, en el Malba, y la presentación de algunos de sus más destacados trabajos, como las animaciones para videoclips de la banda Gorillaz (foto). Por el bando de los efectos especiales, se anuncia la participación en ArtFutura de Pablo Helman (o el argentino que trabaja con George Lucas), el sábado, a la misma hora y en el mismo lugar.
La programación completa del festival está disponible en http://www.artfutura.com.ar/ .
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