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miércoles, 12 de noviembre de 2008


cancer de cuello de utero
Araceli pide la vacuna, pero abre la polémica porque son muy caras
La campaña de difusión de Lalcec que invita a las mujeres a vacunarse contra el cáncer de cuello de útero, protagonizada por Araceli González y su hija, reabrió el debate en torno a esta enfermedad y sus formas de prevenirla. Por ejemplo, sanitaristas piden mejorar los controles ginecológicos antes que promover el uso de dos medicamentos tan costosos.
Por Gabriela Manuli y Pedro Ylarri

Campaña. La potencia mediática de Araceli, una de las mujeres más bellas de la Argentina, al servicio de un llamado al uso de vacunas que, por su elevado costo, está provocando un debate. Sin embargo, que se hable de una enfermedad tan cruel es muy positivo.
Lo padecieron Eva Perón y Tita Merello, y lo sufren otras 3 mil mujeres argentinas por año. El cáncer de cuello de útero mata en el país a unas 1.600 personas cada 365 días, y su origen es conocido y evitable. Pobreza, ineficacia de las políticas públicas e ignorancia son los orígenes principales de una enfermedad que podría ser prevenida con controles periódicos, sencillos y accesibles.
Sin embargo, organismos de la sociedad civil, expertos, laboratorios y autoridades sanitarias todavía se ven envueltos en un debate sobre las mejores formas de combatirlo. Su último capítulo fue la aparición de una nueva vacuna que evitaría el desarrollo del cáncer, pero su costo es elevado y su eficacia a largo plazo es discutida en el mundo. Mientras una conocida ONG promueve su uso y los expertos denunciaron lobby, la enfermedad sigue avanzando.
El cáncer de cuello de útero es uno de los pocos sobre los que se conoce con certeza su causa: la infección por virus de papiloma humano (HPV), una enfermedad de transmisión sexual muy común, que puede afectar hasta a un 80% de las mujeres sexualmente activas. La prueba de Papanicolau (PAP) es el test que permite detectar alteraciones en células del cuello del útero producidas por los virus, y así permitir tratarlas antes, que evolucionen en un cáncer.
“Alrededor de la mitad de los casos de cáncer de cérvix ocurre en mujeres que nunca se sometieron a las pruebas de detección. Es uno de los tipos de cáncer más prevenibles y tratables, y sin embargo, representa una de las causas de muerte más frecuentes entre mujeres cerca de los 35 años”, explica Juan Carlos Balparda, ginecólogo del Hospital Universitario Austral.
Otros ginecólogos y oncólogos consultados por PERFIL destacaron que la prueba es la más efectiva, aunque las campañas de difusión para que las mujeres se controlen parecen no tener resultado. Una investigación del Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas reveló que la palabra PAP no está en el diccionario de los adolescentes. Un 74% de las chicas y chicos consultados en 2006 no sabía de qué se trataba este análisis, y casi todos (94%) no supieron qué responder cuando les preguntaron sobre la infección del HPV.
A comienzos de ese mismo año se dio a conocer el desarrollo de la vacuna para la prevención del virus causante del cáncer de útero. En junio, la FDA (la agencia de drogas y alimentos de los Estados Unidos) aprobó la licencia. Pronto la Unión Europea dio el visto bueno a una de las versiones de la vacuna, y recién entonces los demás países comenzaron a usarla y hasta incorporarla en sus calendarios obligatorios de vacunaciones, no sin una fuerte polémica.
En la Argentina, la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) ya aprobó dos versiones del novedoso medicamento. La primera fue Gardasil, del laboratorio Merck Sharp & Dohme, en septiembre de 2006. Se aplica en tres dosis, es para mujeres de entre 9 y 26 años y cubre cuatro cepas del virus: la 16 y 18, responsables del cáncer cérvico-uterino; y la 6 y 11, causa de las verrugas genitales.
Cervarix, de la competidora GlaxoSmithKline (GFK) fue aceptada en noviembre de 2007 para ser administrada en tres dosis a mujeres de 10 a 45 años. Protege contra los tipos de HPV 16 y 18. En ambos casos, los especialistas advierten que lo ideal es aplicar la vacuna antes del inicio de las relaciones sexuales.
Mientras la mitad de las mujeres fallecidas por cáncer de útero en el país nunca se había hecho un PAP, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) lanzó una campaña mediática financiada por GFK en la que la actriz Araceli González recomendaba junto con su hija la vacunación. La polémica no se hizo esperar: en diálogo con PERFIL, el Ministerio de Salud respaldó sus programas, sanitaristas, denunció lobby de las farmacéuticas, ONGs reclamaron pruebas PAP masivas y gratuitas, y Lalcec explicó el propósito de la campaña.
Salud fue el primero en responder: tras observar la campaña envió un comunicado de prensa con un contundente encabezado: “El Papanicolau es el principal método para prevenir el cáncer de cuello uterino”.
Silvina Arrosi es coordinadora científica del Programa Nacional de Prevención de Cáncer de Cuello de Utero del ministerio y cree que la clave es continuar fortaleciendo un programa organizado de prevención en lo que considera “una enfermedad de la pobreza”.
Remarca la palabra organizado: “El nivel de desarrollo de los programas provinciales era muy variado y las actividades por parte de Nación eran muy escasas”. El plan actual del ministerio –que comenzó en junio de este año– está arrancando en las provincias del Norte, donde la tasa de mortalidad por la enfermedad es hasta cuatro veces más alta que en la Ciudad de Buenos Aires. En un diagnóstico previo a la implementación del programa se demostró esta desigualdad: el 45% de las pacientes está por debajo de la línea de pobreza y el 76% no tiene cobertura de salud.
Para Arrosi la vacuna es una herramienta importante y un gran logro. Pero a pesar de que valora el avance científico cree que aún hay que esperar. “Todavía hay muchos signos de interrogación. Lo fundamental es fortalecer la prevención. Aún no es momento para el país para introducir una vacuna con ese costo.” El debate ya comenzó en varias reuniones internacionales, donde se está discutiendo una política común para la región. “No es que la Argentina le esté dando la espalda a la vacuna.”
Factor costo. El elevado precio de las vacunas es un tema recurrente también entre laboratorios y sanitaristas, ya que si bien algunas obras sociales cubren hasta un 60%, continúa siendo prohibitiva para los sectores de ingresos bajos. Fuentes de GSK señalaron a PERFIL que la firma ha “trabajado activamente” para que sea accesible, a un costo de 1.200 pesos por las tres dosis. Desde Merck, el director médico de la sede argentina, Alfredo Wilkinson, afirmó que los precios por dosis pueden bajar de 900 a 520 pesos con obra social, por lo que el tratamiento cuesta entre 2.700 y 1.560 pesos.
Martín Riege, miembro de la Asociación Argentina de Ginecología Oncológica, que apoya el uso de la vacuna sin descuidar la realización masiva de PAP, asegura que la gente podría tener mayor acceso al medicamento si se realizan las medidas adecuadas: “El costo de la vacuna baja considerablemente si le sacamos el 30% de impuestos y las ganancias de los intermediarios, que rondan el 50%”. Pone como ejemplo la ciudad en donde vive, Rosario, donde la Comuna acordó rebajar el costo de Guardasil hasta 700 pesos por dosis.
En diálogo con PERFIL, los laboratorios respondieron a la reacción oficial y a la campaña de Lalcec. Wilkinson, de Merck, aclaró que “todas las mujeres tienen que seguir haciéndose el PAP independientemente de que estén o no vacunadas. Obviamente que uno quisiera que esté en un plan oficial de vacunación y creo que es una vacuna que podría incluirse, aunque no sé si es la prioridad”.
Esta semana, el laboratorio debió salir a aclarar que no financió la polémica campaña, y señaló a PERFIL que “toda acción tiene que hacerse en conjunto con el Ministerio de Salud”. También aclaró que no es política de la compañía hacer este tipo de campañas con productos de venta bajo receta: “No es una vacunación espontánea, sino que es el médico el que tiene que prescribirla”.
GSK es el que financió la campaña de Lalcec que en las últimas semanas inundó las calles con imágenes de Araceli González y su hija. “Es importante informar sobre la vacunación como una herramienta de prevención que complementa al PAP”, señalaron voceros de la firma, y agregaron que “ya estamos iniciando diálogos con Salud sobre el tema”.
La vacuna ya genera debates en los pasillos del Congreso. En la Comisión de Salud del Senado hay varios proyectos, uno de ellos firmado por Delia Pinchetti de Morales y Carlos Salazar, que considera importante la difusión de la vacuna, y señala que por los altos costos “es el propio Estado quien debe establecer los mecanismos para el acceso de todos a la vacuna”. En la Legislatura bonaerense también ingresó un proyecto para que fuera gratuita y obligatoria, aunque perdió estado parlamentario.
Lobby polémico. A casi dos años de su aprobación en la Argentina, las vacunas Cervarix y Gardasil son resistidas en duros términos por los sanitaristas y observadores de la industria farmacéutica. El sanitarista y sociólogo José Carlos Escudero es uno de ellos. En diálogo con PERFIL, sostuvo que las nuevas vacunas son un “buen negocio para quien las fabrica”, pero una “mala decisión” de política sanitaria. “Son carísimas, a veces no dan inmunidad, no previenen contra todos los microorganismos y hay que estar permanentemente revacunando”, sostuvo.
“Lo que hay que hacer es establecer un buen sistema gratuito y de fácil acceso de medicina preventiva y curativa, con alto énfasis en mano de obra y comparativamente pocas inversiones en capital, que sirve contra todos los virus del cáncer de cuello de útero, y contra cientos de otras enfermedades simultáneamente”, dijo Escudero, docente en dos universidades nacionales. PAP masivos y gratuitos para toda la población sería una solución en este sentido.
Campañas propagandísticas de Merck y GSK son también criticadas en el mundo. Para el periodista español Miguel Jara, autor de dos libros sobre el tema del lobby farmacéutico, las compañías ejercieron el “marketing del miedo” a la hora de promocionar las vacunas a personas sanas: “Expanden el terror al virus entre la población para que se ponga la vacuna, quieren hacer creer a la población que existe una pandemia donde no la hay”, dice al citar el caso de comunas de España que han aprobado como obligatoria las tres dosis en niñas de hasta 14 años.
En el mundo. El capítulo argentino del debate por la inclusión de las vacunas en el Plan Médico Obligatorio (PMO) tiene como trasfondo fuertes polémicas en el exterior. La vacuna de Merck fue autorizada en Estados Unidos y en la Unión Europa en los últimos años, aunque la FDA norteamericana aún no se expidió respecto a la de GSK, dijeron fuentes de la industria.
En el país, ambos inmunizantes están aprobados, aunque la campaña de Lalcec fue criticada por supuesta falta de información. “Mucha gente nos llamó preocupada cuando salió”, dijo Arrosi, de Salud. Según datos aportados por la industria, sólo veinte países recomiendan el uso masivo de la vacuna, muchos de ellos a nivel distrital, y sólo en España, algunos estados de los Estados Unidos, Inglaterra y México han dictado resoluciones para brindar la vacuna en forma gratuita a jóvenes vírgenes menores a 14 años.
Con la polémica en cubierta y el debate abierto, el mal que padecieron Eva Perón y Tita Merello, y que sufren otras 3 mil mujeres argentinas por año, sigue sin solución.

“Muchacha, hacete el Papanicolau”
“Cuidate, vacunate”, dice la actriz Araceli González en la nueva campaña de Lalcec contra el cáncer de cuello de útero. Allí aparece junto con su hija, Florencia Torrente, rodeada de decenas de figuras femeninas que van esfumándose a medida que se escuchan las palabras “la enfermedad mata a seis mujeres por día”.
El impactante corto de la agencia Quadro generó polémica por su financiación a cargo del laboratorio GSK y porque la artista olvidó mencionar el método más efectivo para prevenir ese tipo de cáncer: la prueba Papanicolau.
Fue la versión actualizada de la campaña de Tita Merello, también para Lalcec, en la que inmortalizó la frase: “Muchacha, hacete el Papanicolau”.
En los 80, en una de esas pruebas de rutina, a la reconocida cantante y actriz le descubrieron un cáncer de útero, y desde allí se convirtió en un estandarte de la lucha contra la enfermedad. Una vez curada, repetía: “El doctor Papanicolau es quien hizo posible que hoy estuviera hablando contigo”. Los médicos todavía le agradecen sus campañas de difusión: “Salvó a más personas que cualquier otro ministro de Salud de la historia argentina”, dice a PERFIL Martín Riege, de la Asociación de Ginecología Oncológica.
Lalcec desestimó la polémica por la campaña. La jefa de ginecología de la entidad, Silvina Witis, explicó a este diario que “el objetivo fue concientizar, de la misma manera que nuestra institución lo viene haciendo desde hace 86 años. Queríamos una campaña impactante para fomentar el control, por eso dice: ‘Controlate, vacunate’”.
Además, destacó que la vacuna es obligatoria en varios países y que su creación es un “hito” de la ciencia: “En treinta años no habría cáncer de útero si todas se la aplicaran”.
Fuentes cercanas al proyecto ideado por Quadro, quienes solicitaron reserva, afirmaron que la elección de Araceli González busca retomar el impacto que tuvo la campaña de Tita Merello. “He oído críticas y no estoy de acuerdo (con ellas), se habían consultado a otras personalidades y no quisieron participar, lo está haciendo de buenas”, finalizaron

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