30 de Noviembre de 2009 GLOBAL LOS ANIMALES COMO EUFEMISMOS
El Zoo de la publicidad
(Por Orlando C. Aprile) - A lo largo de su historia, la publicidad mundial utilizó a la flora y la fauna para expresar las bondades de sus productos. Desde un cigarrillo hasta un vino, pasando por chocolatadas y compañías telefónicas. A continuación, un racconto de los casos más exitosos.
T.S. Eliot, que adoraba a su gato Mocovity, afirmaba que los animales son amigos tan amigables puesto que nunca preguntan y jamás critican. Aldoux Huxley, a su vez, opinaba que para los perros sus dueños son Napoleón y que, por eso, son tan populares. Todas estas son muy buenas razones por las cuales gatos, perros y otros colegas han encontrado tal posicionamiento en el imaginario colectivo y en la comunicación publicitaria.
Una buena cantidad de ellos, incluso, se identifican con las marcas mismas. Camel, ciertamente, es uno de los casos más notorios. Reynolds le compró esta marca a una tabacalera independiente y en seguida lanzó una campaña incógnita para publicitarla. La primera pieza solo anunciaba que The Camels are coming! La segunda informaba en el titular que habrá más camellos en esta ciudad que en toda Asia y África combinadas.
También el lanzamiento del fonógrafo de RCAVictor se hizo con el fox terrier Nipper con su trompa metida en la bocina. Y en el museo de la ciudad de Buenos Aires se exhibe un león recostado junto a la botella de la Ferro Quina Bisleri. También están las marcas animaladas (en el buen sentido de la expresión) como el vino Toro, la yerba Pájaro Azul, las anilinas Colibrí, el peine Pantera, las zapatillas Langosta, el chocolate Águila y la moto Puma. Y quien no recuerda el emidosaurio que acompaña a Lacoste.
Otro aporte que los animales hacen muy bien es destacar una virtud de la marca/producto. Así fue como Esso propuso poner un tigre en el tanque de los automóviles. Energizer, por su lado, sigue utilizando conejos para vender la potencia y durabilidad de sus pilas. Y las llamas que llaman no paraban de despegarse de los teléfonos. El popular conejo de Nesquik, tan apreciado por los chicos, vinculaba lo rico del chocolate con la prisa por degustarlo. Y así hicieron su parte los conejitos de Canadá Dry, los perritos de las salchichas Tres Cruces, los gatitos de las lanas San Andrés y las ardillitas de la ginebra Llave. El inolvidable ratón de María Perego, el topo Gigio, fue utilizado para promocionar productos y eventos. Tulipán, que llegó a tener tanto impacto en los festivales publicitarios, echó mano del elefante y la hormiga para ilustrar las bondades de su gel íntimo. En este sentido, gatos, perros, camellos, elefantes, ardillas, y hormigas son una suerte de metáforas que ilustran y potencian las virtudes de las marcas/productos, además de promocionar las visitas al Zoo.
El uso más evidente y habitual de los animales en publicidad tiene que ver con los productos destinados a los animales domésticos. En estos casos, los perros y gatos testimonian, con su presencia y consumo, mucho más en la televisión que en las páginas impresas, las bondades y las preferencias de productos y marcas. Puesto que como dice el eslogan de Pedrigree “es imposible no quererlos”.
Por todos estos casos, que son apenas uno pocos ejemplos, abundan las buenas razones para seguir visitando este animado zoo publicitario.
El Zoo de la publicidad
(Por Orlando C. Aprile) - A lo largo de su historia, la publicidad mundial utilizó a la flora y la fauna para expresar las bondades de sus productos. Desde un cigarrillo hasta un vino, pasando por chocolatadas y compañías telefónicas. A continuación, un racconto de los casos más exitosos.
T.S. Eliot, que adoraba a su gato Mocovity, afirmaba que los animales son amigos tan amigables puesto que nunca preguntan y jamás critican. Aldoux Huxley, a su vez, opinaba que para los perros sus dueños son Napoleón y que, por eso, son tan populares. Todas estas son muy buenas razones por las cuales gatos, perros y otros colegas han encontrado tal posicionamiento en el imaginario colectivo y en la comunicación publicitaria.
Una buena cantidad de ellos, incluso, se identifican con las marcas mismas. Camel, ciertamente, es uno de los casos más notorios. Reynolds le compró esta marca a una tabacalera independiente y en seguida lanzó una campaña incógnita para publicitarla. La primera pieza solo anunciaba que The Camels are coming! La segunda informaba en el titular que habrá más camellos en esta ciudad que en toda Asia y África combinadas.
También el lanzamiento del fonógrafo de RCAVictor se hizo con el fox terrier Nipper con su trompa metida en la bocina. Y en el museo de la ciudad de Buenos Aires se exhibe un león recostado junto a la botella de la Ferro Quina Bisleri. También están las marcas animaladas (en el buen sentido de la expresión) como el vino Toro, la yerba Pájaro Azul, las anilinas Colibrí, el peine Pantera, las zapatillas Langosta, el chocolate Águila y la moto Puma. Y quien no recuerda el emidosaurio que acompaña a Lacoste.
Otro aporte que los animales hacen muy bien es destacar una virtud de la marca/producto. Así fue como Esso propuso poner un tigre en el tanque de los automóviles. Energizer, por su lado, sigue utilizando conejos para vender la potencia y durabilidad de sus pilas. Y las llamas que llaman no paraban de despegarse de los teléfonos. El popular conejo de Nesquik, tan apreciado por los chicos, vinculaba lo rico del chocolate con la prisa por degustarlo. Y así hicieron su parte los conejitos de Canadá Dry, los perritos de las salchichas Tres Cruces, los gatitos de las lanas San Andrés y las ardillitas de la ginebra Llave. El inolvidable ratón de María Perego, el topo Gigio, fue utilizado para promocionar productos y eventos. Tulipán, que llegó a tener tanto impacto en los festivales publicitarios, echó mano del elefante y la hormiga para ilustrar las bondades de su gel íntimo. En este sentido, gatos, perros, camellos, elefantes, ardillas, y hormigas son una suerte de metáforas que ilustran y potencian las virtudes de las marcas/productos, además de promocionar las visitas al Zoo.
El uso más evidente y habitual de los animales en publicidad tiene que ver con los productos destinados a los animales domésticos. En estos casos, los perros y gatos testimonian, con su presencia y consumo, mucho más en la televisión que en las páginas impresas, las bondades y las preferencias de productos y marcas. Puesto que como dice el eslogan de Pedrigree “es imposible no quererlos”.
Por todos estos casos, que son apenas uno pocos ejemplos, abundan las buenas razones para seguir visitando este animado zoo publicitario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario