EL CANAL CAMBIA DE MANOS A PARTIR DEL 15 DE ABRIL
Globovisión ya no será opositor
El canal de noticias Globovisión, la única televisora opositora al gobierno en Venezuela, dejará de serlo a partir del 15 de abril, día siguiente al de las elecciones que designarán al sucesor del fallecido presidente Hugo Chávez, cuando la mayoría de sus acciones pase a manos de un financista cercano al oficialismo. La venta del paquete de control fue anunciada anteayer por el propietario del 80 por ciento de las acciones, Guillermo Zuloaga, quien afirmó en una carta a sus empleados que la situación del canal se tornó inviable luego de que hubiera hecho todo lo posible para ayudar a que la oposición ganara las elecciones presidenciales de octubre pasado.
El nuevo dueño será Juan Domingo Cordero, economista y accionista principal de la aseguradora La Vitalicia, que anteriormente tuvo su propia casa de Bolsa (JD Cordero & Asociados), creó y dirigió el Instituto Venezolano del Mercado de Capitales, presidió la Bolsa de Valores de Caracas y asesoró al Banco Central de Venezuela (BCV). Cordero es, de alguna manera, cercano a ciertos sectores de la economía vinculados con el gobierno nacional, según lo definió Eleazar Díaz Rangel, director del diario Ultimas Noticias, el de mayor circulación de Venezuela.
Globovisión, que inició sus transmisiones el 1º de diciembre de 1994, desde 1999 fue opositor al gobierno de Chávez, incluso apoyó el efímero golpe de Estado de 2002. Chávez pidió, en diciembre de 2009, que fuera investigado por otros de sus negocios el banquero Nelson Mezerhane –dueño de 10 por ciento de las acciones de Globovisión–, quien desde entonces vive en Estados Unidos y se rehúsa a regresar, argumentando que no tendrá un juicio justo. El otro propietario –también tenedor del 10 por ciento–-, Alberto Federico Ravell, era el director del canal y en febrero de 2010 fue despedido. Sostuvo poco después que su remoción fue ordenada por Zuloaga para calmar al gobierno, luego de que hubiera rechazado una oferta de un grupo afín al oficialismo para adquirir sus acciones. Semanas después, Zuloaga fue arrestado por pocos días, acusado de dañar la imagen de Chávez, y poco más tarde volvió a ordenarse su arresto al imputársele usura después de que se hallaran 24 vehículos en una propiedad suya, pero huyó de Venezuela y también reside en Estados Unidos.
Al cabo de algún tiempo, Chávez advirtió públicamente que el gobierno podría tomar el control de las propiedades de los accionistas, entre ellas las acciones en Globovisión, pero el tema no avanzó. “El año pasado tomé la decisión de hacer todo lo que estuviera en nuestro poder, a riesgo del capital de los accionistas y conscientes de las implicancias que esta actitud podría traer, para lograr que la oposición ganara las elecciones de octubre”, confesó Zuloaga en la carta dirigida a sus empleados.
El nuevo dueño será Juan Domingo Cordero, economista y accionista principal de la aseguradora La Vitalicia, que anteriormente tuvo su propia casa de Bolsa (JD Cordero & Asociados), creó y dirigió el Instituto Venezolano del Mercado de Capitales, presidió la Bolsa de Valores de Caracas y asesoró al Banco Central de Venezuela (BCV). Cordero es, de alguna manera, cercano a ciertos sectores de la economía vinculados con el gobierno nacional, según lo definió Eleazar Díaz Rangel, director del diario Ultimas Noticias, el de mayor circulación de Venezuela.
Globovisión, que inició sus transmisiones el 1º de diciembre de 1994, desde 1999 fue opositor al gobierno de Chávez, incluso apoyó el efímero golpe de Estado de 2002. Chávez pidió, en diciembre de 2009, que fuera investigado por otros de sus negocios el banquero Nelson Mezerhane –dueño de 10 por ciento de las acciones de Globovisión–, quien desde entonces vive en Estados Unidos y se rehúsa a regresar, argumentando que no tendrá un juicio justo. El otro propietario –también tenedor del 10 por ciento–-, Alberto Federico Ravell, era el director del canal y en febrero de 2010 fue despedido. Sostuvo poco después que su remoción fue ordenada por Zuloaga para calmar al gobierno, luego de que hubiera rechazado una oferta de un grupo afín al oficialismo para adquirir sus acciones. Semanas después, Zuloaga fue arrestado por pocos días, acusado de dañar la imagen de Chávez, y poco más tarde volvió a ordenarse su arresto al imputársele usura después de que se hallaran 24 vehículos en una propiedad suya, pero huyó de Venezuela y también reside en Estados Unidos.
Al cabo de algún tiempo, Chávez advirtió públicamente que el gobierno podría tomar el control de las propiedades de los accionistas, entre ellas las acciones en Globovisión, pero el tema no avanzó. “El año pasado tomé la decisión de hacer todo lo que estuviera en nuestro poder, a riesgo del capital de los accionistas y conscientes de las implicancias que esta actitud podría traer, para lograr que la oposición ganara las elecciones de octubre”, confesó Zuloaga en la carta dirigida a sus empleados.
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