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domingo, 9 de noviembre de 2008


Perfiles
El custodio de la marca Obama
Asesor, amigo y confidente del presidente electo de Estados Unidos, el consultor político David Axelrod fue el gran arquitecto de la campaña de Barack Obama, el hombre que lo acompañó en su meteórico ascenso y que confió en su historia personal como uno de los más efectivos mensajes de campaña. Ahora enfrenta el desafío de estar a su lado en la Casa Blanca
Foto: David Axelrod
Nueva York El bigote de David Axelrod a menudo está húmedo y lleva migas que permiten adivinar cuál fue su última comida. El estilo Axelrod de vestir, que favorece los sweaters marrones y los trajes arrugados, fue descripto por su propia madre como "el de una cama sin hacer". Pero salvo por estos detalles, el gran estratega político detrás del éxito de la campaña presidencial de Barack Obama parece tener todo bajo control, incluso en los momentos más difíciles.
"La victoria de Obama es testimonio de la inigualable viveza y habilidad política de Axelrod", resumió a LA NACION Charlton McIlwain, profesor de comunicación política de la Universidad de Nueva York, y este es un punto en el que muchos especialistas parecen coincidir.
Por eso, no sorprendió mucho que Axelrod, amigo y confidente de Obama, fuera una de las pocas personas mencionadas en el discurso pronunciado por el futuro presidente en la noche de su triunfo (lo llamó "socio mío a cada paso"). Y menos sorprende el hecho de que pueda seguir a su lado en Washington, como asesor senior del próximo gabinete. De alguna manera, Axelrod ha sido desde un principio el custodio de la marca Obama.
"David Axelrod era el complemento ideal para Obama. Juntos tuvieron la increíble capacidad de ver más allá y confiar en que la historia personal de Obama, su breve experiencia política y el creciente deseo de cambio de la sociedad norteamericana convertían a Obama en el candidato ideal para romper con una de las barreras raciales más infranqueables", agregó McIlwian, fundador de The Project on Race in Political Communication , en el que confluye gran parte de la investigación que se hace hoy sobre cuestiones de raza y política en Estados Unidos.
Pero, ¿quién es David Axelrod? Nacido en 1955 en Nueva York, en una familia de inmigrantes judíos de clase media, el pequeño David mostró interés por la política desde muy temprano y a los 13 ya vendía prendedores para la campaña de Robert Kennedy. Su madre, Myrtl, trabajaba como periodista en PM , un periódico de izquierda de la década del 40, y su padre, Joseph, un sobresaliente jugador de softball amateur, era psicólogo. Ambos se separaron cuando Axelrod tenía ocho años, y Joseph se suicidó cuando su hijo estaba estudiando Ciencias Políticas en la Universidad de Chicago. Tiempo después, en un especial sobre el día del padre del Chicago Tribune , Axelrod escribiría sobre la depresión que afectó a su familia y cómo le había tomado 30 años poder decir, en voz alta, que el hombre que más amaba y admiraba se había quitado la vida.
En la universidad Axelrod conoció a una estudiante de Administración de Empresas, Susan Landau, con quien se casó en 1979. Dos años antes había comenzado su carrera de periodista en el Chicago Tribune , que abandonaría en 1984 para trabajar como director de comunicación en la campaña del senador Paul Simon. A las pocas semanas ya había sido promovido a codirector de la campaña entera.
En 1985 fundó su propia empresa y en 1987 trabajó para la exitosa reelección de Harold Washington, el primer alcalde negro de Chicago. A partir de entonces, la habilidad por la cual Axelrod ha sido más buscado es su capacidad para ayudar a los candidatos negros a ser elegidos por votantes blancos en zonas urbanas, como Deval Patrick, gobernador de Massachusetts, y Michael Nutter, alcalde de Filadefia.
No con cualquiera
Pero esto fue sólo el principio. A tal punto fue exitosa su empresa de consultoría que, al comenzar la reciente campaña electoral, consideró seriamente tomarse un año sabático para producir documentales, ya que se encontraba en la difícil situación de haber trabajado, en un momento u otro, para varios de los pesos pesados que se proyectaban con posibilidades, como Barack Obama, Hillary Clinton, John Edwards, Chris Dodd y Tom Vilsack.
Fue particularmente difícil para él sumarse a la oposición a Hillary Clinton, dado que ella había hecho un trabajo muy significativo a favor de la ONG Citizens United for Research in Epilepsy , fundada por Susan -mujer de Axelrod- a favor de los enfermos de epilepsia, enfermedad de la que sufre uno de sus tres hijos. Pero finalmente se decidió por Obama al sentir, según dijo, que la oportunidad histórica que se le ofrecía le resultaba inspiradora. De hecho, a menudo ha comparado a Obama con el Kennedy que lo inspiró en su infancia.
"Es un idealista, algo poco frecuente entre los comunicadores políticos. Y menos común aún es su cuidadosa selectividad a la hora de elegir a los políticos que asesora: renunció a trabajar para muchos con los que no se sentía cómodo", señala Philippe Maarek, autor de un clásico de las aulas universitarias, Marketing político y comunicación , y profesor de la Universidad de París XII.
¿Cuál fue la clave del éxito de Axelrod? "David Axelrod se destaca en la creación de estrategias políticas basadas en los grandes temas y en la personalidad y biografía del candidato, en lugar de definirlos a partir de una obsesión por detalladas políticas públicas, como es más tradicional. Esto, por supuesto, fue motivo de las principales críticas a Obama. Se decía que era pura palabra sin sustancia, que hablaba sobre las generalidades de la esperanza y el cambio sin ofrecer mayores detalles sobre las medidas concretas a tomar. Pese a toda esta lluvia de críticas, Axelrod nunca cambió de curso. Confiaba en algo que muchos otros han olvidado: que los grandes presidentes norteamericanos han sido aquellos que lograron articular una visión clara y convincente del futuro de la nación y su gente. Las buenas políticas públicas nacen de este tipo de visión", sostiene Mc Ilwan.
El factor tecnológico no fue menor. Varios titulares adjudicaron la victoria de Obama al "asesoramiento digital" de Axelrod. ¿Cuánto tuvo que ver Internet? John Naughton, director del programa para periodistas de la Universidad de Cambridge y especialista en el ciberespacio lo resume así: "Hay dos aspectos en esta historia. El primero es que la campaña de Obama fue mucho más hábil y profesional que la de John McCain, en todo sentido, y este profesionalismo naturalmente se extendió a un uso más inteligente de la web . Lo realmente llamativo de la campaña de Obama fue la manera en que movilizó voluntarios para trabajar en la calle, consiguiendo que la gente fuera a votar en un país donde no es obligatorio. Esto marcó una gran diferencia respecto de la campaña del demócrata Howard Dean cuatro años antes. La campaña de Dean fue la primera en explotar los recursos de Internet para juntar fondos y para generar interés y entusiasmo. En lo que Dean falló fue en que toda la energía y entusiasmo que generó quedó en el ciberespacio, sin lograr que se extendiese a los activistas y votantes en la calle, como sí se consiguió en esta oportunidad".
Estratego de la Red
"El otro aspecto interesante relacionado con la tecnología -agrega- fue la manera en que Internet jugó un papel fundamental para la construcción y destrucción de personalidades. Por ejemplo, YouTube fue muy importante en la distribución de sátira viral sobre Sarah Palin. Y lo llamativo del caso es que YouTube no existía tan sólo cuatro años atrás, cuando George W. Bush fue elegido".
Para el especialista argentino en políticas públicas Gabriel Sánchez Zinny, vicepresidente para América latina de Dutko -una de las principales empresas de lobby de Washington-, lo llamativo fue la eficiencia y disciplina con que Axelrod manejó la campaña de Obama, la cual, dice, se asemejó a "lo más competitivo del sector privado: no hubo quiebres ni filtraciones, como sí existieron a menudo en las campañas de Hillary Clinton y luego en la de John McCain, considerablemente más desorganizadas", subrayó.
Axelrod conoció a Obama a través de una activista demócrata de Chicago, Bettylu Slatzman, en 1992, cuando Obama lideraba una iniciativa para aumentar el número de votantes negros. Eventualmente, la relación entre ambos hombres se volvería tan íntima que, para muchos, Axelrod es una suerte de álter ego de Obama, una figura a la que el presidente electo consultó con frecuencia en los últimos años ante decisiones difíciles que debía tomar, como antes de pronunciar un discurseo contra la Guerra en Irak, en 2002, y antes de publicar su libro The Audacity of Hope . Y también, por supuesto, contó con su asesoramiento para la crucial campaña para el Senado, en 2004.
"Aunque es la persona más dura que conozco, no es un mercenario -dijo Obama sobre Axelrod en una entrevista-: realmente cree en lo que estamos haciendo, lo cual lo convierte en un mal asesor cuando no cree en el candidato y un gran asesor cuando sí cree en él".
Por supuesto que hay aspectos de la carrera de Axelrod que han sido criticados, especialmente los vinculados a una segunda empresa que tiene para clientes corporativos. "¿Y qué con tener clientes corporativos? Todos lo hacen", lo defendió Maarek. Pero claramente el del lobby no es un mundo para cualquiera. Hablando para The Times, de Londres, Ed Rollins, un famoso estratega republicano que ha encontrado a Axelrod en repetidas ocasiones, lo pone a la cabeza de la lista de "tipos que nunca quiero ver haciendo lobby con granadas en mi contra nuevamente".
A pesar de esto, Axelrod a menudo es descripto como una persona muy tranquila y honesta, alguien que suele decir lo que piensa sobre sus clientes sin anestesia. Por ejemplo, consultado por los medios sobre si había algo que pudiese impedir la nominación de Obama tras perder las primarias contra Hillary Clinton en Iowa, en enero último, Axelrod respondió sin problema que sí, "su ego".
The New Republic asegura que Axelrod y Rahm Emanuel, el recién nombrado jefe del futuro gabinete de Obama, son íntimos amigos. Según la revista Rolling Stone , durante la campaña hablaban varias veces por día para utilizarse como caja de resonancia para sus propuestas. Habrá que ver ahora de qué manera esta exitosísima simbiosis se traslada a los pasillos de la Casa Blanca, con Obama como presidente y los ojos del mundo entero sobre ellos. Después de una campaña histórica, habrá que ver qué estrategias le recomienda David Axelrod a su jefe frente a la situación muy distinta de ocupar el poder.
Por Juana Libedinsky © LA NACION
Quién es
Del periodismo a la política: David Axelrod nació en Nueva York en 1955. En 1977 comenzó su carrera como periodista en el Chicago Tribune. Allí trabajó durante ocho años, pero luego abandonó para trabajar en la campaña del senador Paul Simon.
Su relación con Obama: casado y padre de tres hijos, en las últimas dos décadas trabajó en la campaña de varios pesos pesados de la política norteamericana. Conoció a Barack Obama en 1992. Desde entonces, ambos se volvieron inseparables.

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