sociedad
personaje polemico
Papá Noel no es un buen ejemplo para los chicos porque es obeso y sedentario
Así lo afirma un estudio del British Medical Journal. También dice que las empresas usan su figura para vender comida chatarra y hasta cigarrillos y alcohol. Del mito al consumismo.
Por Silvina Herrera
La mesa servida con aromas exquisitos y sabores estridentes, el mismo arbolito gastado, el brindis de media noche, los regalos, la sidra y el pan dulce, son parte de una tradición que se repite año tras año cada 24 de diciembre. Una fecha que llena de ilusiones a la mayoría, y que también trae algo de nostalgia. Pero desde hace años es el personaje de Papá Noel el que despierta la mayor atracción y el que hizo crecer a niveles inimaginables el impulso comercial de la Navidad.
La figura de un señor barbudo, gordo, sedentario, abrigado, vestido de rojo, con trineos y al grito de “jo, jo, jo” fue la que desencadenó la fascinación por la Nochebuena.
Pero al parecer, según un informe del British Medical Journal, Papá Noel resulta en realidad un mal ejemplo para los chicos por ser obeso, adicto al alcohol, fumador e irrespetuoso de las normas de tránsito.
Los investigadores científicos comparan a Papá Noel con Ronald McDonald porque ambos tienen un nivel de popularidad similar y son iconos negativos para la salud de los niños, según afirman. “Las compañías lo obligaron a vender cigarrillos y alcohol, y ahora en algunas partes del mundo lo tenemos también en publicidades de comida chatarra. ¿Debemos dejar que Papá Noel venda fast food? Son preguntas de salud pública que deberíamos hacernos”, escribe el profesor Nathan Grills, uno de los autores del informe. Además, considera que es preocupante que “Papá Noel consuma tantas cantidades de alcohol y encima conduzca su trineo cuando no está en condiciones de hacerlo” y agrega: “Al menos, podría repartir los regalos trotando”.
El árticulo británico cuestiona que Papá Noel se haya convertido en un personaje mediático utilizado por las compañías para lograr vender y vender, sin tener en cuenta que su figura no constituye un ejemplo para los chicos. “Es importante que los modelos de nuestros hijos den una imagen de personas que llevan una buena alimentación y realizan ejercicios diarios en una sociedad en la que la mayoría de los niños sufren de obesidad”, indica el estudio. Los científicos además critican que esta figura comercial de un Papá Noel que fuma y bebe sin control pueda llevar a los chicos a preguntarse si eso es algo correcto. “Los chicos aprenden por imitación; si ven a Santa Claus fumando, dudarán de la enseñanza que dice que el tabaco es perjudicial para la salud”, indica Grills.
Marketing navideño. El mito actual de Papá Noel cuenta que vive en el Polo Norte, rodeado de duendes, y que se prepara todo el año para repartir los regalos a los niños en todo el mundo occidental. Fue la empresa Coca Cola que lo recreó en los años 30 y popularizó aún más al personaje, hasta convertilo en un símbolo de consumo. Su figura se hizo famosa en todo el universo cristiano y en Argentina fue incorporado casi con naturalidad, a pesar de lucir un traje ultra abrigado para los 30 grados del verano sudamericano.
A pesar de que el festejo ya trasciende el hecho religioso y se convirtió en una tradición familiar, desde la creencia cristiana, “Santa Claus” todavía despierta resistencia.
El filósofo Raúl Petrinelli, profesor de Teología de la Universidad del Salvador, asegura: “El mito de Papá Noel como hoy se lo conoce es algo extra cultural, importado de Estados Unidos, hay que volver a las fuentes. Nunca fue propio de nuestra idiosincracia, hubo un buen marketing detrás para imponerlo. La concepción de los regalos viene de la antigüedad, no era necesario importar algo porque ya exsitía”. Sobre la consideración de que se trata de un mal ejemplo, indicó: “No sé si tanto, pero representa una visión distorisionada de la realidad, ¿por qué tiene que ser una persona obesa la que hace los regalos? La ilusión en los chicos se puede generar de otras formas más sanas”. Petrinelli asegura que él le dice a sus hijos que el que reparte regalos no es Papá Noel, sino el niño Jesús.
Los ateos y quienes responden a otras religiones también festejan la Nochebuena, y algunos hasta arman el árbolito y compran regalos. “Mis padres se enojan, pero lo hago para no ver a mis chicos tristes mientras sus amiguitos festejan”, dice Mariana D, perteneciente a la comunidad judía.
Muchos pensadores contemporáneos reflexionan con una mirada crítica sobre los cambios que la figura de Papá Noel trajeron al tradicional festejo y la llamada mercantilización del mito navideño.
La historiadora María Sáenz Quesada, consultada por PERFIL, afirmó: “El personaje de Papá Noel está traído de afuera. La esencia de la Navidad es la paz y la reunión con la familia. La preparación espiritual de esta fecha fue modificada y ahora se trata más de una fiesta de consumo”.
Cuando el cine se ríe de la Nochebuena
La industria del cine es uno de los productos culturales que más retrató el mito navideño y que repitió una y otra vez los tópicos conocidos sobre Papá Noel y la Nochebuena. Sin embargo, algunas pocas películas dejan de lado los lugares comúnes y se ríen de la Navidad.
Uno de los films pioneros fue la francesa Papá Noel es una basura de Jean Marie Poiré, del año 1982, sobre un grupo de personas comunes que coinciden una tarde de Nochebuena en una oficina de servicios sociales. Pero fue Tim Burton con la animada The Nightmare before Christmas, traducida como El extraño mundo de Jack, el que marcó un antes y un después a través de su característica oscuridad. El personaje de Jack lidera la fiesta de Halloween, pero un día se aburre y decide que quiere hacer el trabajo de Papá Noel, claro que en vez de repartir regalos alegres lleva en los paquetes serpientes y arañas. Puro humor melancólico en un mundo repleto de encanto.
Con producción de los célebres hermanos Coen, en 2003 llegó Un santo no tan santo, un retrato de la decadencia en el que Billy Bob Thornton interpreta a un Papá Noel drogadicto que odia a los chicos y se burla de todas las creencias conocidas sobre la Navidad.
personaje polemico
Papá Noel no es un buen ejemplo para los chicos porque es obeso y sedentario
Así lo afirma un estudio del British Medical Journal. También dice que las empresas usan su figura para vender comida chatarra y hasta cigarrillos y alcohol. Del mito al consumismo.
Por Silvina Herrera
La mesa servida con aromas exquisitos y sabores estridentes, el mismo arbolito gastado, el brindis de media noche, los regalos, la sidra y el pan dulce, son parte de una tradición que se repite año tras año cada 24 de diciembre. Una fecha que llena de ilusiones a la mayoría, y que también trae algo de nostalgia. Pero desde hace años es el personaje de Papá Noel el que despierta la mayor atracción y el que hizo crecer a niveles inimaginables el impulso comercial de la Navidad.
La figura de un señor barbudo, gordo, sedentario, abrigado, vestido de rojo, con trineos y al grito de “jo, jo, jo” fue la que desencadenó la fascinación por la Nochebuena.
Pero al parecer, según un informe del British Medical Journal, Papá Noel resulta en realidad un mal ejemplo para los chicos por ser obeso, adicto al alcohol, fumador e irrespetuoso de las normas de tránsito.
Los investigadores científicos comparan a Papá Noel con Ronald McDonald porque ambos tienen un nivel de popularidad similar y son iconos negativos para la salud de los niños, según afirman. “Las compañías lo obligaron a vender cigarrillos y alcohol, y ahora en algunas partes del mundo lo tenemos también en publicidades de comida chatarra. ¿Debemos dejar que Papá Noel venda fast food? Son preguntas de salud pública que deberíamos hacernos”, escribe el profesor Nathan Grills, uno de los autores del informe. Además, considera que es preocupante que “Papá Noel consuma tantas cantidades de alcohol y encima conduzca su trineo cuando no está en condiciones de hacerlo” y agrega: “Al menos, podría repartir los regalos trotando”.
El árticulo británico cuestiona que Papá Noel se haya convertido en un personaje mediático utilizado por las compañías para lograr vender y vender, sin tener en cuenta que su figura no constituye un ejemplo para los chicos. “Es importante que los modelos de nuestros hijos den una imagen de personas que llevan una buena alimentación y realizan ejercicios diarios en una sociedad en la que la mayoría de los niños sufren de obesidad”, indica el estudio. Los científicos además critican que esta figura comercial de un Papá Noel que fuma y bebe sin control pueda llevar a los chicos a preguntarse si eso es algo correcto. “Los chicos aprenden por imitación; si ven a Santa Claus fumando, dudarán de la enseñanza que dice que el tabaco es perjudicial para la salud”, indica Grills.
Marketing navideño. El mito actual de Papá Noel cuenta que vive en el Polo Norte, rodeado de duendes, y que se prepara todo el año para repartir los regalos a los niños en todo el mundo occidental. Fue la empresa Coca Cola que lo recreó en los años 30 y popularizó aún más al personaje, hasta convertilo en un símbolo de consumo. Su figura se hizo famosa en todo el universo cristiano y en Argentina fue incorporado casi con naturalidad, a pesar de lucir un traje ultra abrigado para los 30 grados del verano sudamericano.
A pesar de que el festejo ya trasciende el hecho religioso y se convirtió en una tradición familiar, desde la creencia cristiana, “Santa Claus” todavía despierta resistencia.
El filósofo Raúl Petrinelli, profesor de Teología de la Universidad del Salvador, asegura: “El mito de Papá Noel como hoy se lo conoce es algo extra cultural, importado de Estados Unidos, hay que volver a las fuentes. Nunca fue propio de nuestra idiosincracia, hubo un buen marketing detrás para imponerlo. La concepción de los regalos viene de la antigüedad, no era necesario importar algo porque ya exsitía”. Sobre la consideración de que se trata de un mal ejemplo, indicó: “No sé si tanto, pero representa una visión distorisionada de la realidad, ¿por qué tiene que ser una persona obesa la que hace los regalos? La ilusión en los chicos se puede generar de otras formas más sanas”. Petrinelli asegura que él le dice a sus hijos que el que reparte regalos no es Papá Noel, sino el niño Jesús.
Los ateos y quienes responden a otras religiones también festejan la Nochebuena, y algunos hasta arman el árbolito y compran regalos. “Mis padres se enojan, pero lo hago para no ver a mis chicos tristes mientras sus amiguitos festejan”, dice Mariana D, perteneciente a la comunidad judía.
Muchos pensadores contemporáneos reflexionan con una mirada crítica sobre los cambios que la figura de Papá Noel trajeron al tradicional festejo y la llamada mercantilización del mito navideño.
La historiadora María Sáenz Quesada, consultada por PERFIL, afirmó: “El personaje de Papá Noel está traído de afuera. La esencia de la Navidad es la paz y la reunión con la familia. La preparación espiritual de esta fecha fue modificada y ahora se trata más de una fiesta de consumo”.
Cuando el cine se ríe de la Nochebuena
La industria del cine es uno de los productos culturales que más retrató el mito navideño y que repitió una y otra vez los tópicos conocidos sobre Papá Noel y la Nochebuena. Sin embargo, algunas pocas películas dejan de lado los lugares comúnes y se ríen de la Navidad.
Uno de los films pioneros fue la francesa Papá Noel es una basura de Jean Marie Poiré, del año 1982, sobre un grupo de personas comunes que coinciden una tarde de Nochebuena en una oficina de servicios sociales. Pero fue Tim Burton con la animada The Nightmare before Christmas, traducida como El extraño mundo de Jack, el que marcó un antes y un después a través de su característica oscuridad. El personaje de Jack lidera la fiesta de Halloween, pero un día se aburre y decide que quiere hacer el trabajo de Papá Noel, claro que en vez de repartir regalos alegres lleva en los paquetes serpientes y arañas. Puro humor melancólico en un mundo repleto de encanto.
Con producción de los célebres hermanos Coen, en 2003 llegó Un santo no tan santo, un retrato de la decadencia en el que Billy Bob Thornton interpreta a un Papá Noel drogadicto que odia a los chicos y se burla de todas las creencias conocidas sobre la Navidad.
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