Nos vamos poniendo viejos
Tan difícil como “vender” alarmas antirrobo o parcelas en cementerios privados es vender coberturas médicas. Más aún si se trata de seducir a jóvenes. Porque, en cualquiera de los casos, se trata de ofrecer prevención y, sabido es que, los jóvenes no conjugan ni frecuentemente ni con facilidad el verbo prevenir. Casi no está en su naturaleza.Por eso, cuando una campaña de este tipo apunta a ese público, es bueno poner atención en la forma elegida y en el recurso empleado. Es el caso del comercial del nuevo plan 18.25 de Galeno , “tu primer plan médico”.La estética pop elegida, que lo asemeja a un comercial de telefonía celular, y el discurso implementado, “celebrando” el ingreso a una nueva etapa de la vida, plagada de estímulos positivos (elegir, sentir, soñar, avanzar, etc.), en cierta forma enmascaran comunicacionalmente lo que se está promoviendo.Con inteligencia se han convertido todos los atributos, si se quiere, desfavorables (una cobertura médica siempre es un plan para prevenir contingencias negativas), en un canto al futuro y a la vida. Alquimia que solo es capaz de provocar la publicidad.Así, todo lo que pudiera estar asociado a lo no deseado (la falta de salud en cualquier de sus formas), la comunicación lo transforma en deseable. “Bienvenido a lo desconocido”, “Está bueno crecer”, “Animarse a ser” (como si se pudiera no ser), imaginar caminos, pensar en “tantas cosas buenas que se te presentan”, etc. etc. conforman un cúmulo de estímulos que, si no fuera por el grado de eufemismo que encierran, darían ganas de salir corriendo a enfermarse (para pasarla bomba).
Publicado por Luis María Hermida en Junio
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