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jueves, 31 de enero de 2013

Internet en los espacios públicos: ¿Cómo controlar a los chicos?

El WI-FI implementado por el gobierno porteño tiene filtros para contenidos violentos; las redes sociales y el chat, grandes grietas del sistema; se multiplican los delitos como el robo de identidad
Los jóvenes, cada vez con más acceso a Internet desde el espacio público. Foto: Archivo / LA NACION

Fuera del ámbito escolar, y en pleno receso por vacaciones, un grupo de chicos se amontona frente a una pantalla desde la puerta de un edificio. A pocas cuadras, otros aprovechan la comodidad de la netbook y de los smarthones para conectarse sentados en el banco de una plaza: miran videos en youtube, se meten en Facebook, se sacan fotos y las suben, chatean.
Equipados con las computadoras con conectividad inalámbrica a Internet -muchas de ellas llegaron a las escuelas a partir de iniciativas como Conectar Igualdad o Plan Sarmiento-, el uso de estas máquinas se extiende mucho más allá de las aulas. La posibilidad de uso en la vía pública es cada vez más amplia: a las redes privadas abiertas se le suman los accesos públicos gubernamentales. Entre estos últimos está el plan del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, iniciado hace dos años en la plaza Houssay, y que ahora tiene más de cien puntos de acceso desde diversos espacios públicos como plazas, bibliotecas y otros lugares. La red se llama BA Wi-Fi.
Este sistema prevé un sistema de filtrado de contenidos para menores. Básicamente, no se puede ver material pornográfico ni violento. Así lo explica a LA NACION Andrés Ibarra, Ministro de Modernización del gobierno porteño: "La herramienta utilizada para dar seguridad y protección al menor es el filtrado de contenidos a través de un software que, por medio de la categorización de los sitios y páginas de Internet según su contenido, permite el acceso o no de forma automática".
Más allá de este tamiz de contenidos no aptos para menores, quedan afuera las redes sociales, como por ejemplo Facebook. "Las mismas redes son responsables de sus contenidos y por esto restringen la publicación de material pornográfico", aclaran desde el área. Descansan en el control de las propias redes -que requieren usuario y contraseña- y en la responsabilidad del usuario. "No se puede inhabilitar una red social", se defienden. "Menos restringir el chat, que es técnicamente imposible".
Pero, ¿cómo se puede controlar el acceso de menores a contenidos riesgosos o violentos que circulan en esas redes? ¿Cómo monitorear el chat que habilita esas redes y que suele generar intercambios poco felices para los chicos?
El especialista informático Daniel Monastersky, CEO and Founder del sitio Identidad Robada, informa que con la masificación del acceso a Wi-Fi se incrementan año a año los delitos informáticos. "Los sistemas de WI-FI públicos se abre una puerta muy importante para que existan estos delitos. Una de las dificultades es que no se puede hacer una identificación y seguimiento del usuario de estas redes", señala.
Sus declaraciones se apoyan en cifras. Desde la División especial de investigaciones telemáticas de la Policía Metropolitana informan que los delitos de este tipo se duplicaron en 2012 respecto de un año antes. Contabilizan allí casos de pornografía infantil, amenazas y hostigamientos, crimen organizado y narcotráfico, fraude electrónico y suplantación de identidades. En el caso de las amenazas y hostigamientos, el 80% de los casos, que se multiplican mes a mes, se concretan en redes sociales y foros.



Respecto del robo de identidad y su relación con el abuso de menores a través de medios digitales, Monastersky informó que a fines de septiembre de 2011 se presentó el primer proyecto de ley que intenta tipificar la figura del Grooming o acoso de menores a través de Internet en la Argentina. El proyecto perdió estado parlamentario y no se pudo ni siquiera tratar en la Comisión de Comunicaciones e Informática de la Cámara de Diputados de la Nación. En la actualidad, otro proyecto en el mismo sentido aguarda su tratamiento en el transcurso de este año legislativo.
Uno de los avances es que al menos Facebook, la red social más popular del mundo, haya empezado a eliminar perfiles falsos. En un informe presentado ante la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos en septiembre pasado, esta red social admitió que el 8,7% del total de las cuentas creadas en la plataforma eran falsas (83 millones de perfiles).

Desprolijidades y confusión

El tema de la accesibilidad de Wi-Fi en los espacios públicos porteños presenta algunos problemas extra. En las pruebas realizadas por LA NACION se pudo identificar que aún se encuentran presentes redes inalámbricas de la primera etapa de implementación del plan; la consecuencia de esto es multiplicidad de redes disponibles que generan confusión.
Por ejemplo, la plaza Dorrego cuenta con la red proporcionada por la proveedora privada Gowex, la misma que realizó la primera instalación en la plaza Houssay. Este punto de acceso, que no se encuentra detallado en el listado oficial de la página del ministerio de Modernización aún se encuentra activa. Allí se generan confusiones: su forma de uso difiere respecto a los lineamientos que impulsa el gobierno porteño, ya que solicita la gestión de una clave vía mensaje de texto y el acceso a una pequeña intranet. Según se pudo comprobar, sólo se pueden acceder a sitios de noticias y el ingreso al buscador Google o a Facebook están vedados.
En cuanto a las redes inalámbricas del listado oficial, en el parque Lezama la presencia de dos puntos de acceso -identificados como GCBA WIFI y otra, BA WI-FI- se presta a confusión al momento de intentar establecer una conexión a Internet desde un smartphones.
Al no existir carteles de identificación no se conoce cuál es la red oficial; la que tiene los filtros pensados para los menores

Al no existir carteles de identificación no se conoce cuál es la red que propone el gobierno, cuál es la segura, la que tiene los filtros pensados para los menores.
Al ser consultados sobre los inconvenientes en la plataforma, los responsables de la administración de la red BA WIFI señalaron que planean para este año implementar un sistema de señalización para que este tipo de espacios se encuentren debidamente identificados. Por otra parte, también prometen mejorar el acceso simultáneo de usuarios a las redes, "dentro de un plan de optimización que asegure un nivel de servicio adecuado".
Más allá de estas desprolijidades y del vacío legal -de resolución necesaria, según los expertos legales consultados-, uno de los grandes desafíos continúa siendo trabajar en la prevención de estos delitos desde los hogares. La computadora dejó de ser un dispositivo estático presente en la habitación o el living y el uso de las netbooks educativas y los diversos dispositivos móviles con acceso a Internet dejaron caduca esa regla familiar de usar la PC desde un espacio común.
El uso de las nuevas tecnologías entre los más jóvenes llega a los espacios públicos, cada vez más lejos de la mirada de los padres. Siempre hay alguna grieta para sortear los filtros así es que el filtro más seguro contra los riesgos del mundo virtual es el del diálogo y la contención familiar.

Los 10 trucos de los chicos para ocultar su vida digital

  • Limpian el historial de navegación
  • Cierran o minimizan el navegador web cuando los padres pasan cerca
  • Ocultan o eliminan mensajes de chat o videos
  • Mienten u omiten detalles sobre su actividad en Internet
  • Usan una computadora que los padres no pueden controlar
  • Utilizan un dispositivo móvil con acceso a Internet
  • Ajustan las configuraciones de privacidad de las redes sociales para que su actividad sólo pueda ser vista por sus contactos
  • Utilizan el modo privado de navegación web de los browsers
  • Crean una cuenta de correo electrónica alternativa que los padres no conocen
  • Tienen un perfil duplicado o falso en las redes sociales
Fuente: un informe elaborado por la compañía McAfee .

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