MEDIOS Y COMUNICACION
El tío Zenón y el húmedo lugar de los
lectores
Augusto Dos Santos, desde Paraguay,
instala el debate acerca de la participación de los lectores con sus
comentarios en las ediciones online y plantea la necesidad de encontrar la
manera para que la “opinión ciudadana” no se limite a rechazar o apoyar.
Desde Asunción, Paraguay
Yo recuerdo a mi tío
Zenón y su ritual de leer los diarios. Dos horas duraba eso. Silencio de
pescador, empanadas y apenas el sonido de roce o a veces el latigazo de una
página al hojearse. El primer ruido, suave, cuidadoso, se correspondía a las
páginas de análisis, las noticias de política, economía. El segundo era el
escrache que mi tío hacía a las páginas de moda o de “interés humano” que
aborrecía. El resto las leía todas. Incluyendo las de exequias.
Luego venía la hora
de los comentarios, que a su vez duraba una hora más, en la que hilvanaba los
folios temáticos de los dos diarios que consumía con una capacidad de
contextualización envidiable.
A veces escribía sus
opiniones y me las dejaba en dos o tres páginas de fino tratado analítico e
incluso deontológico, sobre el posicionamiento y la tendencia de los medios en
el tratamiento de los temas de la realidad y principalmente sobre ese momento
glorioso en el que la prensa se apropia de esa nube llamada opinión pública, la
exprime y la hace llover.
Mi tío murió hace
décadas. Y no me imagino lo que hoy pensaría enfrentado a la opinión de los
lectores, en esa especie de subsuelo de granero que inventaron los diarios
digitales, al pie de sus noticias. Secciones que están especialmente diseñadas
para la puteada fácil, las náuseas literarias diversas y, peor de lo peor, para
la irrupción devastadora de esa nueva tribu digital post moderna: los perfiles
falsos, vinculados a personas o grupos de interés.
Un comentario del tío
Zenón al pie de un artículo en un periódico digital de hoy, lejos de ser
valorado por su mesura, su profundidad y manejo de contexto, sólo recibiría
algún comentario parecido a “andaaaa viejo de mier... a analizarla a tu jermu ,
lpmqtp!!!”.
Intentemos encontrar
fortalezas, debilidades y riesgos de este húmedo lugar donde hoy viven los
lectores.
Por un lado, es
valorable la posibilidad que ofrece a la reacción instantánea, de constituirse
en un ágora, sin intermediarios, de las expresiones, aun las más viscerales y
de ser, si se quiere, una poesía bizarra –pero poesía al fin– a la libertad de
expresión.
Para definir su
debilidad central recurro a una hipótesis mágica.
Un extraterrestre
llega a la Tierra, hoy, y lee la prensa digital. Inmediatamente escribe en su
cuaderno de bitácora: “En este planeta hay un grupo de personas que escriben
las historias, incluso algunos con respetable sentido literario, y abajo –¡qué
curioso!– opina el pueblo que, en general, para expresarse usa vituperios,
procacidades y da la sensación que el único sentimiento que tienen es de enojo
o resentimiento. Sospecho que esta es la relación entre lo que ellos llaman
periodismo y lo que también llaman opinión pública...”.
El riesgo de no
estudiar o plantearse la construcción de una participación de lectores, más
aportante, menos visceral y maniqueísta, aprovechando el impresionante aporte
de las nuevas tecnologías, es que eternice esta relación en la que la prensa
instala un tema y la “opinión ciudadana” (o sea esto que se ve bajo las
noticias) sólo se limite a apoyar o maldecir.
Creo que el tío Zenón
soñaba con otra opinión ciudadana. Aunque, capaz, el tío Zenón no era de este
planeta.
* Comunicador social,
ex ministro de Comunicación y Desarrollo de Paraguay durante la gestión del
presidente Fernando Lugo.
MEDIOS Y COMUNICACION
Información sobre ciencia y
tecnología
Para Martín Pablo Sosa, la información
sobre ciencia y tecnología constituye un valor de vital importancia para el
desarrollo de un país y los medios de comunicación se erigen como actores
imprescindibles si se quiere generar mayor apropiación social del conocimiento
científico.
Por Martín Pablo Sosa
*
La información sobre Ciencia y
Tecnología (CyT) constituye un valor de vital importancia para el desarrollo de
un país. Por medio de ella, las sociedades pueden conocer las distintas
investigaciones que el Estado sostiene con fondos públicos y sus respectivos
resultados. De no hacerlo, se correría el riesgo de que una sociedad
desinformada desestime la importancia de la investigación
científico-tecnológica nacional y, en épocas de vacas flacas, apoye políticas
que promuevan el recorte presupuestario de este tipo de actividades.
Los medios de
comunicación, al ser la principal fuente de información científico-tecnológica
a nivel mundial, se erigen como actores imprescindibles si se quiere generar
una mayor apropiación social de la ciencia y del conocimiento científico. Por
esta razón resulta menester analizar el despliegue informativo de los medios en
temas de CyT.
Desde el sector público,
hace algunos años, la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT), contaba con
un organismo que se encargaba de esto, pero con la jerarquización institucional
de finales del 2007 que derivó en la creación del Ministerio de Ciencia y
Tecnología (MINCyT), los estudios sobre medios se discontinuaron.
Sin embargo, el
análisis de la comunicación de la ciencia y la tecnología continuó su expansión
por otros canales. En este contexto, un estudio reciente analiza la oferta
informativa sobre CyT en las ediciones impresas disponibles online de los tres
diarios de mayor circulación a nivel nacional (Clarín, La Nación y Página/12)
en el año 2011. En dicho trabajo se analizaron más de 11 mil textos
periodísticos durante un período de seis meses y se encontraron 416 artículos
referidos a actividades científico-tecnológicas. Entre las conclusiones más
relevantes, encontramos que:
Los tres diarios
dedican un similar porcentaje de espacio a los textos de CyT. Todos le otorgan
entre un 3,45-3,67 por ciento de su “blanco” (en 2005, este porcentaje rondaba
el 2,402,70 por ciento).
Existe un grado
considerable de institucionalización de la ciencia en la prensa gráfica. En más
del 90 por ciento de las ediciones se publica, como mínimo, un artículo de CyT;
más del 70 por ciento de estos textos están firmados por periodistas del diario;
y cada uno de los diarios analizados cuenta con, al menos, una sección y/o
suplemento dedicado específicamente a la actividad científico-tecnológica.
Los textos de origen
argentino son los que predominan en la muestra. Cerca de la mitad (48,08 por
ciento) pertenecen a esa categoría. Lo siguen de cerca los que hacen referencia
a investigaciones y trabajos de países extranjeros desarrollados, que
constituyen casi un tercio (32,21 por ciento) de los artículos totales de CyT.
Son llamativos los bajos índices de participación de los textos sobre
investigaciones y/o desarrollos provenientes del resto de América latina. Sólo
aportan el 3,13 por ciento al total de textos de CyT.
El género
periodístico más utilizado para comunicar CyT es la “Noticia” (56 por ciento).
Se la relaciona con la comunicación de lo novedoso, continuando el histórico
modelo de “científicos descubrieron que...”. El segundo género más utilizado es
el de “Opinión” (18,50 por ciento), seguido de cerca por los “Reportajes o
notas” (17,54 por ciento). Tres es el número de fuentes consultadas promedio
para redactar un artículo de CyT. Se asemeja a la media de otros tipos de
textos publicados en la prensa gráfica y acentúa aún más el creciente grado de
institucionalización y profesionalización de la ciencia en la prensa gráfica
nacional.
Dos de las tres
fuentes más consultadas son de origen extranjero (“científicos, tecnólogos o
instituciones de CyT extranjeras o internacionales” y “revistas o publicaciones
científicas extranjeras e internacionales”) y, juntas, ambas concentran casi un
cuarto de las consultas (24,05 por ciento).
Cabe destacar que se
encontraron múltiples diferencias en los “rankings” de fuentes en cada uno de
los diarios analizados. En La Nación y Clarín se privilegiaron las voces extranjeras
por sobre las nacionales y las provenientes del ámbito privado por sobre las de
actores del sector público. En Página/12, en cambio, las voces que primaron
fueron las del sector público nacional.
La actividad
científico-tecnológica es concebida como una tarea netamente individual. El
enfoque que la encuadra como una acción colectiva, producto de contextos
políticos, sociales, culturales y económicos, no alcanza el 30 por ciento.
No habrá un pleno
desarrollo científico-tecnológico sin una eficiente comunicación del mismo. Las
sociedades mediatizadas de la actualidad así lo exigen. Para ello es necesario
continuar los estudios que contribuyen a conocer en profundidad los discursos
sobre CyT en la principal fuente de información científica de las sociedades
(los medios), para así poder elaborar las estrategias más precisas y efectivas
para cada caso.
* Licenciado en
Periodismo USAL (Universidad del Salvador), AmerSur.martinpablososa88@gmail.com
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