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domingo, 29 de mayo de 2011

medios

Rafael Correa

“La prensa burguesa es el nuevo opio de nuestros pueblos”

Publicado el 29 de Mayo de 2011

El periodista Pedro Brieger fue invitado a participar en Quito de una entrevista exclusiva con el presidente de Ecuador en el programa Pulso Político, que se emite por la cadena TC Televisión, conducido por Carlos Rabascall Salazar. Lo que sigue es una selección de los tramos más sustanciosos de la entrevista que se transmitió en vivo por la tevé ecuatoriana el 15 de mayo y de la cual también participó el periodista ecuatoriano Ramiro Díaz.
Carlos Rabascall Salazar: –A partir de la consulta popular del 7 de mayo se ha generado una gran polémica entre legitimidad, legalidad y gobernabilidad. Jaime Nebot (alcalde de Guayaquil, opositor) dijo que el SI no ha alcanzado el 50 %. Y hay lugares donde la diferencia con el NO es de décimas….
–Sólo tengo palabras de agradecimiento para el pueblo ecuatoriano, y como dice mi madre, la soberbia es abatida. El señor Nebot, que había guardado una posición muy prudente, porque él es muy inteligente y sabe que esta consulta es muy buena para el pueblo ecuatoriano, inducido por la derecha, por los socialcristianos y por medios de comunicación, salió en los últimos días a hacer campaña por el NO, y fíjense lo que le ha pasado. La victoria incluso en Guayaquil es contundente, quiera darle las vueltas que quiera el señor Nebot. Sea buen perdedor, reconozca que el pueblo ha respaldado no al gobierno, sino al futuro de la patria, porque si no mejoramos la justicia, la seguridad, va a ser muy difícil.
Ramiro Díaz: –Respóndale a los sectores de oposición que han dicho, “sí, sí, usted ganó pero dividió al país”.
–¿Consultar al pueblo ecuatoriano es dividir al país? Entonces, la próxima vez tenemos que encerrarnos en un cuartel a hacer las cosas a espaldas del pueblo. ¡Por el amor de Dios! Cuando ya no se tienen argumentos, se cae en el ridículo. Habría que hacer una antología de las barbaridades que se dicen para tratar de negar lo innegable. Un triunfo claro del SI. No estoy de acuerdo con el término “apretado”. Estamos en un millón de votos en las preguntas donde más diferencia hay, y donde menos diferencia hubo por el bombardeo de los medios de comunicación, estamos superando los 250 mil votos de diferencia. Hemos ganado en las diez preguntas en forma clara. Ha ganado el pueblo ecuatoriano. Tengan un poco de respeto por el pueblo ecuatoriano. El resultado de la consulta es válido no sólo por los que votaron SI, ni para los que votaron NO, sino para los que no votaron, para los menores de edad, para los ancianos, para los extranjeros que transitan en el país. Es mandatorio para todo el territorio nacional. Claramente la Constitución dice, y todos lo sabíamos antes de la Consulta, en su art. 106, para la aprobación de un asunto propuesto a referéndum, consulta popular o revocatoria de mandato, se requerirá la mayoría absoluta de los votos válidos. Se podría cuestionar la legitimidad de la consulta si los votos nulos fueran mucho más que en anteriores elecciones. Pero fue menos. Pese a la dificultad de la consulta con diez preguntas. ¿Quién dice que el que anula un voto rechaza el SI? Podría decir que también rechazo al NO. En realidad, son votos mal emitidos. No es expresión de rechazo necesariamente. Los votos en blanco normalmente en la tradición ecuatoriana se adhieren a la mayoría. Es incontestable el triunfo del SI, pero los malos perdedores, aquellos sin espíritu democrático, le quieren buscar las cinco patas al gato, y por si acaso, el mismo artículo dice el pronunciamiento popular será de obligatorio e inmediato cumplimiento. Más claro, no canta un gallo. Lo que sí les pido a los medios de comunicación que quieren hacerle daño al gobierno, es que tengan un poquito de respeto por la audiencia, y a las personas que hablan tantas barbaridades, como los periodistas que quieren demostrar que se perdió cuando el SI ganó. Acepten la voluntad democrática del pueblo ecuatoriano.
Pedro Brieger: –¿Hasta dónde uno puede determinar que esto es un plebiscito en apoyo al presidente o al gobierno del presidente Correa o preguntas separadas donde cada uno podía contestar lo que quería?
–Yo te puedo mostrar los videos de los opositores, una sopa que mezcla todos los granos; cómo se reunieron la extrema izquierda, la extrema derecha, centro, arriba, abajo, Iglesia, banca, medios, etcétera, y cómo decían por el apoyo popular que tiene el gobierno durante toda la campaña, esto no es un voto de apoyo o rechazo al presidente. Es para defender la institucionalidad, la independencia de los poderes. Ahora que están contentos porque perdieron por menos de los que esperaban perder, ahora sí dicen que es una muestra de rechazo al presidente. Es la doble moral. ¿Qué pensamos nosotros? Que fue una reflexión del pueblo ecuatoriano frente a las preguntas. Los que votaron en contra de que se eliminen los casinos por defender los puestos de trabajo no están contra el gobierno. Una señora amiga nuestra, que da la vida por el gobierno, ecónoma que votó NO en el tema de los toros porque le gustan los toros, dicen que está en contra del gobierno. Absurdo. Nosotros perdimos en esta elección en una provincia que es imposible que pierda el gobierno porque es un bastión –Loja– También perdimos en Bolívar. ¿Sabes de cuánto es el apoyo popular? Del 77% aprobando el gobierno en Loja, y en Bolívar el 73%. Claramente, el pueblo reflexionó sobre las preguntas. Si lo quieren tomar como muestra de rechazo o adhesión, en buena hora, porque hemos ganado, y de largo. Esto demuestra que el gobierno ha vencido a los poderes que siempre dominaron a este país: la banca, el poder económico, el informativo, ciertos sectores de la Iglesia, toda esta partidocracia unida, a todos los hemos vencido.
PB: –También muestra una división bastante importante. No fue el 80 contra el 20%. Hubo mucha paridad en muchas de las preguntas. Del 48-42%.
–¡Es que fueron diez preguntas! ¿En qué países del mundo, en qué momento de la historia de la humanidad, un pueblo, en las urnas, ha dado la capacidad a un gobierno para reformar la justicia? Hubo preguntas polémicas, difíciles. A grandes males, grandes soluciones. En una pregunta pretendíamos saber si se aceptaba un Consejo de Transición para que durante 18 meses reforme la justicia. ¿Te imaginas el acto de confianza que eso significa? Y la hemos ganado. Esto ya es leyenda. Ahora quieren decir que los blancos y nulos es rechazo al SI. Es una barbaridad.
RD:–Ante el voto NO en algunas provincias tan afectas a usted y su gobierno, le preguntaría: ¿Fallaron sus aliados políticos?
–Por supuesto que hubo fallas. Recordemos la pregunta tres, algo histórico: un paso trascendental para desconcentrar el poder en este país, que los banqueros sólo puedan ser banqueros y no tengan otras empresas para evitar una crisis como la del ’99, y que los medios de comunicación nacionales, para evitar ese conflicto de intereses, también sólo se dediquen a la comunicación. ¿En qué lugar del mundo se ha aprobado eso en las urnas? Un error del Tribunal de CNE es mostrar resultados totales porque la Constitución habla de votos válidos. En votos válidos, el porcentaje de diferencia es de siete u ocho puntos: más de 600 mil votos de diferencia en esta pregunta. Por supuesto que hubo fallas en la campaña, pero no sólo eso: fue una campaña de terror por parte de los medios de comunicación. Hasta lo último, cerca de un 30% de indecisión. Parece que esos ciudadanos al final se decidieron por el NO, pero es bastante lógico. Debemos analizar esto. El país está bien. Estamos cambiando. Me dicen que ahora me declararé dictador, que se acabará la independencia de los poderes, que se perseguirá a la gente, que me apoderaré de la justicia. Nuestros adversarios en esta campaña, no fue la oposición política, fueron los medios de comunicación, que sembraron un escenario de terror, de miedo terrible.
PB: –Respecto al NO, con un arco opositor tan amplio y heterogéneo, la derecha, la izquierda, movimientos sociales que uno imagina aliados naturales del poder, llamaron a votar por el NO. ¿Cómo se explica?
–Se explica por el odio, la inmadurez política en Ecuador. Si no estoy en el poder, estoy contra el poder. Y así se destroza al país. La izquierda se opuso a la pregunta que hablaba de penalizar la no filiación a la seguridad social. ¿Quién se puede oponer a las preguntas para sancionar a los jueces que liberan delincuentes? Pero por hacerle daño al gobierno llamaron a votar NO. Y ahora hay sectores de izquierda que dicen que estamos “derechizados”.
PB: –¿No le es un problema a usted que hablando de socialismo e izquierda y que un sector tan grande de la izquierda social y política del país se aleje del gobierno?
–¿En qué proceso revolucionario no ocurre eso? La izquierda oportunista, la izquierda infantil, lo hace. Lo hemos visto en la historia de Rusia, de Cuba, de la Argentina, de Chile, de China.
PB: –Pero suelen ser minoritarios.
–Y son minoritarios, porque si no hubiéramos perdido las elecciones. Hubo muchos desleales oportunistas que se separaron de la Alianza País previo a estas elecciones diciendo “vamos a ganar porque los medios de comunicación están con nosotros”. Hemos aumentado la votación con respecto a la presidencial de abril de 2009. La izquierda verdadera deberá preguntarse si no está votando por la derecha.
CRS:–La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), anuncia que no habrá diálogo con el gobierno. ¿No representa esto una fractura importante para el proyecto político de Rafael Correa?
–¿Cuándo ha podido haber diálogo con la CONAIE?
CRS: –Pero iniciaron con el gobierno…
–No. Nosotros buscamos una alianza en 2006, y el Movimiento Indígena se lanzó mucho después. Si es tan poderosa la CONAIE, que ha ganado como dice en 12 provincias, que lance candidato presidencial para 2013 y veamos cuántos votos saca. Por favor, no se engañen. Aquí nuestros adversarios han sido los medios de comunicación. Sus líderes dicen que no quieren dialogar. Pero no lo vamos a llamar. Dialogar con la CONAIE es perder el tiempo.
PB:–Retomemos lo de la CONAIE.
–No le demos tanta importancia a la CONAIE porque no la tiene… hay mucho mito.
PB: –Pasa que hace un tiempo le hice la misma pregunta en Buenos Aires, respecto a los movimientos sociales, y usted afirmó que la mayoría de los movimientos indígenas apoyan al gobierno… usted decía la izquierda, la CONAIE, los movimientos indígenas, hay mucha simbiosis a veces, pero los movimientos indígenas representantes de los sectores más pobres, deberían ser sus aliados naturales para un proceso como el que usted impulsa, y no un problema. Que algunos de estos movimientos sociales que representan a los sectores más pobres no lo apoyen.
–¿Y cuál es la sorpresa, Pedro? ¿En qué proceso revolucionario no ha habido siempre esos despistados, que son funcionales a sus propios explotadores?
PB: –Pero no son marginales.
–La CONAIE ha hecho un pacto político hace poco con la Junta Cívica de Guayaquil, la extrema derecha de este país. Son los mejores aliados de la extrema derecha. Hay por lo menos cuatro grandes organizaciones indígenas en este país, organizaciones históricas, como la Federación Ecuatoriana Indígena, y están con el gobierno, con la revolución ciudadana. Ojo, no minimicemos a estas otras organizaciones. ¿Dónde se pierde? Donde hay pobreza desinformada. Usted no sabe los niveles de explotación que existen en el campo. Les toman lista y el que no aparece a votar por el NO, le cortan el agua, les ponen multa de diez dólares. Hay pobreza aislada, desinformada. Donde hay pobreza informada, con acceso a la información, barremos.
CRS: –En Ecuador hay menos de un juez por cada 100 mil habitantes, y el presupuesto para la justicia es mínimo. ¿Cómo mejorar la justicia?
–Nosotros no estamos administrando un sistema: lo estamos cambiando. Se están dando los mayores cambios en las relaciones de poder de la revolución liberal, con un amplísimo apoyo popular. Los que están perdiendo el poder, obviamente, jamás nos van a apoyar. ¿Más presupuesto? Se les dio, pero igual no pudieron hacer cambios.

RESABIOS DEL GOLPE
PB: –Sorprende en Ecuador cómo se minimiza lo que pasó el 30 de septiembre, cuando en América Latina se le dio una importancia de primer grado, incluso la Unasur intervino, como lo hizo en Bolivia en su momento. ¿Evaluó mal la relación de fuerzas que tenía enfrente, no conocía suficientemente a la policía?
–Fue una trampa política, fue un entramado armado para desestabilizar al gobierno, un golpe de Estado no ortodoxo. No son las tanquetas, ni asaltos con fusil al Palacio Presidencial. Es buscar inestabilidad y ahí después, cuando ya está debilitado el gobierno, saltan los verdaderos autores.
PB: –¿Usted no era consciente de eso?
–No. Esta vez utilizaron a la policía. A nosotros se nos informó que había un paro policial, por una ley que era muy buena. Ahora todo el mundo lo reconoce, la Ley Orgánica de Servicios Público. Yo, como jefe de la policía de acuerdo a la Constitución, voy al cuartel a explicarle a la policía, y nos reciben con gases lacrimógenos. Yo, como presidente, no puedo dejar de entrar. Y cuando entramos, me doy cuenta que era una trampa política. Decían “Viva Lucio Gutiérrez”, tristemente célebre ex presidente de este país. “Si quieren maten al presidente”, les dije, pero no destruyan al país. Ya teníamos noticias de que había saqueos porque no había policías en la calle.
RD: –Media hora después de iniciados aquellos acontecimientos en Quito, aparecen gigantografías en lugares distintos, con “Fuera Correa”, que obviamente no se hacen en cinco minutos… Eso estaba preparado. ¿No se han seguido las pistas?
–Por supuesto, estaba todo preparado. Y estamos trabajando tras ellos. Obviamente, como son gente experta en estas cosas, no hay las evidencias contundentes. Todo fue preparado y se utilizó a gente sencilla de la policía y a otros que no son tan sencillos. La idea era crear un caos en el país que dure dos o tres días hasta que caiga el gobierno. No esperaban que el presidente fuera hasta el cuartel, y lo vieran todos por televisión y saliera el pueblo entero a apoyar al gobierno en su proceso revolucionario.
RD: –¿El gobierno no había olfateado nada?
–Es lamentablemente la situación en la que nos encontramos. Cuando llegamos al gobierno, los servicios de inteligencia eran financiados por la Embajada de los EE UU. Tuvimos que deshacer y empezar todo de nuevo. Estábamos en ese proceso y nos encontrábamos totalmente vulnerables. Aquí, la unidad de inteligencia de la policía, del Ejército, y de las Fuerzas Armadas dependía directamente de la Embajada de los EE UU, no del gobierno ecuatoriano.
PB: –¿Qué ha cambiado?
–Estamos reconstruyendo los servicios de inteligencia, pero aún quedan resabios de ese pasado tan nefasto. Son cosas que toman tiempo, toman años.
PB: –¿Puede contribuir a todo esto el Consejo de Defensa Sudamericano de la Unasur?
–Por supuesto. La reacción de la Unasur sentó un precedente, que la región no iba a tolerar nunca más a estos trogloditas garroteros que por medio de la fuerza quieren apoderarse del poder en nuestra América.
RD: –Han pasado ocho meses, tres ministros del Interior, se anunció una gran reestructuración de la policía, y pasarlo al mando civil…
–Se anunció y lo criticaron. Los medios de comunicación lo cuestionaron. Ha habido asesinatos y no hay culpables.
PB: –¿Hay un trasfondo político o una relación macabra entre narcotráfico, crimen organizado, política, justicia?
–Hay un conjunto de factores. Primero, hablamos de cerca de 40 mil policías, la mayoría de ellos, valiosísimos ciudadanos que arriesgan su vida día a día con un trabajo durísimo. Pero también hay una minoría de los otros, que son terribles, con una tradición de tortura, de abuso de los Derechos Humanos que vienen desde antes de nosotros. Otro factor es la influencia de la Embajada de los EE UU. A esa gente lo que menos le importaba eran los sueldos que decían reclamar. Recibían ingresos de parte de la CIA y extrañan esos buenos tiempos. Otro factor: una policía acostumbrada a hacer lo que se le diera en gana. Una república aparte. Bajo un mando civil, eso ya no es así. En la Sección Tránsito, donde más poder tenían, es donde más corrupción hay. Todo eso se está terminando en la policía, y esos malos elementos, nos la tienen jugadas.

EL PODER DE LOS MEDIOS
PB: –Me asombra cómo resalta lo de los medios de comunicación, y prácticamente no habla de los partidos políticos, salvo del de Lucio Gutiérrez. ¿Qué pasa con los partidos políticos en este sistema cuando se lanza un intento de golpe de Estado y la Asamblea Nacional está prácticamente inmovilizada?
–Ha dado en el clavo. La partidocracia, con tradicionales partidos políticos que siempre han fracasado en la conducción de este país, se desplomó por sus propios errores, y ese espacio lo han tomado los medios de comunicación. Nuestro adversario político no es la partidocracia. ¿Qué hicieron ellos? El 30 de septiembre se reu-nieron en un hotel de Quito, festejando la caída del gobierno, tomando whisky y esperando que el presidente claudique, que quede vacante el puesto y poner a quien ellos tenían preparado para asumir.
PB: –Usted forma un partido político: Alianza País.
–No es un partido político. Es un movimiento, mucho menos rígido, más ciudadano, más amplio, con muchas corrientes de pensamiento, en función de programas y objetivos, no de dogmatismo.
PB: –¿Cómo se hace para construir un movimiento político en base a un presidente que gana las elecciones en su momento justamente en contra de una partidocracia y cuando hay una crisis de partidos políticos muy seria?
–Es uno de los grandes desafíos, y lo reconocemos. Nuestro proceso es muy sui generis, en Bolivia y en Venezuela, llegaron al gobierno estructuras políticas ya con algo de antigüedad, con consolidación. Acá fue prácticamente un movimiento espontáneo de ciudadanos hartos de la partidocracia, de tanto saqueo, de tanta politiquería, y ganamos en 2006. Llegamos al gobierno sin una estructura política. Tenemos un gran capital político que no se traduce en una organización consolidada y movilizada. Lo reconocemos y lo sabemos. Hemos estado desbordados. Ya en noviembre se dio un importante paso con la Asamblea de Alianza País, pero sabemos que una de los grandes puntos vulnerables de este proceso político que vive nuestro país.
RD: –Sobre la libertad de expresión soy muy escéptico. ¿Qué va a hacer usted para democratizar la propiedad y el acceso de la gente a los medios de comunicación?
–Coincido en que algunos somos más libres que otros, porque algunos todos los días pueden expresar su opinión y manipular o desinformar y las grandes mayorías nunca tienen acceso a los medios. No hay vuelta que darle. ¿Quiénes son los que manejan los tan mentados medios de comunicación? La gente que tuvo dinero para poner un negocio dedicado a la comunicación. Desde que se inventó la imprenta la libertad de prensa no es otra cosa que la opinión del dueño de la imprenta. Es otro de los grandes desafíos que tiene nuestra América. Me fascina. Yo aquí, en el ejercicio del gobierno, me he dado cuenta que el poder fáctico más grande que tienen Ecuador y América Latina son los medios de comunicación. Me aterra ver lo vulnerable que es nuestra sociedad en función de que nos informamos, tomamos decisiones, por lo que nos dicen los medios de comunicación. Son negocios, y muchos de ellos con ética muy cuestionable. El mayor diario nacional es propiedad de tres empresas fantasma de las islas Caimán, un paraíso fiscal. Ese es el diario que todos los días nos dice qué pensar, nos da la información para tomar decisiones. La Consulta Popular es un primer paso: al menos que no tengan empresas para que no haya conflicto de intereses. Que haya una Ley de Comunicación para que podamos regular los contenidos de los programas, que no nos presenten tanta porquería. Que no infamen, que no desprestigien, que haya responsabilidad ulterior, que ya existe. Usted puede poner un juicio a un periodista que difamó, pero lleva años. ¿Qué mayor libertad de expresión que la Consulta Popular? Ahí se pudo expresar la gran mayoría del pueblo ecuatoriano, libremente, en forma independiente.
PB: –¿Cómo se hace para cambiar esta situación? ¿Qué hace el gobierno con respecto a las radios comunitarias, locales?
–Se están haciendo radios comunitarias, se está tratando de transparentar y democratizar a aquellos que han creado medios públicos. Se han creado medios públicos, pero el problema es aún grave. Se va a lograr con conciencia social, con acción colectiva, no sólo en Ecuador sino en la Unasur. Yo he vivido en Europa y en los EE UU, y jamás se le ocurriría a la prensa del primer mundo, por ejemplo, anticiparse a un juez en declarar culpable o inocente a un procesado,o interferir descaradamente en un proceso judicial. Jamás. Acá quieren hacerlo en nombre de la libertad de expresión. Quieren decir que insultar al presidente es libertad de expresión. Que vayan a insultar, como lo hacen conmigo, un trabajador de El Universo al dueño de El Universo o de El Comercio. Y que no lo despidan porque es libertad de expresión. Yo digo que lastimosamente este presidente nació rayado y morirá rayado, y lo digo sin miedo: yo creo que la prensa burguesa es el nuevo opio de nuestros pueblos.
PB: –Insisto, ¿cómo se hace para cambiar esto?
–Se necesita control social. Los medios de comunicación no venden pescado. Si yo como pescado en mal estado, me enfermo yo. Si venden información en mal estado, se enferma la sociedad, nuestros jóvenes, nuestras familias. No control político o gubernamental, sino control social. Y eso ha planteado la consulta: un Consejo de Regulación, que jamás se ha dicho que lo controlaría el gobierno.
PB: –Pero hay gente que dice que la revolución ciudadana se desvió de su camino con una Asamblea dividida, con Alianza País dividido ¿Con qué fuerza se pueden hacer esos cambios?
–Con la fuerza de todo un pueblo, como se demostró en mayo. La supuesta extrema izquierda votó con la extrema derecha. ¿Quiénes son los despistados? La extrema izquierda, que en vez de lanzar ideas lanza piedras, funcionales a la extrema derecha, a los del feriado bancario, a los del saqueo permanente de este país. No hay donde perderse, y en todo proceso revolucionario tenemos esas contradicciones, estos desleales oportunistas. Seguiremos haciendo cambios en paz, en democracia, pero con radicalidad, sin un paso atrás. <

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