Christopher Neary, presidente de IAB Chile, se refiere al 25º aniversario de la World Wide Web. Analiza el efecto que tiene en la vida cotidiana de las personas y de qué manera esto afecta a las marcas.
A 25 años del nacimiento de la World Wide Web, podemos ver en situaciones cotidianas cómo nos ha influenciado, a tal nivel que ha llegado a cambiar nuestros comportamientos y certezas. Ya no vamos al doctor a preguntarle qué tenemos, sino que a corroborar nuestra teoría sobre la enfermedad que nos afecta, obtenida gracias a una investigación realizada por nosotros en este universo que es Internet.
En el colegio y en la universidad, los estudiantes ya no recurren al diccionario o a las enciclopedias, buscan la información que necesitan en la web; cuando queremos llegar a un lugar, ya no ojeamos la guía telefónica, sino que usamos los servicios de geolocalización, y cuando buscamos trabajo, somos concientes de que la información que subimos a la red es de suma importancia para lograr obtener un nuevo empleo.
Otro ejemplo potente es la capacidad de opinar de forma rápida y clara en redes sociales. Antes, si una persona no estaba de acuerdo con algo que hacia el gobierno, escribía una carta a un diario, con repercusiones limitadas. Hoy, esto puede publicarse en Twitter tomando una fuerza impresionante en muy poco tiempo, al punto de hacer que el gobierno cambie su actuar.
Internet ha cambiado la forma en que vivimos, en que nos comunicamos. Y lo mismo ha ocurrido con la promoción de marcas y de productos, porque nos ha heredado certezas: si una marca no está en la web, en el mundo de hoy cada vez tiene menos presencia.
Esta simple afirmación ha orientado nuestra comunicación de marca hacia Internet, descubriendo que sus opciones son asombrosas para lograr la apreciada fidelización de los clientes y usuarios de distintos productos o servicios.
Pero si todo esto ha pasado en solo 25 años, ¿qué ocurrirá más adelante? En un futuro próximo estaremos con adelantos en la llamada “Internet de las cosas”, en donde todos los aparatos del hogar estarán conectados a la web, permitiendo que un refrigerador nos avise al celular cuando falte hielo o cuándo está lista la ropa en la lavadora. El uso de sensores gestionarán una importante cantidad de información, que hará cambios profundos en nuestro quehacer diario. Estaremos más conectados a través de nuestros dispositivos, donde los smartphones destacarán como facilitadores de la digitalización. Incluso cambiará la forma en que compramos, donde el pago por medio del celular podría reemplazar a los billetes y las tarjetas.
Y ante estos importantes cambios en nuestra forma de vivir, el marketing no solo deberá adaptarse con rapidez, sino que tendrá que adelantarse e innovar para sorprender a esos nuevos consumidores. Usar lo que ya tienen a su disposición los usuarios, y que normalmente nos llevan la delantera. En este escenario, lograr el compromiso de los consumidores con la marca será un verdadero desafío y fundamental para el éxito de sus operaciones. Es totalmente necesario que las marcas estén a la altura de lo esperado por sus consumidores, atreviéndose más en el entorno digital donde ellos se mueven tan bien.
Hoy en día, ya vemos las primeras luces de lo que vendrá: el uso simultáneo de una marca de los canales offline y los online, aprovechando sus características y diferencias para abordar, de la mejor manera posible, a sus públicos objetivos. De esta forma, una marca será relevante para los consumidores por su capacidad de atraerlos con contenido de su interés entregado en el momento y laforma más adecuado para ellos.
Si bien al hablar de futuro no es posible tener muchas certezas, sí sabemos que viviremos en constantes cambios tecnológicos, que la comunicación será un imponderable para las personas y para las marcas y que Internet será el motivo de su exitoso desarrollo.
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