Mientras los chicos son cada vez más un mercado fértil y carne del cañón publicitario, muchos padres tratan de criar a sus hijos al margen del consumismo sin que se sientan bichos raros. Cómo lo hacen, los extremismos y la negociación con la realidad y el otro consumismo: el de los productos y lugares cool y concientizados. (Por Natalia Gelós - Fotos Leandro Sánchez y Luis María Herr)
“La comida, el kiosco de la escuela, el horario de uso de Internet o de la televisión, todo es una lucha y una pelea cotidiana”, dicen Viviana y Eduardo (foto), padres de cinco hijos.
“Si creés que la animación y los chizitos son un invento del imperialismo, posiblemente el cumpleaños sea un caos, los niños se peleen y rechacen la granola, las galletas de arroz y la leche de soja.” De la Guía Inútil para Madres Primerizas 2.
“Para alertar a mi hija de cómo le venden cualquier pelotudez, repetía el tono de las publicidades, pero cambiando el contenido por el de cualquier verdura: El nuevo rayo Fire tiene srping dos, a toda velocidad. Escupe fuego, adrenalina y salsa calabresa.
“A veces es medio patológico lo mío, pero hasta evito que visite a esos amigos o primos en horario diurno si sé que se encerrarán a hipnotizarse con esos juegos. Utilizo excusas increíbles, pero a veces funciona; otras, sinceramente no."
“Del ratón, le digo que es un símbolo del capitalismo. Si hablamos de explotación, le digo que hay señores que quieren quedarse con todas las galletitas y con la máquina de hacerlas.”
Viviana Minzi, especialista en infancia y consumo, dice que es necesario:
Viviana Minzi, especialista en infancia y consumo, dice que es necesario:
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