Merecemos un mundo mejor
Como balance “sombrío” calificó la alta comisionada de la ONU el resultado de los últimos 60 años.
Ana Mariani De nuestra Redacción Cuando todavía se podía sentir en el aire el olor del humo de Hiroshima, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamaba la Declaración de los Derechos Humanos. Si pensamos que pasaron 60 años, no podemos dejar de sentir un sabor amargo, ya que no vivimos en un mundo como el que se pretendía por aquellos días. Las bombas atómicas dejaron demasiado dolor y mucha ceniza de la que no pudimos renacer como humanidad. En estos 60 años, hay mucho para lamentar y poco para festejar. Las líneas de esta nota no alcanzarían para enumerar las violaciones a los derechos humanos que se cometieron a pesar de los propósitos de quienes dieron a conocer aquel documento. El informe 2008, "El estado de los derechos humanos en el mundo", de Amnistía Internacional (AI) que abarca 150 países y territorios, repasa las promesas formuladas en la declaración universal y muestra hasta qué punto las palabras van por un lado y la realidad, por otro. "La injusticia, la desigualdad y la impunidad son hoy las marcas distintivas de nuestro mundo", afirma la secretaria general de AI, Irene Khan, e insta a los gobiernos del mundo a pedir disculpas por su fracaso y a renovar sus compromisos para obrar mejoras concretas. Torturas en multitud de países. En al menos 81 países, se infligen torturas o malos tratos a las personas, en 54 se las somete a juicios sin garantías, y en 77 no pueden hablar con libertad. Según Khan, "2007 se caracterizó por la impotencia de los gobiernos occidentales y la ambigüedad o renuencia de las potencias emergentes a atajar algunas de las peores crisis mundiales de derechos humanos". En este sentido, señala que Darfur, Zimbabue, Gaza, Irak y Myanmar exigen una actuación inmediata. Esta será una "celebración" atípica que demuestra el fracaso de los propósitos de la Declaración. "La comunidad internacional debería disculparse por seis décadas de incumplimiento de los derechos humanos". Así de contundente habla Amnistía Internacional por medio de su presidente en su delegación en Cataluña, Pep Parés. Amnistía Internacional celebra los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos criticando la hipocresía de gobiernos, políticos, instituciones y muchas personas: "Los gobiernos tienen que actuar ya para acabar con el abismo que separa lo que se dice de lo que se hace". También Louise Arbour, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, sostiene que el balance es "más bien sombrío. Los compromisos solemnes expresados por la ratificación masiva de numerosos tratados internacionales sobre derechos humanos han encontrado poco eco en la realidad de aquellos que tienen hambre o que tienen miedo". Pero no todo es fracaso, ya que Amnistía reconoce en su informe la mayor conciencia y movilización de la sociedad en defensa de los derechos humanos, y se resalta que Internet y los medios sociales facilitan el activismo y la concientización. Pero todos entienden que, aunque hay algunos logros, éstos no son suficientes. Acabar con los crímenes contra las personas y la humanidad es un objetivo urgente y, algo clave, de todos. El feminicidio, en aumento. El aumento de la violencia contra las mujeres asustó a la población de Guatemala en los últimos meses de este año. Ni hablar de Ciudad Juárez, en México, donde los asesinatos de niñas y jovencitas no se detienen. Tanto en Guatemala como en México se ha llegado a la formulación del delito de "feminicidio", que significa matar a las mujeres por el hecho de ser mujeres, y no solamente en el ámbito doméstico. La impunidad y la corrupción e incompetencia de los gobiernos son las trabas más grandes en la resolución de estos asesinatos. Los niños no son privilegiados. Los derechos de los niños son violados de manera masiva y en numerosos aspectos en todo el mundo. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con ocasión del Día Mundial del Niño, enumeró las mayores violaciones a sus derechos. Los chicos son objeto de violencia, explotación, abusos, mala salud, infecciones como el sida, desplazamientos por conflictos armados, ausencia de educación y muchas otras formas de violación de sus derechos, a pesar de que la Convención de los Derechos del Niño existe desde 1989. Las cifras del horror: unos 218 millones de niños entre los 5 y los 14 años están involucrados en trabajo infantil. Se calcula que 1,2 millón de niños son víctimas del tráfico de menores cada año. Aproximadamente unos 143 millones de niños son huérfanos de uno o de ambos progenitores. Se calcula que unos 70 millones de mujeres y chicas actualmente han sido sometidas a algún tipo de mutilación genital. Ni hablar de la infinidad de chicos que mueren de hambre diariamente. Un hecho alentador. La provincia de Córdoba no está ajena al resto del país y del mundo, pero cierra un año con un saldo a su favor en materia de derechos humanos: aunque con muchos años de espera, se llevó a cabo un juicio histórico contra quienes violaron toda regla de humanidad entre 1976 y 1983. La cárcel común de Bouwer aloja en sus celdas a Luciano Benjamín Menéndez y otros siete represores. Como deseo, hacemos nuestras las palabras de Irene Khan: "Los gobiernos tienen que demostrar hoy el mismo grado de amplitud de miras, coraje y compromiso que hace 60 años llevó a las Naciones Unidas a adoptar la Declaración Universal de Derechos Humanos".
Como balance “sombrío” calificó la alta comisionada de la ONU el resultado de los últimos 60 años.
Ana Mariani De nuestra Redacción Cuando todavía se podía sentir en el aire el olor del humo de Hiroshima, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamaba la Declaración de los Derechos Humanos. Si pensamos que pasaron 60 años, no podemos dejar de sentir un sabor amargo, ya que no vivimos en un mundo como el que se pretendía por aquellos días. Las bombas atómicas dejaron demasiado dolor y mucha ceniza de la que no pudimos renacer como humanidad. En estos 60 años, hay mucho para lamentar y poco para festejar. Las líneas de esta nota no alcanzarían para enumerar las violaciones a los derechos humanos que se cometieron a pesar de los propósitos de quienes dieron a conocer aquel documento. El informe 2008, "El estado de los derechos humanos en el mundo", de Amnistía Internacional (AI) que abarca 150 países y territorios, repasa las promesas formuladas en la declaración universal y muestra hasta qué punto las palabras van por un lado y la realidad, por otro. "La injusticia, la desigualdad y la impunidad son hoy las marcas distintivas de nuestro mundo", afirma la secretaria general de AI, Irene Khan, e insta a los gobiernos del mundo a pedir disculpas por su fracaso y a renovar sus compromisos para obrar mejoras concretas. Torturas en multitud de países. En al menos 81 países, se infligen torturas o malos tratos a las personas, en 54 se las somete a juicios sin garantías, y en 77 no pueden hablar con libertad. Según Khan, "2007 se caracterizó por la impotencia de los gobiernos occidentales y la ambigüedad o renuencia de las potencias emergentes a atajar algunas de las peores crisis mundiales de derechos humanos". En este sentido, señala que Darfur, Zimbabue, Gaza, Irak y Myanmar exigen una actuación inmediata. Esta será una "celebración" atípica que demuestra el fracaso de los propósitos de la Declaración. "La comunidad internacional debería disculparse por seis décadas de incumplimiento de los derechos humanos". Así de contundente habla Amnistía Internacional por medio de su presidente en su delegación en Cataluña, Pep Parés. Amnistía Internacional celebra los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos criticando la hipocresía de gobiernos, políticos, instituciones y muchas personas: "Los gobiernos tienen que actuar ya para acabar con el abismo que separa lo que se dice de lo que se hace". También Louise Arbour, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, sostiene que el balance es "más bien sombrío. Los compromisos solemnes expresados por la ratificación masiva de numerosos tratados internacionales sobre derechos humanos han encontrado poco eco en la realidad de aquellos que tienen hambre o que tienen miedo". Pero no todo es fracaso, ya que Amnistía reconoce en su informe la mayor conciencia y movilización de la sociedad en defensa de los derechos humanos, y se resalta que Internet y los medios sociales facilitan el activismo y la concientización. Pero todos entienden que, aunque hay algunos logros, éstos no son suficientes. Acabar con los crímenes contra las personas y la humanidad es un objetivo urgente y, algo clave, de todos. El feminicidio, en aumento. El aumento de la violencia contra las mujeres asustó a la población de Guatemala en los últimos meses de este año. Ni hablar de Ciudad Juárez, en México, donde los asesinatos de niñas y jovencitas no se detienen. Tanto en Guatemala como en México se ha llegado a la formulación del delito de "feminicidio", que significa matar a las mujeres por el hecho de ser mujeres, y no solamente en el ámbito doméstico. La impunidad y la corrupción e incompetencia de los gobiernos son las trabas más grandes en la resolución de estos asesinatos. Los niños no son privilegiados. Los derechos de los niños son violados de manera masiva y en numerosos aspectos en todo el mundo. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con ocasión del Día Mundial del Niño, enumeró las mayores violaciones a sus derechos. Los chicos son objeto de violencia, explotación, abusos, mala salud, infecciones como el sida, desplazamientos por conflictos armados, ausencia de educación y muchas otras formas de violación de sus derechos, a pesar de que la Convención de los Derechos del Niño existe desde 1989. Las cifras del horror: unos 218 millones de niños entre los 5 y los 14 años están involucrados en trabajo infantil. Se calcula que 1,2 millón de niños son víctimas del tráfico de menores cada año. Aproximadamente unos 143 millones de niños son huérfanos de uno o de ambos progenitores. Se calcula que unos 70 millones de mujeres y chicas actualmente han sido sometidas a algún tipo de mutilación genital. Ni hablar de la infinidad de chicos que mueren de hambre diariamente. Un hecho alentador. La provincia de Córdoba no está ajena al resto del país y del mundo, pero cierra un año con un saldo a su favor en materia de derechos humanos: aunque con muchos años de espera, se llevó a cabo un juicio histórico contra quienes violaron toda regla de humanidad entre 1976 y 1983. La cárcel común de Bouwer aloja en sus celdas a Luciano Benjamín Menéndez y otros siete represores. Como deseo, hacemos nuestras las palabras de Irene Khan: "Los gobiernos tienen que demostrar hoy el mismo grado de amplitud de miras, coraje y compromiso que hace 60 años llevó a las Naciones Unidas a adoptar la Declaración Universal de Derechos Humanos".
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