El mundo / Muestras
Seducidos & engañados
Médicos, estrellas de cine e ídolos del deporte protagonizaron avisos con los que se promocionó el consumo de cigarrillos en las décadas pasadas. Increíbles pero reales, estos anuncios se exponen hoy en la prestigiosa Biblioteca Pública de Nueva York
IDEAL PARA EL DEPORTE
Nueva York.- ¿Quién no compraría un artículo barato que promete calmar los nervios, reducir el apetito, mejorar la digestión, aportar energía y hasta despertar admiración entre los hijos? Todo el mundo. O casi.
Con estos conceptos, auténticos anzuelos, millones de personas en el mundo entero se hicieron dependientes del cigarrillo.
Ni siquiera una tos: las imágenes que usaron las compañías tabacaleras para ocultar los peligros de fumar es el título de una inusual exposición en el hall de la Rama de Ciencia, Industria y Negocios de la Biblioteca Pública de esta ciudad, donde se exponen en gran tamaño y a todo color más de un centenar de reproducciones de avisos publicitarios publicados en revistas tales como Life o The Saturday Evening Post, entre 1927 y 1954.
Dentistas y médicos que promocionan marcas con filtro que "mejoran de inmediato" el asma y la bronquitis; fornidos deportistas que aseguran que fumar da más vigor; longilíneas enfermeras que proponen un "lucky" en lugar de un dulce; actores que resaltan la importancia de marcas suaves; niños y bebés que recomiendan a sus mamás que fumen para estar más tranquilas, o que aseguran que sus papis, que fuman tal marca, siempre eligen lo mejor...
"Hoy pueden causar risa -dice el profesor Robert Jackler, curador de la muestra y decano asociado de la Escuela de Educación Continua de la Universidad de Stanford, EE.UU.-, porque todas las marquillas advierten sobre los efectos dañinos del cigarrillo. Pero estos avisos, además de reconstruir la historia de cómo las tabacaleras mantuvieron a la gente fumando durante generaciones, nos habla de una industria que siempre puso su propio beneficio antes que cualquier tipo de consideración sobre sus consumidores. Se usaban imágenes de médicos, dentistas y enfermeras para tranquilizar a la gente, y los profesionales no se quejaban porque los avisos los presentaban con una imagen de seriedad y nobleza. Y si fuman los doctores, todo debe de estar OK..."
Además de esta muestra, que tiene entrada libre y gratuita y concluye el 26 de este mes, la Biblioteca Pública de Nueva York expone la colección permanente de George Arents sobre el tabaco, un completísimo compendio de avisos y de textos científicos y literarios acerca del tema.
Con la ayuda de su esposa, Laurie, el doctor Jackler comenzó a coleccionar publicidad sobre el cigarrillo hace varios años, cuando a su madre, fumadora empedernida, le fue diagnosticado cáncer de pulmón, un tumor que el año pasado terminó con su vida. "Sería un error creer que la publicidad de antes era mala y la de ahora no -reflexiona el médico-. Hoy los avisos son más sutiles, pero el mensaje y el objetivo son los mismos."
Por Gabriela Navarra
Para saber más: http://lane.stanford.edu/tobaccohttp://nypl.org/
¡Santa Claus fumaba!
Muchos personajes de amplia aceptación entre el público; entre ellos, el mismísimo Santa Claus, fueron usados para difundir el hábito de fumar entre la gente. Papá Noel, con sus regalos navideños y su alegría, apuntaba a un target bien claro: los más chicos, la garantía de que la dependencia hacia el cigarrillo seguiría generación tras generación.
El Milagroso
Hoy se sabe que fumar en casa aumenta del riesgo de muerte súbita entre los bebés. Sin embargo, hace 50 o 60 años se usaba la imagen de un chiquilín para decir que su papá elegía Marlboro porque siempre prefería "lo mejor", un cigarrillo "milagroso" que nunca lo haría sentir haber fumado de más...
Ideal para el deporte
Deportistas -como Joe di Maggio, el famoso jugador de béisbol que fue pareja de Marilyn Monroe- también eran elegidos como protagonistas. En estos casos, se enfatizaban las marcas "suaves". Lou Gehrig, otro beisbolista que padeció una gravísima enfermedad neurológica, también puso su rostro para avalar el cigarrillo. Entre los actores, Ronald Reagan, John Wayne y Rock Hudson fumaron placenteramente en los afiches.
Dientes más blancos
Los dentistas, al igual que los médicos y las enfermeras, fueron siempre asociados a imágenes positivas y tranquilizadoras. Por eso resultaron elegidos para recomendar determinadas marcas y enfatizar, por ejemplo, las ventajas comparativas de algunos cigarrillos sobre otros: con filtro, para evitar que los dientes se oscurecieran. Las imágenes de las enfermeras ayudaron a difundir entre las mujeres las ventajas del cigarrillo para reducir el apetito y calmar los nervios.
Si lo dice el doctor...
20.679 médicos recomiendan... Lucky, menos irritantes y que saben mejor... La industria tabacalera entregaba cartones de cigarrillos durante convenciones médicas y realizaba luego un cuestionario rápido entre los facultativos para saber cuál era la marca que elegían. Una técnica sencilla y efectiva para que luego pudieran publicitar determinada marquilla con el aval de la respuesta de los expertos. Los médicos nunca se quejaron: los representaban serios, nobles, equilibrados.
Seducidos & engañados
Médicos, estrellas de cine e ídolos del deporte protagonizaron avisos con los que se promocionó el consumo de cigarrillos en las décadas pasadas. Increíbles pero reales, estos anuncios se exponen hoy en la prestigiosa Biblioteca Pública de Nueva York
IDEAL PARA EL DEPORTE
Nueva York.- ¿Quién no compraría un artículo barato que promete calmar los nervios, reducir el apetito, mejorar la digestión, aportar energía y hasta despertar admiración entre los hijos? Todo el mundo. O casi.
Con estos conceptos, auténticos anzuelos, millones de personas en el mundo entero se hicieron dependientes del cigarrillo.
Ni siquiera una tos: las imágenes que usaron las compañías tabacaleras para ocultar los peligros de fumar es el título de una inusual exposición en el hall de la Rama de Ciencia, Industria y Negocios de la Biblioteca Pública de esta ciudad, donde se exponen en gran tamaño y a todo color más de un centenar de reproducciones de avisos publicitarios publicados en revistas tales como Life o The Saturday Evening Post, entre 1927 y 1954.
Dentistas y médicos que promocionan marcas con filtro que "mejoran de inmediato" el asma y la bronquitis; fornidos deportistas que aseguran que fumar da más vigor; longilíneas enfermeras que proponen un "lucky" en lugar de un dulce; actores que resaltan la importancia de marcas suaves; niños y bebés que recomiendan a sus mamás que fumen para estar más tranquilas, o que aseguran que sus papis, que fuman tal marca, siempre eligen lo mejor...
"Hoy pueden causar risa -dice el profesor Robert Jackler, curador de la muestra y decano asociado de la Escuela de Educación Continua de la Universidad de Stanford, EE.UU.-, porque todas las marquillas advierten sobre los efectos dañinos del cigarrillo. Pero estos avisos, además de reconstruir la historia de cómo las tabacaleras mantuvieron a la gente fumando durante generaciones, nos habla de una industria que siempre puso su propio beneficio antes que cualquier tipo de consideración sobre sus consumidores. Se usaban imágenes de médicos, dentistas y enfermeras para tranquilizar a la gente, y los profesionales no se quejaban porque los avisos los presentaban con una imagen de seriedad y nobleza. Y si fuman los doctores, todo debe de estar OK..."
Además de esta muestra, que tiene entrada libre y gratuita y concluye el 26 de este mes, la Biblioteca Pública de Nueva York expone la colección permanente de George Arents sobre el tabaco, un completísimo compendio de avisos y de textos científicos y literarios acerca del tema.
Con la ayuda de su esposa, Laurie, el doctor Jackler comenzó a coleccionar publicidad sobre el cigarrillo hace varios años, cuando a su madre, fumadora empedernida, le fue diagnosticado cáncer de pulmón, un tumor que el año pasado terminó con su vida. "Sería un error creer que la publicidad de antes era mala y la de ahora no -reflexiona el médico-. Hoy los avisos son más sutiles, pero el mensaje y el objetivo son los mismos."
Por Gabriela Navarra
Para saber más: http://lane.stanford.edu/tobaccohttp://nypl.org/
¡Santa Claus fumaba!
Muchos personajes de amplia aceptación entre el público; entre ellos, el mismísimo Santa Claus, fueron usados para difundir el hábito de fumar entre la gente. Papá Noel, con sus regalos navideños y su alegría, apuntaba a un target bien claro: los más chicos, la garantía de que la dependencia hacia el cigarrillo seguiría generación tras generación.
El Milagroso
Hoy se sabe que fumar en casa aumenta del riesgo de muerte súbita entre los bebés. Sin embargo, hace 50 o 60 años se usaba la imagen de un chiquilín para decir que su papá elegía Marlboro porque siempre prefería "lo mejor", un cigarrillo "milagroso" que nunca lo haría sentir haber fumado de más...
Ideal para el deporte
Deportistas -como Joe di Maggio, el famoso jugador de béisbol que fue pareja de Marilyn Monroe- también eran elegidos como protagonistas. En estos casos, se enfatizaban las marcas "suaves". Lou Gehrig, otro beisbolista que padeció una gravísima enfermedad neurológica, también puso su rostro para avalar el cigarrillo. Entre los actores, Ronald Reagan, John Wayne y Rock Hudson fumaron placenteramente en los afiches.
Dientes más blancos
Los dentistas, al igual que los médicos y las enfermeras, fueron siempre asociados a imágenes positivas y tranquilizadoras. Por eso resultaron elegidos para recomendar determinadas marcas y enfatizar, por ejemplo, las ventajas comparativas de algunos cigarrillos sobre otros: con filtro, para evitar que los dientes se oscurecieran. Las imágenes de las enfermeras ayudaron a difundir entre las mujeres las ventajas del cigarrillo para reducir el apetito y calmar los nervios.
Si lo dice el doctor...
20.679 médicos recomiendan... Lucky, menos irritantes y que saben mejor... La industria tabacalera entregaba cartones de cigarrillos durante convenciones médicas y realizaba luego un cuestionario rápido entre los facultativos para saber cuál era la marca que elegían. Una técnica sencilla y efectiva para que luego pudieran publicitar determinada marquilla con el aval de la respuesta de los expertos. Los médicos nunca se quejaron: los representaban serios, nobles, equilibrados.
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