Los males de la tecnología
La tecnología se transformó en una herramienta clave en la vida cotidiana de las personas, pero su uso desmedido puede provocar problemas en la salud física y mental. Se les dedican largas horas a dispositivos tecnológicos que con el tiempo pueden llevar a trastornos de todo tipo.
Infobae consultó a especialistas sobre cuáles pueden ser los males que provoca el uso abusivo de la tecnología:
Cansancio visual: es uno de los mayores inconvenientes de estar varias horas seguidas frente a una pantalla, además de la falta de lubricación en los ojos. La jefa del servicio de Oftalmología del Hospital provincial Rossi de La Plata, Leticia Huarte, explicó que frente a la pantalla disminuye la frecuencia del parpadeo entre un 30 y un 40 por ciento. "Eso hace que al finalizar la jornada laboral los ojos estén rojos y cansados", afirmó. Lo ideal para contrarrestar este problema es aplicarse en los ojos, cada tres horas, lágrimas artificiales. Y también quitar la vista de la pantalla cada 20 minutos, enfocar en otro sitio. El problema con las pantallas es que son una fuente lumínica muy fuerte en forma directa a los ojos.
Problemas cervicales: en la Unidad de Patología Espinal del Hospital provincial San Martín de La Plata aumentó en el último tiempo la incidencia de patologías como la cervicalgia (dolor de cuello) y la lumbalgia (dolor de espalda baja), producidas sobre todo por malas posturas en ámbitos laborales. El responsable del área, Pedro Bazán, explicó que "estas afecciones tienen que ver, sobre todo, con la mala postura al sentarse y la posición frente al monitor, las notebooks o la forma de usar los teléfonos mientras se camina o se está en la cama, en que se sostiene el cuello flexionado para mirar la pantalla". El especialista en traumatología también destacó que "bajó mucho la edad en que comienzan estos dolores, ahora se dan desde los 10, 12 años". Estas afecciones no dejan secuelas si son tratadas y se solucionan corrigiendo la postura y realizando actividad física. Si se trabaja sentado frente a una computadora, es pararse cada una hora al menos, cambiar la postura, caminar, tomar un vaso de agua.
Nomofobia: es el pánico a estar sin el aparato celular. El término, derivado del idioma inglés "no mobile phobia", surgió luego de estudios que dieron a conocer esta patología. "El sujeto contemporáneo está atravesado por la cibernética en todos los ámbitos de la vida. Trabajo, ocio, amor, sexo, compras, ventas, transacciones,estudios médicos, etc. La vida se agrietó entre el mundo ciber y el real, esto trae sus ventajas y desventajas. Nos resuelve muchas situaciones pero también nos empuja a la patología de nuestros actos", explicó la psicoanalista Any Krieger, y agregó: "La necesidad muchas veces se transforma en un goce ilimitado y podemos caer en excesos que bordean la adicción. La sensación de ansiedad que un sujeto padece si pierde, se olvida o le sustraen el celular puede ser comparada a un ataque de angustia similar ante una catástrofe. Se ven en la clínica pacientes que no pueden apagar su celular por temor a quedar aislados". El alivio llega si se logra prescindir del aparato por un período de tiempo, en especial cuando se busca descansar, ya que tenerlo encendido remite inconscientemente a un estado de alerta aun durante el sueño.
Microtraumatismos: el hecho de estar durante unas horas en el teclado, usar el mouse o digitar la pantalla del teléfono, en forma repetida y constante genera microtraumatismos por aquellas acciones sostenidas. Los síntomas que dan cuenta de un problema en las manos son el adormecimiento y la pérdida de fuerza en los dedos. El responsable de la Unidad de Cirugías de Mano y Miembro Superior del Hospital provincial San Martín de La Plata, Ignacio Guillen, especificó que "las enfermedades en el miembro superior se dan un 34 por ciento más en quienes usan tecnología". El especialista expresó que hay casos en los que se puede llegar al síndrome del túnel carpiano (que aparece por una fuerte presión reiterada sobre uno de los nervios –mediano– de la muñeca) donde la solución es una cirugía. Para evitar estos dolores, como la tendinitis en pulgares o dolor de codo, no hay que mantener la misma posición durante una hora. También pueden usarse protectores (de gomaespuma, por ejemplo) para apoyar las muñecas y codos en el escritorio.
Tecnoadicción: es la necesidad de estar conectados las 24 horas, aun cuando dormimos con el celular al lado, encendido. Es estar pendiente de lo que pasa en las redes sociales todo el tiempo, no concebir la idea de salir sin celular, quitarle horas al sueño y dedicárselo a la pantalla, son posibles síntomas. El director de capacitación de la Subsecretaría de Salud Mental y Atención a las Adicciones, Mauricio González, explicó que debe tenerse en cuenta que por lo general tiene que haber una predisposición o vulnerabilidad psicológica individual para desarrollar un cuadro de adicción a la tecnología. No se trata sólo del exceso de internet, algo bastante común en la población actual. Los niños también pueden sufrir este cuadro, por lo que se aconseja limitar las horas de uso de la computadora y consultar con un profesional.
Infertilidad: distintos estudios alertan sobre los riesgos de llevar el teléfono móvil en los bolsillos ya que causa que los espermatozoides sean de menor calidad. El más reciente realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Exter, Reino Unido, demostró que sí existe un efecto sobre la fertilidad en los hombres que tienen esta costumbre y que los espermatozoides son de menor calidad, según el estudio, alrededor de un 8 por ciento en comparación con aquellos que lo llevan en otra parte.
Insomnio: las alertas de luz emitidas por los smartphones generan un efecto en el cuerpo humano que el cerebro interpreta como luz de día, dando al organismo la señal de levantarse. Por otra parte, la iluminación de las pantallas como la de los iPad o Galaxy reprime la producción de melatonina, la hormona de la oscuridad, y genera un cambio en el ritmo del reloj interno de las personas. Los resultados, publicados por científicos del Centro de Investigaciones sobre Iluminación del Instituto Politécnico Rensselaer, en Nueva York (EEUU), indican que cuando se utiliza el dispositivo durante más de dos horas antes de acostarse, se corre el riesgo de tener dificultad de conciliar el sueño.
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