¿Por qué las camisetas de las selecciones de fútbol no llevan publicidad?
Día 21/06/2014 - 00.43h
El reglamento de la FIFA prohíbe cualquier tipo de patrocinio en el equipamiento de los combinados nacionales. No obstante, a lo largo de la historia algunas federaciones han buscado sus artimañas para desafiar al máximo organismo del deporte rey
En un mundo tan mercantilizado donde apenas quedan cosas sin un precio grabado a la espalda, resulta sorprendente que uno de sus máximos exponentes guarde algo de romanticismo con los orígenes de un juego, demasiado alejado del que hoy en día genera abrumadoras cantidades de dinero. Paradojas de la vida, en el marco más importante del deporte que más ha evolucionado gracias a los ingresos millonarios derivados de la publicidad, ésta última no tiene cabida. O al menos, no del modo al que el gran público está acostumbrado.
A pesar de que fútbol y publicidad llevan décadas trazando un largo camino de intereses compartidos, y que en estos días todos los focos del planeta apuntan en una sola dirección, no hay selección alguna que pasee el nombre de su patrocinador por los estadios de Brasil. ¿El motivo? El artículo VII del reglamento de la FIFA en lo que a equipamiento se refiere:
«Está estrictamente prohibida toda forma de publicidad de patrocinadores, fabricantes (si excede las dimensiones de la identificación del fabricante permitidas) y/o de terceros, así como toda declaración política, religiosa, personal y/o de cualquier otra índole en cualquiera de las piezas del equipamiento de juego que se utilicen de manera temporal o permanente en la zona controlada del estadio o se lleven allí durante cualquier partido».
No obstante, a lo largo de la historia algunas federaciones han buscado sus artimañas para desafiar al máximo organismo del deporte reycon el fin de obtener mayores beneficios. Así por ejemplo, en 1989 la selección argentinadisputó un partido amistoso frente a un combinado de Futbolistas Argentinos Agremiados (jugadores libres) con el logotipo de Renault plasmado en su indumentaria. Para evitar el castigo de la FIFA, la albiceleste cambió de marca deportiva y no incluyó el distintivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Otras selecciones en cambio si que fueron penalizadas por saltarse esta regla. En 1993 una prometedora Colombia capitaneada por Carlos Valderrama saltó al terreno de juego de El Campín, el estadio más grande de Bogotá, luciendo el patrocinio de la compañía cerveceraBavaria, lo que se tradujo meses más tarde en una cuantiosa multa.
También Brasil cedió a los encantos publicitarios cuando estampó en su preciada «verdeamarela» la imagen de Coca-Cola. Ocurrió durante un amistoso frente a Chile que más allá del resultado favorable para la «canarinha», pasó a la historia por el rechazo que levantó tal intromisión. Una sanción y el estigma de haber traicionado a la torcida, obligó a la marca a desaparecer de la camiseta.
Persiguiendo el mismo objetivo económico, Irlanda ha ideado un modelo para poder exponer el nombre de sus patrocinadores sin incumplir los designios de la FIFA. En este caso son los propios aficionados los encargados de promocionar la marca, quedando al margen el grueso total de la plantilla. Para ello, firmas como 3 o Eircom han incluído su logotipo únicamente en las réplicas a la venta para el público general.
Una única excepción
En la terna de campeonatos que organiza la FIFA hay uno que no cumple con esta prohibición. Se trata de la Copa Mundial de Clubes, más conocida como Mundialito. Los clubes participantes si pueden llevar publicidad en la camiseta, siempre y cuando corresponda al patrocinador principal con el que lograron el billete para dicho torneo. Además, solo puede aparecer en la parte delantera de la camiseta y no debe exceder un área de 200 cm².
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