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sábado, 28 de mayo de 2011

Música en TV: la vida más allá del videoclip

Con las antiguas certezas en retirada, la pantalla registra en esta materia constantes mutaciones y novedades

Sábado 28 de mayo de 2011 | Publicado en edición impresa
Música en TV: la vida más allá del videoclip
Marcelo Stiletano
LA NACION
S i nos interrogamos sobre las distintas maneras de difundir la producción musical no hace falta ir muy lejos para arribar a una primera y rotunda conclusión: una tras otra, todas nuestras certezas previas sobre el tema ya han sido derribadas o están a punto de hacerlo.
La televisión -qué duda cabe- no es el único laboratorio desde el cual podemos observar todo este asombroso movimiento, cuyo futuro se abre a las más impredecibles transformaciones. Todas ellas van de la mano de una evolución tecnológica siempre sorprendente y capaz de abrirse y orientarse hacia espacios inesperados.
Pero entre todos esos ámbitos, la pantalla chica resulta ideal para la observación de esta constante metamorfosis, tal vez porque en su seno conviven en permanente tensión las posibilidades innovadoras y un espíritu conservador que parece dispuesto a resistirlas. El doble resultado de este juego de opuestos es una gran pregunta eje (¿cuál es el lugar de la música en el espacio televisivo actual?) y un intento de respuesta que tal vez se haga necesario reformular varias veces en los próximos tiempos.
Con todo, lo primero que nos muestra la realidad es la mutación a la que hoy aparece expuesta la unidad musical más reconocible de todas en materia televisiva. El videoclip, tal como lo entendimos siempre, dejó de ser hace un tiempo la expresión más pura de las manifestaciones musicales televisivas. Con este corrimiento de su materia prima, los canales especializados en el tema comenzaron a experimentar amplias mutaciones, al tiempo que otras señales de la TV paga asomaron su cabeza en este terreno, con incursiones cada vez más fuertes y visibles. Todos estos cambios, pese a que siguen en constante movimiento, permiten extraer al menos diez indicios y lecturas útiles para identificar el nuevo mapa musical de la pantalla chica.
¿HACIA DONDE VA MTV? La señal que durante mucho tiempo fue el buque insignia de los canales de música, la que primero marcó los rumbos por recorrer y funcionó como faro para que nadie se extraviara de esa ruta marcada, desde hace un buen tiempo planifica derroteros por otra clase de rutas, identificadas con el común denominador de cultura joven. Los videoclips quedan confinados a horarios marginales o de menor demanda, mientras lo que domina el prime time nocturno de un tiempo a esta parte adquiere otro perfil: programas de citas, reality shows, noticieros (el inclasificable y chirriante MTV Güik), series sobre adolescentes reales o tardíos dispuestos a complicarles la vida a los demás y el incombustible South Park.
EL REALITY NUESTRO DE CADA HORA . A esta altura, el género ya no tiene límite alguno y está abierto a toda clase de exploraciones en los aún llamados canales musicales. Desde la disparatada búsqueda de la mejor amiga de Paris Hilton en Dubai hasta el mucho más serio y complejo 16 and Pregnant (con el sensible tema del embarazo adolescente) en MTV, pasando por la búsqueda de la nueva drag queen del siglo XXI (Ru Paul Drag Race) y el retrato auténtico de un grupo de lesbianas (The Real L Word), ambos por VH1. Una manifestación local de esta fórmula podría ser El visionario (Quiero), un aparente viaje a la intimidad de los artistas que no es más que la pintura de las obsesiones de su conductor, Hoby Defino. En cuanto a los reality shows del estilo "rumbo a la fama", su fortaleza quedó demostrada por la tremenda repercusión global, el miércoles último, de la final de American Idol (Sony), punto de referencia básico de muchos otros ciclos que salen a la búsqueda de cantantes y músicos. Allí desfilaron Beyoncé, Lady Gaga, Judas Priest, U2 y Marc Anthony, junto a los jurados Steven Tyler y Jennifer Lopez.


EL DEPORTE Y EL HOMBRE (MUSICO). Los programas sobre deportes y juegos extremos ganan terreno y desperfilan todavía más a los canales musicales. Por ahora, nadie se anima a seguir a los impresentables artífices de Jackass: las señales optan por tomarse en serio estas actividades. Allí están Aerial (Quiero) y Nitrocircus (VH1), junto a algunas manifestaciones del flamante canal Sony Spin.
EL COSTADO PERIODISTICO. No todos son videos, reality shows y ficciones varias. También hay lugar para los comentarios de actualidad, las investigaciones y algunas producciones especiales dignas de mención. Así lo demuestran ciclos tan diversos como Héroes del rock (CM), donde figuras del rock y el pop hablan de colegas a los que admiran y toman como referentes; Exposed (VH1), adaptación al mundo musical de ciertas fórmulas acuñadas por señales faranduleras como el canal E! y el sorprendente talk show That Metal Show (también por VH1). La más reciente manifestación en este terreno es MTV Güik, una especie de noticiero en español de alcance panregional y de perfil visualmente atractivo e irreverente, jugado por momentos al borde del mal gusto.
DEL DIBUJO AL HUMOR. El incombustible South Park es uno de los pilares de la programación de MTV, y a la vez pionero de una tendencia que va y viene, pero no deja de afirmarse en los canales musicales y expresiones de la "cultura joven". Es así como aparecen, por ejemplo, los episodios de Ren &Stimpy por VH1 y la reposición constante de Peter Capusotto y sus videos por Much Music.
DE LA INDIVIDUALIDAD A LO TEMATICO . En algunos terrenos, en vez de batirse en retirada, el videoclip terminó adaptándose a una saludable tendencia que afortunadamente cuenta con muchos espacios adeptos: la que procura rastrear a partir de las expresiones individuales modas, tendencias, estilos, expresiones, corrientes, modas e identidades. Esta tendencia gana terreno (Much Music es una buena caja de resonancia) y sirve para armar y completar considerables segmentos o franjas horarias enteras.
LO QUE LLEGA DESDE AFUERA. Tal vez haya menos música en los canales específicamente conocidos desde siempre como musicales, pero al mismo tiempo la música parece extenderse y abrirse a muchos otros espacios del amplísimo universo de la TV paga. Las exploraciones son múltiples en este sentido. Allí está por encima de todo ese fantástico fenómeno llamado Glee (Fox), cuya producción musical a través de clips, covers y grabaciones no deja de asombrar. También las múltiples manifestaciones surgidas en los canales dirigidos a los chicos y adolescentes con figuras como Miley Cyrus, Selena Gómez y los Jonas Brothers (Disney) y los elencos de I Carly y Sueña conmigo (Nick). La producción y difusión de hechos musicales a partir de estos nombres resulta casi inagotable.



RECITALES PARA TODOS. Parte del lugar que dejan vacante los videoclips empieza a ser ocupado por conciertos y actuaciones en vivo desde todos los matices posibles. Desde cuidados materiales de archivo (especialmente por el lado de VH1) hasta el cada vez más modelo de programa que se sitúa en un estudio y promueve el diálogo íntimo con el artista, así como la posibilidad de escucharlo en vivo en las mejores condiciones. Sus manifestaciones son múltiples: Spectacle, con Elvis Costello (HBO), Intimo e Interactivo (Much), los recitales de bandas nuevas por CM y hasta Encuentro en el estudio (canal Encuentro). Todos ellos, en el fondo, tienen como referencia básica y máxima al magnífico Later... with Jools Holland (HBO) que nació en 1992 y ya superó las 250 emisiones ininterrumpidas.
LA RESISTENCIA DEL VIDEOCLIP. La materia prima musical de la televisión conserva su espacio, pero ahora parece afirmarse en los canales musicales premium del cable, desprendimientos de las señales originales: MTV Hits (el más parecido al original de esa señal), MTV Jams (hip hop, música urbana) y VH1 Soul (funk, rhythm & blues, soul, sonido Motown). El nuevo canal en alta definición MTV tiene a los recitales en vivo como columna vertebral.
LO QUE QUEDA Y LO QUE FALTA. Decíamos que sobra música en el cable, por más que los canales musicales no sean hoy lo que supieron ser y reemplacen sus sonidos por palabras y nuevas tendencias. Pero así como el pop y el rock suelen dominar el terreno por dentro y por fuera de las señales especializadas, hay visibles carencias que todavía no fueron subsanadas. Falta, por ejemplo, un canal dedicado las 24 horas a emitir grandes expresiones de la música académica, que incluya conciertos, óperas y ballet, algo que Film&Arts (cuya programación también incluye el jazz) no consigue disimular, pese a sus visibles esfuerzos de calidad.

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