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domingo, 28 de marzo de 2010


el lado oscuro del boom de ventas
Riesgos del consumo atado a la ilusión monetaria
Los asalariados que recibieron aumentos se vuelcan a la compra de televisores y computadoras, sin tener en cuenta que la inflación les restará poder adquisitivo. El debate.
Por Carmen Lopez Imizcoz
A pesar de que la inflación viene acelerándose desde diciembre, la suba de precios, en vez de retraer el consumo de las familias, lo estaría impulsando. Al récord de turistas en la costa atlántica –y el que se prevé para la Semana Santa–, se sumó el éxito de los planes de cincuenta cuotas para comprar electrodomésticos lanzados por las grandes cadenas.
Esto sucede por las subas salariales, jubilatorias y de planes sociales que generan una suerte de efecto riqueza transitorio ya que la inflación lo diluirá con el tiempo. Los economistas denominan a este fenómeno ilusión monetaria.
Por caso, las familias de los más de 3,5 millones de actuales beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, destinada a sectores sin capacidad de ahorro, cuentan con $ 180 extra que, más allá de la supresión de algunos planes que se superponían, significan en muchos casos más efectivo en sus bolsillos desde diciembre. Algo similar sucede con los 5,5 millones de jubilados y pensionados que recibieron una suba de 8,21% desde marzo.
El fenómeno es psicológico: los asalariados se sienten “más ricos” –cuando en realidad no lo son– y, entonces, consumen más.
Causas. Los consumidores sufren de ilusión monetaria por diversas causas, como su falta de conocimientos sobre cómo funciona la economía y la demora con la que suben los precios de algunos bienes y servicios, especialmente los que involucran la firma de un contrato, incluso durante un proceso inflacionario.
Por ejemplo, como los precios de los servicios sujetos a contratos (tarifas, expensas, alquileres, etc.) no suben mes a mes, los consumidores gastan más, en vez de ahorrar para los mayores desembolsos futuros, que deberán afrontar cuando finalmente aumenten.
Además, en presencia de ilusión monetaria, la confianza de los consumidores en la economía crece y le pierden el miedo al uso de la tarjeta de crédito, pero luego no pueden afrontar las deudas.
“La ilusión monetaria es, por definición, un fenómeno transitorio”, explicó Pedro Greaves, director de la consultora Greaves & Asociados, quien agregó que “se va a ir debilitando gradualmente y, en 2011, el golpe al bolsillo de la suba de precios será más evidente para los consumidores”.
Según Greaves, el agotamiento de la ilusión monetaria podría impulsar la fuga al dólar y hacer que la economía desemboque en una recesión con alta inflación en 2012.
Debates. La ilusión monetaria es materia de discusión entre los economistas. Parte de la profesión opina que la gente es capaz de pensar su dinero en términos reales (descontando el impacto de la inflación), a partir de los precios con los que tiene contacto a diario.
“La ilusión monetaria es un antiguo concepto de la teoría neoclásica”, consideró Nicolás Salvatore, investigador del CEDES y del Buenos Aires City, de la Universidad de Buenos Aires para quien el actual mini boom de consumo privado no se basa en la ilusión monetaria.
“La mejora relativa de los asalariados sindicalizados no es ilusoria, sino real, porque o bien mejora o bien mantiene constante su salario real en paritarias y mejora notablemente su status de vida en términos relativos a los no sindicalizados”, dijo Salvatore.
Si bien los sindicalizados representan sólo un tercio de la dotación laboral, “su poder de compra alcanza el 60% de la masa salarial”, según estimaciones de Salvatore.
“Este grupo, más los empresarios, más los funcionarios de alto rango son los que explican mucha gente en Mar del Plata, los viajes de Semana Santa y las compras de electrodomésticos, porque les va muy bien”, concluyó.

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