producir sin ir al trabajo
Oficinas por hora, una tendencia que crece y llega a más barrios
Cobran desde $ 19 los 60 minutos por wi-fi, fax, mensajería y hasta sala de reuniones. Hay al menos siete en la Ciudad, y se duplica la demanda.
Bar-oficina. De aspecto similar a las grandes cadenas de café estadounidenses, Urban Station creó en Palermo un ambiente "sin mozos que interrumpan reuniones".“El sistema es simple: elegís una mesa, te conectás y pagás por el tiempo que estás. El valor de la hora incluye el coffee break”, ilustra Florencia Faivich, una de las socias de Urban Station, un ingenioso espacio en Palermo que no cobra por lo que se consume, sino por el “alquiler” temporario de servicios de oficina, además de un ambiente laboral relajado y café, claro.
Por $ 19 la hora ofrece wi-fi, impresiones, mensajería, artículos de librería, correo privado y hasta la posibilidad de poner la dirección en la tarjeta personal. Se trata de una tendencia que seduce cada vez a más jóvenes profesionales y en la Ciudad ya hay al menos siete lugares con estas caraterísticas en Palermo, Belgrano y Microcentro. Martín Frankel es socio gerente de Areatres, empresa que también apunta a seducir a los clientes que nacen con el crecimiento del trabajo descentralizado. Para él, entre las claves del negocio se destacan: “El diseño del lugar, la tecnología y la comodidad para el cliente” y cree que la posibilidad de que coincidan en un mismo espacio diferentes perfiles de profesionales potencia el trabajo: “Se genera una red y se fusionan energías entre todos los emprendedores”, analiza desde su local, en Palermo Soho.
La manera de trabajar está cambiando y los que lo hacen de forma independiente priorizan la calidad de vida y la practicidad a la hora de elegir un ambiente para producir. Además de no comprometerse con las preocupaciones de mantener una oficina convencional: evitar los gastos fijos, la garantía del contrato de alquiler, o estar pendiente de que no se corte Internet o que la impresora se quede sin tóner. Estas son algunas de las razones que atraen a emprendedores a mudarse a estas oficinas por hora o semana.
“Acá no te preocupás por si Internet se cayó, si la chica no vino a limpiar o si gotea el aire acondicionado”, refleja Frankel, que aclara que el mínimo de tiempo de contrato de oficinas en su caso es de siete días por unos US$ 160.
Florencia Faivich explica las ventajas de elegir este espacio frente a un bar cualquiera con wi-fi: “Acá tenés buena red, un ambiente en el que todos están en la misma y está diseñado para trabajar; a diferencia del bar, no te tenés que ir a la mesa que está al lado de la pared para conectar la computadora porque acá todas tienen conexión, y además tenemos servicios de oficina. Algo importante, también, es que no hay mozos que te presionen para que consumas ni que interrumpan reuniones”.
Sus impulsores dicen que tienen muchos beneficios frente a las oficinas tradicionales: son más flexibles, seguras, no necesitán garantía y además barren con la clásica imagen “fría, oscura y gris”. Marcelo Cora es otro de los socios de Urban Station y cuenta que en el último año al menos se duplicó este sistema de trabajo. “Tenemos franquicias en Microcentro, Mendoza, Chile y Bogotá. Ofrecemos hasta dos bicicletas gratuitas para evitar el sedentarismo laboral. Hay arquitectos que vienen, tienen reuniones y se van a las obras en bici.”
Danilo Durazzo tiene su propia empresa, es CEO de GFDD Group y además alquila el espacio que les sobra a otras compañías. “Invitamos a otras empresas a compartir el lugar de trabajo. No somos una empresa que se dedica a alquilar espacios como negocio, sino que creemos en la sinergia que se genera entre los emprendedores que trabajan juntos. Nosotros no alquilamos por hora, nuestros contratos mínimos son de tres meses porque generar confianza y sinergia lleva tiempo.”
Walter Cabrera es uno de sus clientes: “Pago un alquiler mensual de $ 1.400. Las ventajas sobre una oficina son que no estás encerrado y hay mucho trabajo en red. Vengo acá a reunirme con proveedores y a trabajar con la computadora. Es un lugar copado, distendido, cómodo. En cambio, en casa siempre te interrumpen”.
La esencia de estas oficinas “móviles” es que el avance de la tecnología permite que uno pueda trabajar, pero sin ir a la oficina, en Palermo y lejos del caos del tránsito del Centro porteño. “Acá no vas a ver gente en corbata, hay que entender la necesidad del mundo de hoy: es tan inestable que conviene la flexibilidad. Acá no hay gastos ni se pierde capital, ni tiempo. Time is money. Se da valor a la sinergia”, se entusiasma Frankel y confía que en el último año se duplicó la cantidad de clientes en su local. ¿La clave? Quizás una equilibrada conbinación entre la eficiencia de una oficina y la comodidad de una casa.
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