SEGÚN UN ESTUDIO DE PWC
La participación en las empresas de las mujeres nacidas entre 1980 y 1995 aumenta con importantes proyecciones para la próxima década. El informe titulado Next Generation Diversity: Developing tomorrow’s female leaders, señala que las organizaciones deberían hacer modificaciones de la cultura corporativa para atraer y retener a este pujante segmento, como tener capacitaciones profesionales, horarios flexibles y bonificaciones, entre otras.
Las organizaciones de todo el mundo están a las puertas de un nuevo paradigma en la cultura organizacional. La generación conocida como millenials, en particular las mujeres de este grupo, ejercen cada vez más presión sobre las compañías. Las nacidas entre 1980 y 1995 han incrementado su presencia en el mundo laboral en mayor medida que sus pares varones. Además, se espera que en la próxima década se incorporen mil millones de mujeres al mercado laboral y que para 2020, las millenials representen el 25 por ciento de la fuerza laboral global, según un estudio de PwC titulado Next Generation Diversity: Developing tomorrow’s female leaders.
Aunque todavía no son mayoría dentro de las empresas, las integrantes de esta generación han superado a los varones en las escuelas y universidades. Las mujeres son mayoría entre los estudiantes en 93 países, cuando los hombres solo lo son en 46. Ellas obtienen más títulos de licenciatura que los hombres y los aventajan en las graduaciones de maestría un 56 frente a un 44 por ciento.
Las conclusiones del estudio aseguran que las empresas que deseen mantenerse en niveles competitivos deberán introducir algunos cambios que logren atraer, retener y desarrollar el talento de las mujeres millenials.
Uno de los puntos más sensibles para estas pujantes mujeres es el sesgo de género en el lugar de trabajo. Por ejemplo, en el caso de los ascensos laborales, el 29 por ciento de las mujeres sintió que sus empleadores mostraron preferencias por los hombres. En efecto, el informe asegura que ellas tienden a buscar empleadores con antecedentes sólidos de respeto por la diversidad, la igualdad y la inclusión. El 82 por ciento de las mujeres considera que esas políticas son importantes, cuando en los hombres el porcentaje llega a 74. Además, el 55 por ciento de los jóvenes asegura que las empresas hablan de diversidad pero que las oportunidades que brindan no suelen ser realmente iguales para todos.
Otro de los temas que interesa a esta generación es el equilibrio entre el trabajo y la vida personal: lo destacó el 97 por ciento de las mujeres y el 74 por ciento de los hombres. Los tres beneficios más valorados de las empresas fueron la capacitación y el desarrollo profesional (22 por ciento), las horas de trabajo flexibles (19 por ciento), y la bonificación (14 por ciento).
En cuanto a las comunicaciones, el 64 por ciento de los hombres considera importante el uso de tecnología avanzada. En el caso de las mujeres, la cifra cae a 54. Aunque en un 40 por ciento de las consultadas prefirió la comunicación electrónica en el ámbito laboral, priorizaron que las conversaciones importantes se den personalmente. Todos ellos dan especial importancia al feedback que reciben sobre sus proyectos.
En la actualidad se detecta el mayor porcentaje de mujeres que desean desarrollar una parte de sus carreras en el exterior: el 69 por ciento. A pesar de esto, el informe advierte que los mejores talentos femeninos están siendo pasados por alto para estas oportunidades en comparación con los masculinos.
Por último, la generación en cuestión desea que su trabajo tenga un propósito con cierta trascendencia: que aporte algo al mundo y sea motivo de orgullo. Además, se muestran muy influidos por la reputación de los sectores en los que podrían trabajar. El 58 por ciento de hombres y mujeres evita trabajar en una industria únicamente porque cree que tiene una imagen negativa.
La investigación concluye que algunas compañías y sectores deberían trabajar más en comunicar los aspectos positivos de las marcas de los empleadores. Por ejemplo, el 22 por ciento de las mujeres afirmó que no le gustaría trabajar en el sector de servicios financieros solo por la imagen que tienen de ellos. Esto es un reto para esta industria si se tiene en cuentas que casi el 60 por ciento de quienes trabajan allí son mujeres. Para el estudio de PwC, en este caso se debería planear estrategias de atracción y retención que resalten los beneficios de trabajar allí con un fuerte propósito organizacional que de un sentido más profundo al quehacer laboral.
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