por tuits facturan desde $ 2.500 hasta $ 15 mil
Los famosos encontraron en la red un nueva forma de negocio
Rial, Lopilato y Varsky son algunos de los que cotizan en Twitter. El número de seguidores es importante, pero mucho más su credibilidad.
Incondicional. Calu Rivero puede cobrar hasta $ 10 mil. / Precursor. Juan Pablo Varsky comenzó con $ 2 mil por tuit.
Susan Sontag dijo alguna vez: “Una sociedad capitalista requiere una cultura basada en imágenes. Necesita suministrar muchísimo entretenimiento con el objeto de estimular la compra y anestesiar los dolores asociados a la clase, la raza y el sexo”. No se equivocaba con aquello de la estimulación del consumo basado en el divertimento. De eso se trata, entre otras cosas, Twitter. La red social del pajarito es hoy una importantísima plataforma para vender productos, y los famosos ya no sólo la usan para comunicar lo que no se animan a decir en una entrevista.El que comenzó con este negocio fue Juan Pablo Varsky, quien en un primer momento no se animó a blanquear que sus menciones eran pagas. Hoy el que más credibilidad tiene a la hora de mencionar un producto es Jorge Rial. Con más de un 1.600.000 seguidores, el periodista cobra 2.500 pesos por hacer un clic y recomendar, por ejemplo, una conocida marca de un remedio para el dolor de cabeza. Está claro: la mención la hace varias veces al mes. Este número para nada se compara con, por ejemplo el de Tacho Riera y Lali Espósito, quienes llegaron a cobrar 15 mil pesos una vez por promocionar una compañía celular.
La red de los 140 caracteres es cómoda, rápida, concreta y no necesita que el famoso se acerque a un evento para sacarse una foto delante de un banner. Y tan cómoda es que hasta hay celebrities que ni siquiera tienen que tomarse la molestia de escribir. Este es el caso de Amalia Granata, quien tiene su propio administrador. La ex del Ogro cobra entre 8 mil y 10 mil pesos por hacer una mención.
Otra gran asidua a este tipo de negocio es Luisana Lopilato, quien a poco de alcanzar los dos millones de seguidores cobra entre 4 mil y 7 mil pesos el tuit. “Ella no hace tantas publicidades porque no quiere que el tuit se convierta en sólo chivos”, cuenta a PERFIL Alejandra Benevento, social media manager y prensa de Luisana.
Creíbles. Marcelo Sorzana, director de Surreal, una consultora especializada en indumentaria y marketing, asegura que no comulga con la idea de pagarle un tuit a un famoso para que nombre una marca. “Me parece algo mercenario que un tuit salga cuatro mil pesos o 10 mil. El producto tiene que ser genuinamente recomendado. Que lo sienta, o sea: vos le mandás un regalo y que él diga ‘qué bueno este producto’”, agrega Sorzana.
“Hay una cosa de buscar lo genuino, lo que salga más natural”, dice Aldo Leporati, director de Porter Novelli, quien, al igual que Sorzona, asegura que desde su consultora no pagan tuits. En varios casos depende de la relación famoso-cliente. Connie Ansaldi, otra de las más pedidas, es un ejemplo. “Si sos amiga de ella lo hace gratis. Si no, te puede cobrar hasta 10 mil pesos”, cuenta a PERFIL alguien que la conoce. Calu Rivero no se queda atrás: la actriz también pide 10 mil pesos. “Ella se da el lujo de decir que no a una marca si ya tiene estipulado algún contrato de exclusividad con otro nombre”, detallan.
La credibilidad del famoso juega un papel importante en este negocio 2.0. “La celebridad que se elija tiene que tener una conexión creíble y auténtica a su producto o servicio. El o ella debe ser un buen representante del carácter de su marca. Por otro lado, la vida personal del celebrity también tiene mucho que ver. Si vos sos una empresa familiar y de repente lo contratás a Rial, que justo sufre el escándalo de su separación, no te va a ir muy bien”, apunta Leporati.
Es por eso que, si se trata de vender un producto, lo que importa no es tanto la cantidad de seguidores que tenga alguien sino lo que esa persona represente. Martín Tellas, de Surreal explica: “Existe el Klout, un índice que mide la incidencia que tiene uno en la red. Yo pudo tener un Klout más alto con 100 seguidores que Luisana Lopilato con casi 2 millones. Si yo digo “A” y mis 100 seguidores compran “A”, por ahí tengo más incidencia y es preferible hacer una acción conmigo que con alguien que tiene 100 mil seguidores, dice algo y nadie le da bola”, explica Tellas. Todos coinciden en afirmar que esta modalidad tiene fecha de vencimiento. “La gente no come vidrio –dice Leporati–. Nosotros queremos que, si el famoso te dice que compres el celular, te ayude a vos como consumidor en el proceso de compra y no que sea impuesto”. Sorzona finaliza: “Cuando el consumidor se dé cuenta o la mención le suene a chivo, se termina”.
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