frustró la designación del reemplazante de Albistur
El funcionario que nunca llegó a asumir
El Gobierno desistió de nombrar a Maximiliano López para manejar la comunicación oficial; no le gustaba a Néstor Kirchner
Mariana Verón LA NACION
Diagnóstico: enfermedad grave. Tratamiento: terapia intensiva. Ese había sido el balance que había preparado el funcionario nunca nombrado. Quería contratar 60 expertos en marketing y pagarles un sueldo de $ 40.000. Esperaba el momento para presentárselo a Cristina Kirchner. La cita nunca se concretó. Sí alcanzó a reunirse con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, la semana pasada. No fue a trabajar ni el lunes ni ayer, a la espera del llamado presidencial. Al final, terminó escribiendo la crónica de su frustrada designación.
Maximiliano López es el joven marketinero que Cristina había elegido para que trabajara en la comunicación oficial. En la Casa Rosada contaron que a Néstor Kirchner no le gustaron sus aires empresarios. Y que si bien estuvo de acuerdo en un primer momento con su llegada, no aceptó la forma de instrumentar los cambios que planteó. Aníbal Fernández, después de conocerlo, también le bajó el pulgar.
Desde ayer, el nombramiento de quien había ocupado por dos semanas el despacho que dejó el ex secretario de Medios Enrique Albistur en la Casa Rosada quedó en suspenso. "¿Al final no van a nombrar a Maximiliano López?", preguntó LA NACION a Aníbal Fernández, ayer, durante un contacto, al pasar, por un pasillo del palacio gubernamental. "A mis empleados los pongo yo. Es un empleado que yo no puse nunca", se despachó el jefe de Gabinete, de quien depende el área de Medios.
La historia del joven de 36 años al que la Presidenta le había prometido el cargo de subsecretario de Comunicación Estratégica es digna de una telenovela que se comenzó a escribir hace 15 años. Cristina Kirchner era senadora. Había dejado Río Gallegos para instalarse en la semana en Buenos Aires. Su entonces vocero, Miguel Núñez, le pidió a un amigo periodista, Eduardo Barcelona, si su hija Mariela, profesora de educación física, podía entrenar a la legisladora. Mariela es nada menos que la esposa de Maximiliano López.
La crisis de fines de 2001 llevó al joven matrimonio a México, después de que Maximiliano vendió Prado del Ganso, la empresa de marketing que había creado un año antes. De esa época nadie recuerda una especial inclinación política en López, más allá de una profunda admiración por Carlos Menem. "No era peronista, pero no se cansaba de decir que Carlos Saúl era su ídolo", explicó un conocido de aquella época.
Mariela, su mujer, había entablado una relación de mucha confianza con la senadora Kirchner. La entrenaba todos los días. Todo quedó en familia: le propuso dejarle a su cuñada, Luciana López, hermana de Maximiliano, como reemplazante. Cristina aceptó. Luciana sigue siendo la entrenadora presidencial. Su hermano, por ahora, aparenta quedar fuera del juego del poder kirchnerista.
La jefa del Estado se había reunido con López dos veces en el último mes. El encuentro fue en la casona de los Kirchner en El Calafate, el lugar de descanso del matrimonio. "El marketing no es una cuestión cualquiera, es central para su gobierno", comentaron a LA NACION que le había transmitido López a la jefa del Estado, con entusiasmo. Cristina le pidió "unificar el mensaje" de todo el Gobierno. El joven marketinero, de escasa experiencia en el país y desconocido en el mundo publicitario, se tomó muy en serio la orden presidencial. Convirtió el gigantesco y sobrio despacho que había sido de Albistur en una suerte de salón de escuela, con pizarrones blancos en los que dibujó cuadros comparativos. Vestía informal. Nunca de traje.
De un lado, escribió las expectativas que los argentinos, según consultoras ajenas al Gobierno, tenían individualmente. El número daba arriba del 50%. Del otro lado, colocó la cifra menos esperada para los Kirchner. Apenas 7% era la esperanza de la población en el conjunto del país. Propuso crear una agencia de marketing estatal y convertir los despachos de la Casa Rosada en una gran usina de ideas para levantar la imagen presidencial.El último contacto que tuvo fue con Aníbal Fernández, el viernes pasado. No volvió más.
El personaje
MAXIMILIANO LOPEZ Comunicación estratégica
Profesión: marketing
Edad: 36 años
Origen: argentino La Presidenta le había prometido el cargo de subsecretario de Comunicación Estratégica en el área de Medios, que controla el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, desde la renuncia de Enrique Albistur. El joven empresario conoce a la jefa del Estado desde sus días de senadora. Su esposa, Mariela, fue su profesora de gimnasia, puesto que ocupa desde 2001 su hermana Luciana López
El funcionario que nunca llegó a asumir
El Gobierno desistió de nombrar a Maximiliano López para manejar la comunicación oficial; no le gustaba a Néstor Kirchner
Mariana Verón LA NACION
Diagnóstico: enfermedad grave. Tratamiento: terapia intensiva. Ese había sido el balance que había preparado el funcionario nunca nombrado. Quería contratar 60 expertos en marketing y pagarles un sueldo de $ 40.000. Esperaba el momento para presentárselo a Cristina Kirchner. La cita nunca se concretó. Sí alcanzó a reunirse con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, la semana pasada. No fue a trabajar ni el lunes ni ayer, a la espera del llamado presidencial. Al final, terminó escribiendo la crónica de su frustrada designación.
Maximiliano López es el joven marketinero que Cristina había elegido para que trabajara en la comunicación oficial. En la Casa Rosada contaron que a Néstor Kirchner no le gustaron sus aires empresarios. Y que si bien estuvo de acuerdo en un primer momento con su llegada, no aceptó la forma de instrumentar los cambios que planteó. Aníbal Fernández, después de conocerlo, también le bajó el pulgar.
Desde ayer, el nombramiento de quien había ocupado por dos semanas el despacho que dejó el ex secretario de Medios Enrique Albistur en la Casa Rosada quedó en suspenso. "¿Al final no van a nombrar a Maximiliano López?", preguntó LA NACION a Aníbal Fernández, ayer, durante un contacto, al pasar, por un pasillo del palacio gubernamental. "A mis empleados los pongo yo. Es un empleado que yo no puse nunca", se despachó el jefe de Gabinete, de quien depende el área de Medios.
La historia del joven de 36 años al que la Presidenta le había prometido el cargo de subsecretario de Comunicación Estratégica es digna de una telenovela que se comenzó a escribir hace 15 años. Cristina Kirchner era senadora. Había dejado Río Gallegos para instalarse en la semana en Buenos Aires. Su entonces vocero, Miguel Núñez, le pidió a un amigo periodista, Eduardo Barcelona, si su hija Mariela, profesora de educación física, podía entrenar a la legisladora. Mariela es nada menos que la esposa de Maximiliano López.
La crisis de fines de 2001 llevó al joven matrimonio a México, después de que Maximiliano vendió Prado del Ganso, la empresa de marketing que había creado un año antes. De esa época nadie recuerda una especial inclinación política en López, más allá de una profunda admiración por Carlos Menem. "No era peronista, pero no se cansaba de decir que Carlos Saúl era su ídolo", explicó un conocido de aquella época.
Mariela, su mujer, había entablado una relación de mucha confianza con la senadora Kirchner. La entrenaba todos los días. Todo quedó en familia: le propuso dejarle a su cuñada, Luciana López, hermana de Maximiliano, como reemplazante. Cristina aceptó. Luciana sigue siendo la entrenadora presidencial. Su hermano, por ahora, aparenta quedar fuera del juego del poder kirchnerista.
La jefa del Estado se había reunido con López dos veces en el último mes. El encuentro fue en la casona de los Kirchner en El Calafate, el lugar de descanso del matrimonio. "El marketing no es una cuestión cualquiera, es central para su gobierno", comentaron a LA NACION que le había transmitido López a la jefa del Estado, con entusiasmo. Cristina le pidió "unificar el mensaje" de todo el Gobierno. El joven marketinero, de escasa experiencia en el país y desconocido en el mundo publicitario, se tomó muy en serio la orden presidencial. Convirtió el gigantesco y sobrio despacho que había sido de Albistur en una suerte de salón de escuela, con pizarrones blancos en los que dibujó cuadros comparativos. Vestía informal. Nunca de traje.
De un lado, escribió las expectativas que los argentinos, según consultoras ajenas al Gobierno, tenían individualmente. El número daba arriba del 50%. Del otro lado, colocó la cifra menos esperada para los Kirchner. Apenas 7% era la esperanza de la población en el conjunto del país. Propuso crear una agencia de marketing estatal y convertir los despachos de la Casa Rosada en una gran usina de ideas para levantar la imagen presidencial.El último contacto que tuvo fue con Aníbal Fernández, el viernes pasado. No volvió más.
El personaje
MAXIMILIANO LOPEZ Comunicación estratégica
Profesión: marketing
Edad: 36 años
Origen: argentino La Presidenta le había prometido el cargo de subsecretario de Comunicación Estratégica en el área de Medios, que controla el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, desde la renuncia de Enrique Albistur. El joven empresario conoce a la jefa del Estado desde sus días de senadora. Su esposa, Mariela, fue su profesora de gimnasia, puesto que ocupa desde 2001 su hermana Luciana López
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