TELEVISION › EMPIEZA LA TEMPORADA ALTA DE ESTRENOS EN MATERIA DE SERIES
El zapping entra en ultraactividad
Desde hoy, las señales que alimentan las pantallas latinoamericanas empiezan a estrenar las series que en Estados Unidos ya comenzaron, aunque el margen que las separa es
Por Emanuel Respighi
Además de ser un mes con indudables e históricas connotaciones políticas, octubre marca el fin de la abstinencia para los amantes de este lado del mundo de las series estadounidenses. Si bien el parate obligado que años atrás la TV tradicional les imponía a los televidentes para que se reencontraran con las nuevas temporadas de sus series favoritas o para que descubrieran nuevos programas ya no es tal por la gracia de las nuevas tecnologías, lo cierto es que el décimo mes es uno de los dos momentos del año (el otro es entre febrero y marzo) en que la TV por cable renueva notoriamente sus programaciones de ficción. Consecuencia directa del streaming y download gratuito que desde todas partes del mundo millones de fans hacen de las series que se estrenan en Estados Unidos, la temporada 2010 llega con la novedad de que los canales de TV por cable ofrecen los programas y las temporadas con apenas algunas semanas de diferencia respecto de la emisión original. No es poco para aquellos que todavía eligen al aparato de TV como medio de entretenimiento televisivo.
La idea de abreviar el tiempo que transcurre entre el estreno en Estados Unidos y la emisión en América latina es consecuencia directa del nuevo consumo audiovisual que Internet y sus derivados trajeron en el mundo entero. A diferencia de la política de negación y endurecimiento que durante años llevaron a cabo los grandes estudios y productoras del norte, la disminución de los tiempos del histórico delay parece ser la primera señal que la industria mainstream emite respecto del futuro cercano. Si bien es poco probable que las señales de cable emitan en directo capítulos estrenos dada la diferencia horaria con Estados Unidos y que buena parte de los canales que los transmiten allí no se replican en América latina, es de esperar que en los próximos años las señales de cable emitan episodios el mismo día o 24 horas después que su emisión original. Los tiempos entre ventana y ventana del circuito televisivo se acortaron inevitablemente.
A cuatro capítulos de su estreno en Estados Unidos, hoy llega una de las series más esperadas del año: Boardwalk empire. Producida por el genial realizador Martin Scorsese, la serie que HBO emitirá los domingos a las 22 (CableVisión abre la señal para su estreno) retrata con estética y formato clásico la vida en Atlantic City de los años ’20, en plena aplicación de la Ley Seca. Volviendo al ámbito de la mafia y de gangsters que tan bien retrató en Buenos muchachos, Los infiltrados y hasta en Casino en el cine, desde la dirección del primer capítulo Scorsese le otorga a la serie una impronta personal reconocible, que enaltece el relato. Si a su aporte estilístico se le suma la pluma de Terence Winter, otro de los que recorrieron el género como guionista de Los Soprano, Boardwalk empire no defrauda a los amantes del género, aun cuando tampoco intenta despojarse de la mirada tradicional que Hollywood hizo sobre aquellos años.
En Boardwalk empire, la trama gira en torno de los negociados políticos y comerciales que la prohibición del alcohol generó en aquellos años. En este caso, el foco de la serie recae en Nucky Thompson (magistral Steve Buscemi, en un papel protagónico que lo despoja de sus roles secundarios consagratorios), un político de la época en Atlantic City, que tuvo como “socios comerciales” a Al Capone y Lucky Luciano, entre otros. La relación entre la política y la mafia, la doble y oportuna moral de la dirigencia de entonces, y las primeras mujeres que intentan avanzar y quebrar una sociedad de fuerte sesgo machista son los ejes de una serie placentera para ver. Los interesantes diálogos, la excepcional ambientación de época y la virtuosa dirección de Scorsese en el primer episodio, sin embargo, chocan con una trama que se ciñe demasiado al relato clásico que el cine y la TV revisitó una y otra vez sobre los negociados alrededor del tráfico de licor en aquellos años.
El thriller epocal no será el único de la fall season estadounidense al que valdrá la pena prestarle atención. Ya sin 24 como serie capaz de acumular la adrenalina de los televidentes, la cuota necesaria de acción y suspenso la traerá The event, la serie que Universal estrena mañana a las 22. La dosis político-conspirativa en la era post Jack Bauer se presenta en The event sin tiempo real, pero con una estructuración del relato en el que el tiempo vuelve a jugar un papel destacado, a través de flashbacks y flashforwards que profundizan los misterios de la trama. En este caso, la historia girará en torno de Sean Walker, un joven recién casado cuya flamante esposa desaparece en la luna de miel y que en su desesperada búsqueda se topa con una conjura político-científica que puede poner en peligro el destino de la humanidad. Aunque en The event abundan las similitudes con 24 (¡el presidente de Estados Unidos es negro!), por la manera en que está narrada y el probable cruce con seres de otro planeta de la trama, no parece ser tiempo desperdiciado el seguimiento de la serie creada por Nick Wauters, reconocido por ser el cerebro detrás de Los 4400 y Eureka, dos buenos dramas cruzados por los fenómenos paranormales. Además, la necesidad de llenar el vacío dejado por Bauer es imperiosa.
El regreso de la comedia
Más allá del impecable thriller de época, esta temporada de estrenos se destaca por el retorno de la comedia al camino de la calidad. Luego de varios años perdiendo lugar ante el desarrollo de series médicas, policiales y de ciencia ficción con implicancia paranormal, el género que en los noventa fue protagonista parece revalorizarse con un puñado de interesantes propuestas, que se suman a las nuevas temporadas de consagradas como 30 Rock (jueves a las 23, por Sony), y Two and a half men y The big bang theory, ambas comedias de Warner cuyos episodios estreno comenzarán a emitirse el primer martes de noviembre, desde las 20.
Casi como un guiño a Lost en versión humorística, No ordinary family (viernes a las 22, por Sony) es una de esas saludables comedias que ejercitan la carcajada. Con apenas siete días de diferencia de su estreno en Estados Unidos, la serie cuenta la vida de los Powell, un matrimonio de 16 años de duración y dos hijos a cuestas, al que el desgaste lógico pone en peligro. Para romper con la rutina, a Jim (Michael Chiklis, ex The Shield) no se le ocurre mejor idea que organizar un viaje familiar. Claro que el viaje de placer no sale como estaba previsto: el avión en el que viajaban cae en el río Amazonas y, aunque logran sobrevivir, la familia queda perdida en medio de la selva. El antes y el después de la vida familiar, en ese contexto, es
inevitable. Mucho más cuando por obra y gracia de alguna extraña cuestión cada integrante se da cuenta de que adquirió algún tipo de superpoder.
Ya para noviembre, en Warner llegarán otras dos comedias a las que los nombres agazapados detrás de las cámaras hacen presumir que darles una oportunidad no se convertirá en tiempo perdido. Con el envión que le da tratarse de una creación de los mismos productores de Two and a half men y The big bang theory, probablemente dos de las mejores comedias de la última década, Mike & Molly (desde el lunes 1º de noviembre a las 20) es una comedia “romántica” que se centra en una pareja con sobrepeso que se divide entre contener sus desmesurados deseos alimenticios y mantener viva la llama de un amor inversamente proporcional a sus caderas. La otra comedia que viene con credenciales detrás es Better with you (lunes a las 20.30), la nueva propuesta de la creadora de Friends, Shana Goldberg-Meehan. Esta vez, el foco de la trama no está puesto en jóvenes cool con problemas existenciales, sino que se centra en la vida cotidiana de tres parejas de distintas generaciones, pero de una misma familia, a las que la posibilidad de lograr acuerdos parece serles una tarea imposible.
Una comedia liviana, pasatista. Esa es la mejor definición que le sienta a Call me Fitz, la nueva comedia dramática que Sony transmite los jueves a las 23.30. Protagonizada, producida y dirigida por Jason Priestley, conocido por su papel de Brandon Walsh en la serie Beverly Hills 90210, la serie de HBO Canadá cuenta la vida de Fitz, un engreído y atrevido vendedor de autos que atormenta a sus compañeros de trabajo, duerme con todas las mujeres a su alcance y no le importa nada más que su propia existencia. La vida perfecta de Fitz da un giro de 180 grados cuando, tras un accidente automovilístico, se le presenta mágicamente a su vida un tal Larry (Ernest Grunwald), una suerte de conciencia corporizada que se le aparece para enderezarlo, lo extorsiona para que deje atrás sus vicios y se convierta en un tipo con algo de humanidad.
La otra realidad
Culminadas Lost, Héroes y Flashforward por diversas razones, la veta paranormal continúa desarrollándose a través de nuevas propuestas, además de la misteriosa The event. En paralelo a la renovación de su pantalla, SyFy (ex Sci Fi Channel) volvió a traer al maestro del suspenso Stephen King a la pantalla chica. Desde el viernes a la medianoche, el canal de ciencia ficción y fantasía programa Haven, la ficción basada en la novela del escritor oriundo de Maine, The Colorado King. En esta oportunidad, la ficción sigue la vida de la agente del FBI Audrey Parker (una impecable Emily Rose), que llega a una pequeña ciudad para arrestar a un asesino. Sin embargo, detrás de esa tarea de rutina la agente se topa con un pueblo en el que la mayoría de sus habitantes posee características sobrenaturales. Un fenómeno a priori inexplicable y que, incluso, afectará a la mismísima Parker, cuando descubra que ella también desarrolló extraños poderes. Una serie para aquellos que gustaron de Twin peaks o Los expedientes X, aunque no para sus fanáticos: ninguna podrá igualarlas.
La dosis de remakes y spin offs que la industria televisiva de Estados Unidos ofrece cada año también estará asistida. Desde esta semana, todos los miércoles a las 22, por Liv, la versión 2010 de Hawaii Five–0 intentará estar a la altura de la serie que entre 1968 y 1980 protagonizó Jack Lord. Esta vez, la fuerza de seguridad de elite estará comandada por Alex O’Loughlin, el actor que se pondrá en la piel del detective Steve McGarrett. A diferencia de la original, esta nueva versión intentará terminar con el crimen en la paradisíaca Hawaii, aunque acorde con la cultura y la delincuencia del siglo XXI. La otra remake que llega, aunque con un efímero período entre la original y la nueva versión, es Nikita (el martes 2 de noviembre, a las 21, por Warner). Aquí también la acción policial y el peligro se combinan con un alto poder erótico, diseminado por la belleza que transmite Maggie Q (Mision Imposible III), la protagonista de rasgos orientales de irresistibles poderes seductores.
Inédito combo de spin off y precuela de Battlestar Galáctica, Caprica llega a la pantalla SyFy el lunes 25 a la medianoche. Situándose casi seis décadas antes que la original, la serie se centra en la rivalidad de los Garystone y los Adama, dos familias rivales de la floreciente inteligencia artificial. El resultado de ese vínculo cargado de pasión, intriga y traición que cuenta Caprica sentará las bases para la creación de la primera forma de vida cibernética, los Cylon, protagonista de las revoluciones de que Battlestar Galáctica dio cuenta con maestría.
Thriller o comedia, drama o acción, de estética clásica o moderna, la TV por cable muestra en la actualidad una diversidad y pluralidad temática que no excluye a ningún televidente. No es poca cosa de cara a una TV abierta monotemática. Para los sufridos televidentes argentinos, la TV por cable es salud.
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