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domingo, 5 de septiembre de 2010

tendencia o que

EL PLACER DE MIRARSE
Cada vez más matrimonios graban su propio video porno
Los motiva romper la rutina y mantener vivo el deseo. Por $ 300 pueden tener su propia aventura erótica. Y por 2 mil, sumar un tercero
Por Gisela Nicosia

Filmar y ver las aventuras entre sábanas es la nueva tendencia a la que recurren parejas que desean romper con la rutina, concretar fantasías sexuales o simplemente mantener un recuerdo vivo de su pasión. El avance de las tecnologías motiva a las parejas a grabar todo lo que sucede en la alcoba.
Algunas productoras de cine porno ampliaron sus servicios adaptándose a los pedidos de un nuevo tipo de cliente deseoso de guardar los momentos de intimidad para que perdure en el tiempo, ya que algunos osados, en su propia casa, se iniciaron con cámaras hogareñas como pseudoactores porno.
El responsable de Palos Verdes Cinematográfica y del campo nudista homónimo, Ricardo Peralta, comenta que si bien la idea inicial depende de los deseos del cliente, puede contar con ayuda de los expertos para armar un guión y preparar cada escena. Además, pueden sumarse a la filmación distintos tipos de escenografías y elementos para lograr total entrega a los placeres eróticos de forma individual o en pareja. “Se garantizan resultados de gran calidad estética, similares a una película realizada por profesionales de la pantalla hot. Todo el equipo técnico necesario, camarógrafos, editores de video y audio, escenógrafos e iluminadores asesoran a la pareja para que nada los limite y den rienda suelta a la imaginación. Incluso, en el campo nudista pueden hacer tomas al aire libre, en el lago o en distintos espacios que recrean el templo de la diosa Afrodita, un hangar y hasta cuentan con un hotel”, explica.
Por lo general, el lugar elegido para realizar el rodaje del film suele ser un hotel o una casa alquilada, pero de contar con mayor presupuesto también es posible realizarlo en la playa o en el campo. Junto con el video editado, se entregan las cintas originales y las fotos que se hayan hecho durante el rodaje además de firmar un acuerdo de ambas partes para preservar la confidencialidad y uso de las imágenes.
Desde el punto de vista psicológico, la tendencia de filmarse está determinada por la existente sobrevaloración de la imagen en la cultura actual, y como consecuencia, aumenta el deseo de grabarse para luego admirarse. La psicóloga Eliana Jourdan asegura que en el espacio de la pareja tipo actual, el placer pasa en gran parte por observar la escena del encuentro sexual. “El morbo provocado por ver al otro en plena acción desde otro lugar, casi como si fuera un testigo, conlleva a la obtención de placer y excitación. Es casi para ellos como comerse con los ojos el cuerpo del otro, y ser comido por la mirada ajena”, aseguró la especialista.
Protagonistas. Algunas parejas asumen sus prácticas y cuentan sus experiencias sin tapujos. Beatriz y Daniel Bracamonte se iniciaron con videos caseros y fue el comienzo de una forma de descubrir el verdadero placer. “Lo hicimos con la idea de jugar y excitarnos con nuestro reflejo, vernos mover; hasta parecía estar viendo a otras personas”, confiesa Beatriz y sin titubear continúa: “Quizás eso nos llevó a buscar más. Lo hicimos con curiosidad y sentimos algo de pudor inicial, pero también nos daba mucho morbo. Renueva a la pareja y es una vacuna contra la rutina”. Actualmente son los responsables de la revista y portal Entrenos.com donde se desarrollan temáticas swinger.
Otra pareja que se anima a contarlo, pero no a mostrar su rostro, son Claudia y Jorge, que a los 44 años se lanzaron a la aventura y grabaron su primer video. Después de un año, se preparan para grabar el sexto. “Todo lo que se haga en pareja es para complacernos, si nos causa rechazo no es válido para que lo compartamos. Desde que Jorge me sugirió filmarnos, nuestra relación cambió para bien. Nos acercamos mucho más y sabemos que cuando se prende la cámara comienza el juego de adultos donde no hay prejuicios. Uno es consciente de la cámara y goza con ella”.
Claudia guarda de manera segura en su habitación los registros de su actuación. “Tomamos todas las medidas para que no lo vea nadie, no me gustaría que mi familia se entere sobre lo que hacemos en la cama y muchos menos queremos subirlo a Internet. Hacer cada película nos rescata de la rutina y nos sentimos más libres entre nosotros.”
Los realizadores de videos de alto voltaje reciben un mínimo de ocho pedidos por mes y en la mayoría de los casos, el promotor que insiste y se entusiasma para sumarse a esta nueva tendencia es el hombre.
Sin intenciones de publicarla en redes sociales, ni páginas web, suele ser utilizado como regalo de aniversario, cumpleaños o simplemente un aire nuevo al vínculo para que la fantasía se haga realidad.
A domicilio y a pedido
Milena Hoyts es una actriz de cine para adultos que ofrece el servicio de “Porno Delivery”.
Con una base de $ 5 mil, Milena protagoniza un film erótico junto a la pareja o a uno de sus integrantes y por $ 2 mil más, suma su propio equipo de producción. “Quizás sea para justificar la infidelidad o para cumplir fantasías pero son cada vez más las parejas que me convocan. Depende de lo quieran hacer y quiénes me contraten, armo un presupuesto y fijamos la fecha para filmar. Lo importante es que la pasemos bien y la pareja se sienta cómoda y sin que nada los detenga para encontrarse con su sexualidad”, comenta la actriz. En promedio, son dos videos por semana en los que actúa Milena y cada uno le lleva como máximo cuatro horas. Luego de editarlo, se entrega el material sin obviar el convenio de privacidad para que no se exhiba ni reproduzca su imagen sin su autorización

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